Lo siento.

1.7K 76 7
                                    

HERMIONE P.V

-He aparecido en un jodido hotel, con una resaca de mil demonios -comenzó a enumerar mi amiga pelirroja con los dedos- Sin mi bolso, y con ésto -finalizó, enseñándome varias marcas rojas en sus costados. Abrí desmesuradamente los ojos, sin embargo, ella parecía tranquila- No quiero ni asustarme, ni pensar lo que no es, así que no lo hagas tú, por favor.

-¿No te acuerdas de nada? -pregunté, sentándome a su lado en el sofá- Tenemos que ir al hospital a que te hagan un reconocimiento o algo. Por Dios, Charlotte, te podrían haber hecho cualquier cosa.

-Lo se -sollozó ella. El poco maquillaje que quedaba en su rostro se corría al paso de las lágrimas- Pero no quiero saberlo.

-Tienes que hacerlo -comenté, intentando que los sollozos no se me contagiaran. La quería como a mi hermana, y si algo tan sucio, como que abusaran de ella le había sucedido, no podría volver a mirarla a la cara.

-Ven conmigo -susurró, escondiendo su rostro en mi cuello y rodeándome con los brazos. Imité su gesto y froté su espalda con mis manos.

-A donde sea -respondí, mientras me levantaba y tiraba de ella hasta el baño- Date una ducha en lo que hago el desayuno y te busco ropa.

Cuando entró al baño fui a mi cuarto y escondí la varita debajo de la almohada. Rebusqué en el armario hasta encontrar dos vaqueros, dos camisetas y una sudadera.

Dejé todo encima de la cama y fui a hacer el desayuno. Dos cafés, cuatro tostadas y dos zumos.

-Que rico huele -comentó mi amiga viniendo por el pasillo. Traía unos de los vaqueros, la camiseta blanca holgada y unas deportivas que supongo que cogería de mi armario.

-Me ducho yo y nos vamos -sonreí, intentando animarla- Tenemos que hacer muchas cosas si te robaron el bolso.

-Cállate -susurró Lotte, sacando morritos- pueden haberme violado, el bolso ahora me importa muy poco.

-Lo que sea -susurré, caminando hasta el baño. Dando veinte mil vueltas al asunto me metí debajo del agua y comencé a enjabonarme el cuerpo.





-Pues aquí están los resultados -comentó el doctor entrando en la consulta de nuevo. Los ojos de mi amiga estaban fuertemente cerrados- No se preocupe, señorita.

-¿Y bien? -me impacienté, al ver que Lotte no movía ni un pelo, al ver que no mostraba ningún interés en saber que le había pasado. El doctor sonrió mientras tendía las hojas hacia mí.

-Esta todo en orden -sonrió el hombre, arrancando un suspiro de alivio a mi amiga- Sin embargo, hemos hallado algo raro en la sangre de la señorita. No es una droga, no es veneno que conozcamos, no sabemos nada de esa sustancia -negó con la cabeza, una bombilla se encendió en mi cabeza. ¿Podría ser una poción? Y si fuera una poción, ¿quién se la habría dado a mi amiga?

-¿Podría dejarme una pequeña muestra de esa sustancia? -el doctor me miró con cara rara, por lo que corrí a explicarme- Tengo un amigo que se dedica a la investigación, tal vez podría ayudarnos.

-Esta bien -respondió receloso, mientras la mirada de la pelirroja se clavaba en mí. Sabía perfectamente lo que mi amiga estaba pensando. ¿Que amigo se dedicaba a investigar? Ninguno, pero tenía a un rubio que perfectamente podría decirme que era lo que contenía la sangre de la pelirroja. Cogí el pequeño tubito de cristal que me tendía el hombre y con una sonrisa lo guardé en el bolso.

Tras despedirnos del doctor salimos del hospital y ahí fue cuando Lotte saltó. Yo reí, al pensar que bastante había tardado ya.

-¿Quién es el que va a analizar mi sangre, Granger? -su voz sonó más como una orden que como una pregunta.

Dulces Mentiras. (Draco Malfoy Y Hermione Granger)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora