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Luego del susto que se dieron, quedaron al menos media hora en silencio, esperando que ningún espíritu los haya seguido.

— Bueno, olvidemos lo pasado, ¿quién quiere tomar alcohol? — Propuso TaeHyung de la nada.

— Comienzo a pensar que tu das las órdenes y nosotros te seguimos — Comentó Jungkook, elevando ligeramente una ceja.

— Es que en realidad si, es así, ahora, ¿vienen conmigo a buscar una tienda para comprar las bebidas? — Insistió.

Los cuatros se levantaron, colocaron seguro a la puerta de la casa, y salieron. Se subieron al auto rojo que habían dejado guardado en el especie de garage que tenían en aquella cabaña, y conducieron unos minutos hasta que encontraron una gasolinera, lugar perfecto para gastar un poco del dinero que tenían.

— Ustedes vayan a comprar las cosas, yo llenaré el tanque — Avisó Kim.

Sus contrarios asintieron y entraron a la tienda, donde saludaron al empleado que estaba de turno, y fueron directo a las heladeras en busca de alcohol.

— ¿Deberíamos comprar comida para el resto de la semana? — Preguntó Zhou.

— Tienes razón, iré a buscar un carrito, esperenme — Pidió Jeon.

Éste se alejó, y las dos chicas comenzaron a ver que podían usar para la fiesta improvisada que llevarían a cabo cuando regresen.

— ¿Alguna vez haz tomado alcohol? — Indagó la japonesa, mirando el precio de una botella.

— Sinceramente no, nunca lo hice — Admitió sin pena o vergüenza.

— ¿En serio?, ¿y que tomas en las fiestas?.

— Jamás fui a fiestas.

Minatozaki entreabrio la boca y dirigió su mirada a la taiwanesa. Debía estar bromeando.

— ¿De verdad?.

— Si, ya te lo dije, cero fiestas — Repitió, observando una botella de refresco.

— ¿Nunca fuiste a una fiesta? — Consultó Jungkook, llegando con el carrito en su poder.

— ¿Están sordos? No, no fui a ninguna fiesta — Volvío a decir.

— ¿Quién no fue a una fiesta? — Fue el turno de Tae para preguntar, quien recién llegaba.

— ¡Yo no fui a ni una sola fiesta! — Exclamó la menor, más que arta de repetir lo mismo.

Se hizo paso entre sus amigos y salió de la tienda, entre ellos se miraron, aunque a quien obligaron a ir tras ella, fue a Kim, ya que él era "el mayor".

— ¿Crees que se besen? — Bromeó el menor, cuando el otro se fue, recibiendo un leve empujón de la japonesa.

Rieron un tanto y siguieron con las compras.

Por su parte, cruzando la puerta, Tzuyu se encontraba sentada en el suelo, sola, o al menos hasta que llegó TaeHyung y se sentó a su lado.

— Oye, no está mal que no hayas ido a-...

— Lo sé.

— Pero en serio, no te sientas mal, esta bien que-...

— TaeHyung — Detuvo — No me siento mal, sé viví con ello, solo no me gusta repetir la cosas, estoy bien — Aclaró.

— Que tonto, pues entonces, de ser así... Vayamos con los otros dos — Pidió.

Ambos se levantaron, y entraron nuevamente, viendo que Sana y Jungkook ya iban a pagar las cosas, por lo que se acercaron a ayudar con las bolsas.

— Oí que tendrán una fiesta — Dijo el vendedor, llamando la atención de los jóvenes.

Este era alguien mayor, cabellos canosos, un ojo celeste y el otro cerrado, escaso de la mayoría de los dientes delanteros y apariencia siniestra, tenebroso hasta cierto punto.

— En el mundo entero, muchas drogas están prohibidas, ¿si? — Ellos asintieron, con algo de temor y confusión — Pues, si quieren disfrutar como el señor Dios manda, deberán probar esto.

El sujeto se levantó de su asiento, salió de detrás del mostrador, y abrió una nevera, buscando algo entre las bebidas.

— No se moleste señor, estamos bien con esto — Trató de convencer una de las muchachas.

— Pamplinas — Interrumpió — Son jóvenes, vienen en parejas, lo peor que puede pasar es engañarse, pero son amigos, por lo que pueden compartir, ah, ¡aquí estas! — Anunció.

El anciano volvió a su lugar, puso frente a estos una botella, completamente de color negro, y en el medio, una simple línea blanca.

— Solo una — Habló él, después de un rato de silencio — Solo deben tomar un vaso de este licor, y pasarán la noche más loca de toda su existencia, ¡pero cuidado! No la vuelvan a tomar nunca más, solo una vez — Advirtió.

El de cabellos grises, entregó el envase, los jóvenes lo tomaron con algo de duda, volvieron a compartir una mirada entre los cuatro, pero finalmente aceptaron.

— Esta corre por cuenta de la casa, gracias por su compra — Finalizó el señor, guiñandoles un ojo, a pesar de contar con el otro cerrado.

Los chicos dieron una pequeña reverencia, tomaron las cosas que compraron, y salieron de allí.

Se dirigieron al auto, se subieron, arrancaron el motor, y se pusieron en camino hacia la cabaña nuevamente.

— ¿Creen que sea veneno? — Inquirió la pelinegra, mirando el objeto.

— Lo dudo, creo que es alguna especie de bebida con drogas o algo así — Comentó TaeHyung, sin despegar la vista de la carretera.

— Demosle una oportunidad, probablemente tenga razón, y sea algo para divertirnos un poco esta noche, no nos vendría mal.

— No es por contradecirte, Sana, pero... ¿No te parece un poco raro que un tipo extraño de una tienda abandonada nos ofrezca una bebida... Solo para pasarla bien? No se, piénsalo — Respondió Jungkook, bastante dudoso.

— Yah, Kook, puede ser que sea raro, pero después de todo, no tiene nada de malo probar algo nuevo, ¿y si es verdad? Nos vamos a divertir como cerdos que nacieron después de navidad, jamás esta de más probar algo nuevo — Aseguró el mayor.

La japonesa rió ante el comentario, mientras que los otros dos menores, solo optaron por no contestar, ¿y si no era verdad?, vaya a saber uno qué pasará después.

Al cabo de unos minutos, llegaron a la casa, bajaron las cosas, y entraron.

Lo primero que hizo Kim, fue buscar en la cocina cuatro vasos de vidrio pequeños, los cuales encontró fácilmente, en estos sirvió el contenido de la botella que llevaba en sus manos.

Los puso en una bandeja, y los llevó a la sala, donde los demás lo estaban esperando.

— Solo una vez — Recordó el castaño, tomando el objeto en sus manos.

— Solo una vez — Secundaron ellos, antes de dar un sorbo, y tomarlo todo de una sentada.

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Nimin_36

(editando) ¬ 365 Fresh ¬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora