Capítulo 29.

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Evangeline.

Rosa me miraba con pena.

-Vamos niña, tienes que acomodar tu nueva habitación.-

¿Nueva habitación?, si.
Andy en su enojo había hecho que me trasladara a la que era mi habitación en un principio, también me había quitado todas las cosas que el me había dado,ropa,pijamas,perfumes y zapatos.

Ahora en dos cajas solo se encontraban las cosas viejas que había logrado adquirir cuando vivía con mi abuela.
Tampoco es como si me molestara no llevar ropa cara,de hecho no me molestaba en lo absoluto.

Cuando termine de acomodar las pocas cosas en el closet decidí bajar para ver si podía ayudar en algo pero Rosa se negó.

-Descansa por hoy niña.-Dijo sonriendo.- Mañana ayudas.-

Supuse que también se me había quitado el derecho de pasear por el jardín o leer en la biblioteca, así que decidí ir a mi habitación y recostarme viendo al techo, así fue como me quedé dormida.

Al otro día desperté por el sonido del despertador ,al girar a verlo vi que eran las 5:00am.
Si, Andy también había dejado listo el despertador.

Me duché y cambié para luego bajar y ayudar en lo que pudiera.
Ayude en el desayuno, el cual solo era para nosotros por qué el fastidioso de Andrew no estaba.
Ayude también a aspirar la gran alfombra de el salón principal y luego ayude a des-enpolvar las persianas.

...

Luego de tres días Andy volvió.
Aunque era como si no lo hubiera hecho pues nunca estaba en casa,salía temprano y no volvía hasta la hora de la cena para después irse a dormir.

No había día que me evitara y mientras el cenaba siempre daba órdenes de que yo hiciera alguna tarea en algún lugar alejado de la cocina.

Sabia que era por qué solo no quería que yo le dirigiera la palabra, incluso la mirada.
Aunque me parecía algo estupido e infantil.

Andy.

Pasaron dos semanas más y Evangeline seguía ayudando como si de una empleada más se tratara.
Había dado órdenes de que la alejaran de mi mientras yo estaba en casa,pues sabía que si la tenía cerca no resistiría más y dejaría mi enojo para tratar de convencerla de que volviéramos como si nada hubiera pasado.

Todo estaba tranquilo y sin muchas preocupaciones hasta que una tarde papá llamó.
Me extraño eso pues no era muy común en el llamar por la nada.

-Andy.-Dijo en cuanto contesté .-¿Como van las cosas con tu esposa?.-

-Todo bien papá.-Mentí con nerviosismo.-

-Sabes,tu madre y yo decidimos ir a visitarlos para ver si podemos ayudarlos en algo,tal vez tu madre pueda darle algunos consejos a ella.-

-¿Que?.-Dije sorprendido.- ¿Y cuando piensan venir?.-

-En dos días estamos ahí.- Confirmó alegre.- Hasta entonces hijo, cuídate.- Dijo terminando la llamada.-

Lo que faltaba,no sabía que hacer o que decirles para cancelar su visita.
Aunque conociendolos nada los detendría a venir.

Busqué a Evangeline por toda la casa hasta que la encontré en el jardín barriendo algunas hojas secas.

-Necesito hablar contigo.-Hable haciendo que se sobresaltara.-

Me miró con nerviosismo para luego hablar.

 𝖘𝖔𝖑𝖉 𝖙𝖔 𝖙𝖍𝖊 𝖉𝖊𝖛𝖎𝖑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora