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Nervioso era poco para describir la manera en que me sentía a medida que la hora de encontrarme con Junhoe se acercaba.
No estaba realmente seguro de que tipo de salida era esta, tampoco estaba seguro si sólo estaba invitándome a cenar por ser cortes y para pasar el rato junto con su pequeña hija, por lo que la elección de mi atuendo para aquella cita-no cita-salida sin nombre era bastante sencilla y nada llamativa.
Sin embargo, en el momento en que vi a Junhoe llegar completamente solo, y sin ningún tipo de maletín o rastro de la pequeña Sunny, mi corazón comenzó a latir fuertemente.
—¡Hey, Jinan! — Aquella enorme sonrisa que acompañaba con su ya usual traje negro y su gabardina crema fundieron completamente mis neuronas.
—Hola, hey... ¿Dónde está Sunny?
—¿Sunny? Oh, se quedará con mi hermana por hoy. Mañana no necesito llevarla a la guardería y así tenemos más tiempo para nuestra cita.
Cita. Cita. CITA. Sí, ¿había escuchado bien? ¿Junhoe había etiquetado nuestra salida como una cita? ¿Realmente había dejado a la pequeña Sunny, la adoración de sus ojos y vida con su hermana porque esto lo consideraba como una cita?
Oh Dios mío.
—¿Vamos? — Su hermosa voz me sacó de mis pensamientos y con aquella sonrisa derritió cualquier tipo de preocupación y nerviosismo que hubiera podido desarrollar durante el resto del día.
Caminamos por las calles de Nueva York, unas cuadras dentro de la gran ciudad, deteniéndonos en un pequeño restaurante de estilo contemporáneo y tranquilo. Al ingresar Junhoe dio su nombre para la reservación que había programado y rápidamente nos indicaron el camino hasta la mesa.
La tranquilidad del lugar y las atenciones de Junhoe realmente estaban terminando conmigo, la amenidad de la charla podía verse seguramente desde cualquier rincón del restaurante; acompañada de nuestras risas un tanto escandalosas.
Y creía que era increíble, enamorarse de una persona tan rápidamente como lo estaba haciendo de Junhoe. ¿Podías enamorarte en un mes de una persona que apenas conocías? Realmente, estaba deseándolo.
Cuando mi corazón se detuvo, por un momento durante la charla con el hombre frente a mí, sentí como todo mi mundo se movió y se descolocó. Había realizado una acción tan minúscula, pero que estaba realmente encantado con ella. Era una persona torpe, bien, bastante torpe, por lo que al no poder cortar el trozo de filete frente a mí; se colocó de pie y situándose detrás de mí, rodeo con sus brazos hasta llegar a mis manos, guiándome en la manera de tomar los cubiertos correctamente y en las acciones que debía realizar para poder cortar la carne correctamente, sentí como mi respiración se detuvo y mi sangre corrió rápidamente a través de mis venas.
Cada anécdota y cada información sobre las cosas que a ambos nos gustaba hacer y las cosas que deseábamos hacer solamente lograban cautivar mi corazón de una manera mucho más rápida. ¿No estaba soñando?
Una vez que la cena hubo terminado, y decidimos que probablemente debíamos ponernos en marcha hasta nuestros respectivos hogares, salimos del lugar aun con aquella sonrisa adornando mis labios en una ligera curvatura.
Junhoe me había prohibido ayudarlo con la cuenta, por lo que había demorado un poco más en salir del lugar, y mientras lo esperaba me percaté de lo frio que se había vuelto de pronto. Llevé ambas manos hasta mis brazos frotándome fuertemente, pensando en que realmente debí haber optado por usar una chaqueta como la que Junhoe portaba, sin embargo, aquí me encontraba, usando un suéter tejido que, aunque me quedaba un tanto grande, no hacía mucho para contra restar el frio.
—¿Estás listo? — Girándome ligeramente para encontrarme con Junhoe, sonreí asintiendo.
—Uh, sí. — Pronuncié tratando de no sonar muy inestable debido al frio.
—¿Siempre usas cosas tan poco abrigadoras? — Preguntó con el ceño fruncido. Joder, se había percatado de mis ligeros temblores.
Antes de poder responder, él ya se encontraba quitándose el gran saco color crema, y realizando un movimiento rápido, me rodeo con ambos brazos mientras colocaba la prenda sobre mis hombros. Suspiré al percatarme de nuestra cercanía. Podía sentir su respiración golpear contra mi rostro, volviéndome a alzar la cabeza para encontrarme con su mirada.
Sonrió, y estoy seguro que los siguientes escalofríos que recorrieron mi cuerpo en ese momento no se debían al frio.
Mirando de reojo la calle detrás de nosotros, pude notar unas pequeñas esferas blancas cayendo desde la obscuridad del cielo nocturno. Justo en ese momento, la respiración de Junhoe se mezcló con la mía, una pequeña fracción de segundo. Un pequeño momento en el que dejó un delicado y suave beso sobre la comisura de mis labios.
La sangre corrió rapidamente hasta mis mejillas subiendo desde mi cuello y hasta mis orejas.
—¿Has escuchado hablar del primer deseo de navidad? — Sin darme cuenta, ahora nos encontrábamos admirando los pequeños copos de nieve que caían frente a nuestros ojos. Detrás de mí, mientras rozaba ligeramente sus dedos con los míos, sentí un nuevo escalofrió recorrerme el cuerpo cuando su voz chocó contra mi oído. — Durante la primera nevada de la temporada. Puedes pedir un deseo si se hace desde el corazón.
Y si aquello era cierto o no, yo había pedido elmío en ese momento.
¡Sorpresa! ¡Feliz San Valentín a todos! Espero estén pasando un agradable día :3
Les dejo este capítulo bonito de la cita JunHwan porque era justa y ¡claramente encajaba perfectamente con el día! Espero les haya gustado y sí, el capítulo fue cortito, pero la siguiente cita es 🔥 así que no pueden quejarse ;)
También, este capítulo es básicamente el centro de la historia, ya que este capítulo contiene precisamente la parte de la descripción. Este capítulo fue de los primeros que escribí en la historia, así que es realmente uno de los más bonitos. Espero les haya gustado.
Mil gracias por sus votos, comentarios y apoyo a la historia, realmente amo cada interacción.
Espero continuen teniendo un muy bonito día del amor c: LoveU.💗
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central park/columbus circle bus stop. » junhwan
Short Story❝-¿Has escuchado hablar del primer deseo de navidad? - Sin darme cuenta, ahora nos encontrábamos admirando los pequeños copos de nieve que caían frente a nuestros ojos. Detrás de mí, mientras rozaba ligeramente sus dedos con los míos, sentí un nuevo...