Third date: Dr. Strange

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La cabeza le estaba dando vueltas, el golpe en esa noche de fiesta le costó no solo un final abrupto sino que terminó en... esperen. —¿En donde demonios estoy?

—No te levantes, la contusión fue fuerte y no sabemos si puedes tener secuelas —escuchó una voz que le riñó de inmediato, el sentimiento de ser tratado como un niño pequeño le hizo rodar los ojos —. ¿En serio Stark? A veces me pregunto porque me acosté esa noche contigo.

Ah... lo podía ver ahora, su tono quejoso y acento ligeramente ingles tentador, una barba encantadora, trasero suave y además claro esta, ese trozo de paquete que- ¡Mierda, agua helada!

—Se nota que comenzaste a pensar cosas indecentes, Anthony.

Lo conocía demasiado bien, no por algo estuvieron saliendo durante la preparatoria... hace tiempo, tal vez demasiado, pero algunas cosas no cambiaban, como lo que seguía sintiendo por Stephen Strange y que sin importar cuantos pechos o traseros tocara no lo iba a olvidar, aunque por lo que supo de que se logró comprometer hace unos meses era seguro que él ya lo consiguió.

—No lo hice.

—¿Qué? —¿Le leyó la mente?

—La... pregunta que me hiciste anoche. Aunque probablemente no lo recuerdas con lo ahogado en alcohol que estabas.

Santa mierda ¿Qué tanto dijo anoche?

Probablemente nada bueno, ah, seguramente le rogó... como cada vez que salía a beber con sus amigos y le lloraba al teléfono que Thor seguramente ya había apagado por seguridad. —No me digas que volví a caerme de la barra.

Su única opción era fingir demencia y que sus amigos le mostraran videos después de la vergüenza que pasó, eso era un hecho, sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del doctor. —... No, te arrojaste a mi auto.

Santa mierda por dos.

—... ¿Anthony?

—¡Si! Estoy escuchando —no lo hacía.

—No lo hacías.

—Esta bien, no... pero ¡No puedo concentrarme si andas en bata!

—Es mi casa... y ayer no te estabas quejando.

—El problema es que... espera ¿Qué?

—Qué ayer en la cama no te quejaste.

—¡No puedo procesar todas esas cosas! ¡Estas comprometido!

—Terminamos hace semanas. Dos para ser exactos.

—Entonces... nos acostamos anoche... y hoy es San Valentín... —su mente tan rápida para calcular hizo lo que cualquiera haría —. ¿Quieres hacerlo de nuevo?

—Eres un vulgar Anthony Stark —aunque tampoco era que no estuviera yendo hacía la cama con él, la bata iba ya cayendo cuando el inventor volvió a abrir la boca.

—Pero solo... si quieres volver a intentarlo.

Un silencio se instaló en la habitación y el de ojos verdes sonrió —Tardaste demasiado en volver a pedirmelo.

Ambos sabían que no hablaban de sexo.

Not everyday is February 14thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora