Las primeras impresiones son imborrables. Puedes cambiar esa impresión, a base de contacto e interacción con las personas, pero jamás se olvidará lo que hiciste sentir en los demás la primera vez que te vieron
Los personajes de la saga de videojuego...
El ruido fue ensordecedor, no porque fuese equiparable con una bomba, sino por la atmósfera silenciosa y casi nocturna que rodeaba la escuela acababa de morir por culpa de Baby.
—La persona que esté por allí, salga en estos momentos o le juro que las consecuencias que afrontará serán horribles.
La pelirroja escuchó ese tono de voz en Freddy y se asustó de sobremanera, sabía que si no salía sería mil veces peor, por lo que se levantó del suelo y miró al castaño. Freddy devolvía la mirada la pelirroja, pensando en como siempre se tenía que topar con esa chica en especifico en todo momento.
—Baby, comienzo a crearme la impresión que te gusta espiar a las personas.
—¡N-no soy una entrometida! —gritó Baby enojada— ¡Solo estaba esperando a mi papá y caminaba por los pasillos de la escuela, no es mi culpa que andes cantando como ángel despreocupadamente!
Freddy sintió como un pequeño se instauraba en sus mejillas al escuchar como Baby le había dado un elogio sobre su canto. Carraspeó su garganta y aflojó un poco su corbata antes de hablar.
—¿Llevas esperando mucho a tu padre? —preguntó Freddy calmándose un poco.
—No mucho —mentía. Llevaba dos horas esperándolo.
Baby estaba bastante nerviosa, no quería que Freddy tuviese una mala imagen suya, pero también estaba molesta porque el castaño casi le había dicho entrometida sin que fuese su culpa ¿a caso ella sabía que ese chico estaría allí cantando? ¡obviamente no!
—¿Quieres que te lleve a tu casa? Tengo mi auto en el estacionamiento y puedo llevarte si así lo deseas.
La pelirroja lo miró a los ojos, pero comenzaba a sentirse culpable porque, bueno, acababa de molestarse y la verdad es que él no tenía la culpa de nada.
—Podemos ir por unos smoothies antes de ir a mi casa —Baby se sonrojó porque sus palabras sonaban como si estaba pidiéndole una cita— E-esto no es una cita, solo me siento mal porque interrumpí tu momento de tranquilidad y quiero compensarlo.
Freddy lo meditó con tranquilidad. Al llegar a casa tendría que seguir con el papeleo de la empresa de su familia y no se le antojaba para nada porque sabía que al llegar las nueve su padre le daría más trabajo, pero tampoco podía dejar de lado sus responsabilidades.
—No lo sé...
—¡Vamos! Así puedes quitarte el aburrimiento un rato, estoy segura que voz del señor Cawthon te aburrió mucho en la última hora—Baby sonrió—. Vamos, deja de ser Freddy Fazbear, el gran presidente, y solo sé Freddy.
«Deja de ser Freddy Fazbear y sé solo Freddy»
Las palabras hicieron eco en su cabeza y con un «Vamos» saliendo de sus labios abandonaron la escuela con una sonrisa.
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