Anaju se despertó con los primeros acordes de "Viva la Vida" de Coldplay. No había abierto aún los ojos cuando sitió que Hugo apretaba su cintura y sonrió. Se habían quedado dormidos abrazados y estaba acurrucado a su espalda, pegado a ella.
¿Qué estaba sucediendo?. ¿Se estaba enamorando o era únicamente atracción?. ¿De verdad se había liado con el chulito de la academia?.
Recordó sus primeras impresiones cuando lo conoció y le tachó de problemático... ¿por qué pensó aquello?. ¿Quizá sus tatuajes eran muy agresivos?, ¿por su actitud chulesca o distante?, ¿por la seguridad que transmitía?, ¿o por qué temió caer en las redes del chico malo desde el primer momento y le dio miedo?
No podía negar que la mezcla de niño rubio de ojos azules con sus tatuajes era muy sexy y la volvía loca...
Su opinión había cambiado mucho desde aquel primer contacto. Seguía siendo un chulo, pero un chulo gracioso, pícaro, simpaticón. No era un creído inaguantable y "sabelotodo", aunque era perfectamente consciente de la atracción que despertaba en los demás. Si lo pensaba bien, la chulería posiblemente la transmitía por la postura corporal que adoptaba, siempre repanchingado, cómodo y seguro de sí mismo.
Lo que más le gustaba es que tenía siempre una sonrisa enorme dibujada en la cara, de esas que calientan el cuerpo, y que era muy dulce y cariñoso con ella y con sus compañeros. En esa semana, además, había podido comprobar que también era muy trabajador e incansable buscando la perfección. No le importaba repetir y repetir las veces que fuera necesario.
Su mente voló a la noche anterior y su último ensayo. Se mordió el labio mientras la azotaba una contracción involuntaria de los músculos de la vagina recordando el momento que se puso a horcajadas y sintió su erección. Sabía que estaba excitado porque lo había visto en su mirada, pero no se esperaba esa firmeza, ni el descaro que tuvo al mover la pelvis. Una segunda contracción la sacudió a los pocos segundos como si la hubiera rozado en ese mismo momento.
- Madre mía, - susurró con un hilo de voz sonriendo y mordiendo el labio de nuevo.
Su clítoris palpitaba mientras su mente divagaba en su voz susurrada, grave y rasgada; su mirada de deseo y las caricias provocadoras. Los silencios y la tensión del "don't stop" cuando su aliento rozaba su cara; su beso largo y húmedo al terminar la canción...
Notaba la humedad que la excitación estaba provocando y volvió a contraer los músculos, estaba vez conscientemente, aguantando unos segundos antes de relajar. Creía que sería capaz de alcanzar un orgasmo sin tocarse si continuaba haciéndolo, pero respiró profundo tratando de calmarse. No podía seguir así con otras 11 personas alrededor a punto de despertarse....
Hugo le dio un beso en la espalda y bajó la mano a la parte baja de su vientre para colarse debajo de su camiseta.
- ¡Lo que me faltaba!, - pensó Anaju dándose la vuelta para cortar de raíz el acercamiento.
Hugo entreabrió sus ojillos para mirarla luchando con la luz que se colaba por la persiana y le dedicó su mejor sonrisa.
- Buenos días señorita, - balbuceó con voz ronca desperezándose.
- Buenos días chulito. - sonrió revolviéndole el pelo y dándole un beso rápido en los labios.
Hugo se incorporó para verla mejor. Estaba muy sexy con el pelo revuelto y las mejillas sonrojadas. Su piel estaba radiante y sus labios parecían casi hinchados.
- Me vuelves loco, -susurró.
Pasó su pulgar por el labio inferior antes de darle un beso cálido, lento, que culminó en un pequeño mordisco. Anaju no pudo resistirse a continuar el beso rozando sus labios con la punta de su lengua, para abrirse camino, mientras subia una mano a su pecho y la deslizaba a su cuello, sacando las uñas para acariciar su nuca y el nacimiento de su cabello.
Hugo se separó un segundo para mirarla, puso una mano en su nuca y otra la deslizó a la cadera para subirla encima mientras la besaba, pero no había terminado la maniobra cuando los ruidos de la habitación los devolvieron a la realidad y se separaron con brusquedad.
Sonrieron mientras se miraban desde la distancia, con las cabezas en la almohada.
- Hoy es el pase de micros. ¿Estas preparada?
- Sí, el ensayo de ayer fue... inspirador. - dijo soltando una carcajada.
- ja, ja, ja. ¿Ya no vas a pensar en la historia que te inventaste?
- Creo que tengo una mejor, - sonrió apretando los labios.
- ¿Siempre estás tan guapa por la mañana?, - dijo acariciándole la mejilla.
- Tú si que estás guapo... pero, lamentablemente, vamos a tener que levantarnos.
- Siempre tan responsable. Estoy muerto de sueño..., - dijo estirándose.
- Pues menos mal que ayer te obligué a parar y dormir, que no querías...
Hugo hizo un gesto divertido con las cejas y sonrió.
- Me lo estaba pasando muy bien con una chica muy guapa, - contestó colocando un mechón de pelo detrás de su oreja.
- Yo también, pero...
- Lo sé, - dijo interrumpiéndola-. tenías razón.
Miró a su alrededor para comprobar que nadie los miraba y le dio un último beso-. Va a ser una tortura no besarte hasta la noche.
- Me voy a la ducha, - contestó destapándose y mordiéndose el labio para no contestar lo que pensaba sobre la tortura que iba a tener ella todo el día.
- ¿Necesitas ayuda?, sugirió con voz ronca.
Anaju le tiró un cojín y huyó corriendo cuando vio que quería agarrarla para hacerle cosquillas.
- Me vengaré, ¡tranquila!, -gritó sonriendo.
Ella le sacó la lengua para hacerle burla y salió de la habitación.
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NO PUEDES ESCONDER LA VERDAD
RomanceDos jóvenes, Hugo y Anaju consiguen entrar junto a otros 14 concursantes, en el reality musical más importante a nivel nacional.