_FifeTeeN_

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Los cuatro jóvenes miraban a su alrededor, estaban rodeados por de agua.
La de Taiwán sentía miedo de lo que pueda salir de allí, y estaba preocupada por cuando iba a bajar otra vez para volver a su hogar improvisado. Mientras que el resto de la tripulación seguía calmada, debido a que no les aterraba tanto.

— ¿Les cuento una leyenda para pasar el rato? — Propuso TaeHyung, buscando una linterna entre las cosas.

— Si no es de terror sí — Condicionó Sana, abrazando sus piernas, y apoyando su cabeza en las rodillas.

— Ya va a anochecer, mejor no — Se negó Tzuyu.

— Con más razón, juntense voy a empezar — Avisó el castaño.

Las dos extranjeras se recostaron por los hombros del coreano menor, dejando a Kim en la punta para poder oírlo mejor.

— ¿Saben lo que es un cabure? — Inició su relato, apuntando la luz de la linterna por debajo de su rostro.

— ¡Ohh!, ¡si si! Son los búhos chiquitos y marrones que-...

— ¡Sana! No me interrumpas — Se quejó el mayor, sacando un puchero.

— Perdón, pero tu preguntaste — Rió levemente, y volvió a su lugar.

— Bien, retomando, ¿saben lo que es un cabure? — Los demás asintieron — Cuenta la leyenda, que estas místicas aves viven en el campo, también en los bosques, se alimentan de insectos, e incluso de pájaros más pequeños — Hizo una pausa y los miró — Este animal es el más respetado entre las demás aves, pues se hacía responsable de todas las muertes que ocurrían a las noches, noches como estas — Otra pausa — Una vez, una mamá lechuza, preocupada de que le coman a su hijo, recurrió al cabure para implorarle que no lo hiciera, a lo que el contrario accedió milagrosamente, aunque esa noche, la lluvia caía, interrumpiendo la vista del búho, quien había salido a cazar, evitando que distinga a su presa, haciendo que atrape al primer animal que tenía a su alcance, el cual para su suerte, era el hijo de la mamá lechuza — Nuevamente pausa, esta vez más larga — Al día siguiente, cuando la lechuza se levantó, no encontró en su nido al polluelo, por lo que salió a buscarlo, encontrando sangre, plumas, tripas, ¡y más sangre!, por lo que soltó un alarido tan, pero tan fuerte que se pareció al de un-...

El destino se le adelantó, y del bosque salió un sonido extraño, el cual sonó lo suficientemente fuerte para lograr estremecer a los cuatro jóvenes, quienes también soltaron un agudo chillido.

— ¡Que tonto eres! — Exclamó Jungkook, empujando al mayor, haciendo que este pierda el equilibrio y caiga al agua.

Sus compañeros se acercaron asustados, pero no hallaron nada, asique asustados, empezaron a llamarlo.

— ¡TaeHyung! ¡¿Estás bien?! — Dijo Jeon preocupado.

— ¿Te ahogaste? — Habló Zhou.

— ¡Esto no es divertido TaeHyung! — Bufó Sana.

Pero nadie respondía.

— ¿Deberíamos ver? Anda tú Jungkook — Ordenó la menor.

— ¿Y yo porqué?

— Tu eres hombre, además, tú lo empujaste — Recordó Minatozaki.

El menor suspiró, rodó los ojos y aceptó. Se sacó los zapatos, la playera, y se hundió en el agua para buscar a su amigo.

— ¿Crees que se ahogen? — Preguntó la más alta.

— Lo dudo, aunque es muy probable, tal vez se los llevó algún espíritu — Contestó la japonesa, queriendo creer que lo que estaba diciendo era broma.

Se acostaron boca abajo, mirando atentamente el lugar por donde se habían caído ambos chicos. Ninguno salía aún, y poco a poco se preocupaban más.

— Sana, creo que algo no está bien — Insistió la menor.

— Lo sé, pero no podemos hacer nada — Respondió.

De un momento a otro, a la taiwanesa le estiraron el pie, haciéndola caer ella también, quien con un último grito, desapareció del tren donde estaban antes.

— ¡¿Tzuyu?! ¡Tzuyu! — Gritó la castaña.

Se arrimó a ver, distinguiendo como dos manos negras venían de lo profundo, la tomaban de los hombros, y la sumergía al agua. Sintió como si se estuviera ahogando, pues fue tan repentino, que no alcanzó a respirar correctamente. En un instante, abrió los ojos, y pudo distinguir dos puntos rojos en el medio de la oscuridad, por lo que ante el miedo, volvió a cerrarlos.

Fue entonces, que el aire regresó a sus pulmones, y la hizo tocer un poco. Miró a su alrededor, y se encontró con sus tres amigos, quienes la miraban expectantes.

— ¿Dónde estamos? ¿Qué pasó? — Interrogó asustada.

— Lo que pasa es que cuando Jungkook me empujó, quise hacerles una broma para vengarme, la cual consistía en pasar por debajo del tren para dar la vuelta, y luego ¡bum! Sorpresa, pero en realidad terminé sorprendiendo yo, debido a que aquí adentro no hay agua, y como ven, se puede respirar normalmente — Explicó el mayor.

Y como dijo, así era. Pues dentro del tren abandonado, el cual estaba rodeado de agua hasta el techo, entre sus paredes, seguía intacto, como si de un submarino se tratase.

— ¿Y qué se supone que hagamos? ¿Quedarnos aquí toda la noche? — Cuestionó la pelinegra.

— ¿Prefieres quedarte en el techo y que te coma la lechuza del cuento de TaeHyung? — Remató Jungkook.

— Cabure — Corrigió el dueño del relato.

— Como sea, los dos son aves — Restó importancia.

— Ya en serio, ¿no les parece extraño algo de esto? Digo, esta cosa no tiene ni un solo vidrio en las ventanas, pero aún así aquí no hay agua, ¿cómo carajos es eso posible? — Espetó la de 17 años.

— Tzuyu, amor mío, nada de esto tiene sentido, solo piénsalo, una noche, un chico cualquiera roba un auto, cuando va por las calles se encuentra a otras tres personas super desconocidas, las sube al carro y luego se escapan de la ciudad, después, oh, sorpresa, en el maletero hay dólares, ¿después qué pasa?.

— Lo de la cabaña — Recordó Jeon.

— Eso, van a una cabaña, la cual casualmente es abandonada por una pareja de ancianos, continuamente encuentran otra casa en el bosque, dime, ¿algo de eso te parece normal?.

— No pero-...

— ¡Pues ahí esta la respuesta! Estas rodeada de un trío de locos, nada de esto es normal, solo fingamos que es un sueño, uno del cual no nos queremos despertar — Finalizó Minatozaki, colgándose del cuello de ambos chicos.

— ¿Por qué siempre debemos tener esta charla cada vez que vamos a hacer algo nuevo? — Comentó el menor, riendo al darse cuenta del detalle.

— Porque Tzuyu no sabe disfrutar, ahora andando, el que llegue primero al último vagón gana — Avisó la mayor, comenzando a correr, y siendo seguida por los demás.

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En honor a Jacobo, mi búho Cabure 💙

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En honor a Jacobo, mi búho Cabure 💙.

Nimin_36

(editando) ¬ 365 Fresh ¬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora