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once

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                    Sería la primera navidad que pasaría fuera de Corea, lejos de mis padres y mi hermana. Lastimosamente, mis turnos en el museo no habían ayudado para poder pasar las fiestas con mi familia, y aunque me encontraba bastante desanimado ante la idea, todo este nuevo sentimiento y citas con Junhoe me habían hecho olvidar el tema por un tiempo, sin embargo, inevitablemente las fiestas se acercaron a nosotros mucho más rápido de lo que preví.

Mi plan era sencillo hasta hace un par de meses, comprar un poco de pasta alfredo y un poco de lasagne, sentarme frente al sofá y ver "One day" hasta que terminara durmiéndome en el sofá. La noche vieja no sería muy diferente. Sí, ese era un plan perfecto para un chico solitario que no tenía la posibilidad de viajar a visitar a su familia. Hasta que apareció cierto hombre en mi vida.

Y aunque me encantaría invitar a Junhoe y Sunny a pasar las fiestas conmigo, suponía que, pese a que sus padres habían fallecido tiempo atrás, debía ser una fecha muy íntima junto a su hermana.

Cerca del veintidós de diciembre, me había resignado a pasar las fiestas de fin de año completamente solo, a pesar de tener un novio jodidamente guapo y encantador; y aunque pude percatarme de cierto nerviosismo los últimos días, parecía estar reteniéndose de una manera muy extraña, no estaba completamente extraño, simplemente parecía un poco ansioso y como si esperara poder decirme algo que al final no podía. El resto, era un cuento de hadas completamente.

Mientras veíamos "Súper Monstros" en Netflix a petición de una hermosa pequeñita, y pese a que Junhoe en un principio intentó persuadirla para ver una película más versátil para todos que claramente no había funcionado; y aunque amaba ver las peleas infantiles de mi novio con su hija, realmente no estaba interesado en qué era lo que veíamos en la televisión; al final, June y yo siempre terminábamos charlando sobre distintas cosas y dejábamos de lado la pantalla.

Después de intentar disculparse conmigo por no haber persuadido correctamente a la adorable Sunny, y luego de haber iniciado una ligera discusión acerca de no importarme ver los programas infantiles, la conversación fluyo acerca de muchísimas cosas sin sentido, bastantes gustos y anécdotas durante la época de colegio y nuestra vida en Corea.

—Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿verdad? — Murmuré sobre su aliento mientras lentamente me separaba de sus labios.

El simplemente me miró a los ojos asintiendo lentamente.

—Lo sé. — Confirmó hundiendo su rostro en mi cuello. — Lo haré...

—Cuando estés listo para hacerlo. — Murmuré depositando un suave beso sobre su oreja izquierda.

Jamás había experimentado lo que estaba sintiendo en estos momentos por otra persona, Junhoe era mi primero en muchas cosas, ambos éramos nuevos en muchas cosas. Y era de las cosas que más amaba de Junhoe.

El lunes cerca del mediodía, en un ligero descanso, tuve la oportunidad de revisar los mensajes sin abrir que había recibido durante la última hora. Inmediatamente me percaté de un número que no tenía registrado, y había un único mensaje sencillo.

"Hola, soy Yejin"

Y sólo conocía una Yejin, y relativamente no la conocía, no personalmente al menos; la hermana de Junhoe.

Sintiendo mi corazón latir fuertemente y un poco de ansiedad resbalarse por mis torpes dedos al abrir el chat, respiré profundamente antes de enviar una respuesta.

"Hola, mucho gusto, eres hermana de Junhoe ¿verdad?"

Respiré profundamente antes de comenzar atormentándome sobre la formalidad del mensaje y presioné enviar. ¿Qué podía salir mal?