Capitulo 18

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La luz de la mañana llevaba colándose por la ventana un buen rato y ella aprovechaba para memorizar cada centímetro de su piel, cada sonido, cada movimiento porque no sabia cuando se rompería el hechizo y se alejaría de ella de nuevo. La mañana, el momento más temido de las últimas horas, había llegado.

Estaba apoyando un codo en la almohada, para tener las mejores vistas, perdida en su cuello, admirando la viveza de su búho tatuado cuando notó que se despertó. Sintió miedo en lo más profundo de su interior

Parpadeó un par de veces desorientado, hasta que la buscó y la encontró mirándole. Su mirada se volvió risueña, aparecieron mil arruguillas alrededor de sus ojos y le dedicó su mejor sonrisa. Anaju sonrió aliviada cuando él se movió para acercarse más a ella.

- ¿Llevas mucho rato despierta?, - pregunta con los ojos cerrados de nuevo.

- Un ratito.

- Pero..., ¿es pronto, no?, -moja con la lengua sus labios resecos.

- Sí, tranquilo, vuelve a dormir, -dice deslizando sus dedos entre su pelo.

- Y, ¿si no quiero?, - abre los ojos y la mira desafiante.

- Seguro que estás muerto de sueño...

- Ya... pero prefiero estar contigo, -se incorpora y apoya él también un codo en la almohada, poniéndose frente a frente.

- ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Claro..., -dice asintiendo.

- ¿Por qué un búho?, - dice acariciando su tatuaje con un dedo. Su rostro se ensombrece un poco y traga saliva incómodo-. No... no quería molestarte... no pasa nada si no quieres contarlo...

- Tranquila... no es que no quiera contártelo... es solo que me pongo triste...Lo dibujó mi padre poco antes de... fallecer hace un par de años,- su mirada se perdió en un punto lejano de la habitación recordándole-.

- Lo siento...

- No pasa nada, - dijo con un hilo de voz antes de contar una historia que únicamente conocían unas pocas personas de su círculo más cercano. Solía ser reacio a compartir esos sentimientos tan íntimos, pero con Anaju nada era difícil, sentía que la conocía desde hace mucho tiempo-. Mi padre era profesor de filosofía y se sentía muy unido a los búhos, ¿sabes que es el símbolo de la filosofía?-, dijo con media sonrisa. Anaju negó con la cabeza-. Sus ojos ven en la oscuridad y, por eso, representan la inteligencia, la sabiduría y el conocimiento porque, como al sabio, ninguna cosa se le esconde por más encubierta que parezca.

- Qué curioso..., -dijo interesada.

- Lo dibujaba constantemente... en cualquier papel que encontrara..., en una servilleta mientras desayunábamos en una terraza... Desde que era pequeño he estado rodeado de búhos por todas partes. Incluso el peluchillo que tenia cuando era pequeño, ¿ese con el que te agarras fuerte para dormir y tus padres rezan para que no lo pierdas para evitar un drama?, -entonó en forma de pregunta para confirmar que sabia a qué se refería-, pues también era un búho, - le volvió la sonrisa durante unos segundos con sus buenos recuerdos-. Yo... me sentí muy solo y muy perdido cuando se fue...y pensé que si me tatuaba su dibujo podría estar más cerca de él... Y que, incluso, él podría guiarme en la oscuridad.

- Me gusta porque transmite que está vivo y está perfectamente adaptado a tu cuello... es una obra de arte...

- Sí..., me lo hizo su hermano, mi tío Dimas. Si quieres un día te lo presento.

- Claro...

Anaju llevo una mano a su mejilla y la acarició antes de darle un tierno beso en los labios.

- Gracias por compartirlo conmigo....

- De nada... y, ahora, me toca a mi preguntar....

Anaju subió las cejas y sonrió pícara.

- ¿Qué quieres saber?

- ¿sobre quien hablas en la canción?, -se interesó Hugo.

- ¿Qué canción?

- La que estás componiendo estos días...

- ¿Me iré?, - Se hizo la sorprendida, aunque se imaginaba de que hablaba antes de que Hugo asintiera-. Fue... alguien muy importante para mi hace algunos años...

- ¿Años?, - continuó asombrado.

- Sí, años...

- Ya... y todavía..., ¿lo es?

- No..., - negó también rotunda con la cabeza.

- ¿Seguro?, perdona pero... pareces rota de dolor cada vez que la cantas...

- Aun soy capaz de retrotraerme a aquellos momentos con facilidad. Lo pasé... realmente mal... Pero lo superé, de hecho, el último verso de la canción es "me fui".

- Eso es verdad..., - concluyó sonriendo.

- Sí....

- Me alegro..., -dijo justo cuando comenzó a sonar la música despertador y comenzó a cantar.- "Qué bello es vivir, A mí me gusta cada cosa, Que la vida nos ofrece, El placer me reconforta, El dolor me fortalece".**

- Me gusta mucho esta canción...

- A mi me gustas tú, - subió una mano a su pecho y comenzó a acariciar su pezón hasta erizarlo.

- ¿Con quién nos tocará cantar esta semana?, quiero saberlo ya...

- ¡Yo tengo más ganas de ver el repaso de gala!

- Uff, ¡Sí, yo también!, ¡qué bien salió!...

- ¿Qué pasá?, -pregunta cuando nota que se mueve inquieta.

- Se está despertando la gente y... debería vestirme... pero no encuentro mis braguitas ni mi camiseta..., ¿se puede saber que has hecho con ello?, -dijo ruborizada recordando el momento.

- Espera... debe de estar por aquí abajo..., -dice mientras se mete bajo el edredón para buscar las prendas. Por el camino aprovecha para dar besos furtivos por doquier sobre su piel, en el pecho, en el vientre, en su pubis... mientras Anaju se debate entre el placer y la angustia por si alguien se levanta y los pilla in fraganti. Siente alivio cuando Hugo sube de nuevo.

- Gracias..., -dice cuando recupera su ropa y se la pone-. me voy a la ducha..., ¿desayunamos juntos?.

- Si quieres también nos duchamos juntos..., - dice pícaro.

- No, no..., ahora ni de coña..., si quieres luego a la noche..., -dice cogiéndole la cara y dándole un beso lento y húmedo.

- Valeeee..., - susurra excitado. Vete ya o no respondo...

- Chao... ahora te veo...

**Canción "Qué bello es vivir", "El Kanka".

NO PUEDES ESCONDER LA VERDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora