(editando) ¬ 365 Fresh ¬

_tHen_

De la nada, Jungkook se levantó bruscamente de sus inexplicables sueños, al sentir agua fría sobre todo su rostro.
Se sentó en el suelo, y miró a su alrededor, confundido al no saber dónde estaba.

— Ah, ¿qué pasó ayer? — Murmuró al sentir un leve dolor en su cabeza.

Se tomó un segundo para recordar exactamente qué sucedió el día anterior, pero nada apareció entre sus recuerdos.
Recorrió el lugar con la vista, estaba en el muelle de la casa, pero la verdadera pregunta era, ¿como llegó ahí?, ¿y donde estaban sus zapatos y su camisa?.

Algo confundido, un poco mareado y desorientado, se levantó de donde estaba tirado, y se encaminó hasta el hogar.

Ingresó por la puerta de atrás, y ya una vez dentro, pudo notar como tres tornados habían hecho destrozos con todo a su paso. Caminó un poco más, encontrándose con botellas, algunas vacías, otras rotas, ropa en el suelo, entre ellas una playera, la cual se colocó rápidamente, pero lo que más le llamó la atención fue ver una mancha de sangre sobre la superficie del sillón.

En ese instante, recordó que actualmente vivía con otras tres personas, las cuales no vio desde el momento en el que abrió los ojos, y si él terminó cerca del agua, ni se quería imaginar donde pudieron haber terminado los otros.

Así que sin dar más vueltas, comenzó a buscarlos por donde resultaría más obvio, o sea, dentro de la casa.

Fue al baño; nada, a una de las habitaciones; nada tampoco, a lo igual que en la otra de al lado.
Aunque antes de salir para fijarse en el parte de afuera, pudo oír un pequeño quejido provenir de uno de los cuartos.

Ingresó sin pensarlo demasiado, abrió la puerta, y se encontró a Sana, quien tenía medio cuerpo del armario.
Ésta estaba con una camisa roja a cuadros, unos shorts blancos, y el cabello revuelto, a pesar de eso, parecía un poco más consciente que el menor.

— Sana, ¿estás bien? — Preguntó acercándose a ella.

— ¿Umh? Ahh, mi cabeza — Se quejó la japonesa, frotando la zona mencionada.

— ¿Te encuentras bien?, ¿recuerdas algo de lo que pasó anoche? — Indagó, ayudándola a levantarse.

— Si, estoy bien, recuerdo haber ido a la tienda, luego tomamos lo que nos dio el viejo y después... Después no recuerdo mucho de lo que pasó — Admitió, algo frustrada por su poca memoria.

— Esta bien, luego veremos qué sucedió, ahora debemos encontrar a Tae y Tzuyu — Avisó, algo preocupado por sus amigos.

— ¿No los viste? Espera, ¿estamos en la casa? — Consultó, mirando a su alrededor.

— Así es, técnicamente está todo en orden, pero no tan así, ahora vayamos a buscar a los otros.

Ambos salieron del dormitorio, con dirección a las afueras de la cabaña, con la esperanza de que los hallarían.
Al cabo de unos diez minutos, se dieron por vencidos luego de no tener resultados, cuando de repente, se les hizo oír una voz proveniente de afuera.

— Oye, ¿escuchas eso? Suena a Tzuyu — Avisó la castaña.

Los dos hicieron silencio un segundo, notando que, claramente, lo que oían era a Tzuyu por lo que se apresuraron a ir donde ella, abriéndole la puerta para dejarla pasar.

— Gracias a Dios, pensé que nadie me abriría — Admitió la taiwanesa, entrando al hogar.

— Estábamos afuera buscándote por la parte del bosque, ¿dónde te habías metido? Nos tenías preocupados — Acusó Minatozaki.

— No se cómo llegué allí, pero estaba metida en el auto, aunque lo que en verdad importa aquí es, ¿qué le pasó a la casa? — Argumentó, viendo todo el desastre que los rodeaba.

— Después nos encargamos de eso, debemos buscar a TaeHyung, todavía no lo encontramos — Informó el menor.

— No se molesten, aquí estoy — Detuvo Kim, apareciendo de la nada.

Éste estaba bostezando, cubriendo su boca con la mano, mientras que sus cabellos estaban algo desordenados, pero por el resto, nada fuera de lo normal.

— Ya que estamos los cuatro, ¿alguien sabe que-...

— Olvídalo, quiero desayunar — Anunció el mayor, interrumpiendo a su amigo.

Él se dirigió a la cocina, donde de la heladera, sacó varias cosas para comer. Sus compañeros se miraron entre sí, pero finalmente se acercaron a Tae a ayudarlo con la comida.

Al cabo de unos minutos más, todo estaba listo, tiraron al suelo las cosas que yacían sobre la mesa, hicieron lo mismo con los objetos de las sillas, y se sentaron a desayunar.

Comían en silencio, nadie decía nada, solo se centraban en desayunar.

Todos excepto Jungkook.

— ¿Alguien tiene alguna herida? Es que vi una mancha de sangre en el sillón, y... Me preocupé — Murmuró las últimas palabras, con la vista gacha.

— Yo estoy bien, sin ningún rasguño, solo un poco de dolor en la cabeza, aunque ya que estamos, ¿que carajos pasó anoche?, esto está todo un desastre — Se quejó el más alto, observando más detalladamente todo.

— Después de comprar las cosas, un viejo nos dio una bebida, la trajimos, la tomamos, y después nada, ese es mi último recuerdo — Contestó la castaña.

— Supongo que nos habremos drogado sin darnos cuenta — Comentó Zhou.

— ¿Pero qué-

— ¿Qué es eso? — Interrumpió Jeon, manteniendo la vista fija en una esquina de la casa, más precisamente en el techo, señalando dicha parte con el dedo índice.

Los demás miraron a dónde los ojos del pelinegro estaban, encontrándose con lo que menos esperaban.

Cámaras de vigilancia.

— ¡Estuvimos aquí hace casi una semana y jamás las vimos! — Bufó la japonesa.

— No es tan malo, así podremos ver que pasó anoche, dudo que sea tan difícil encontrar donde se pueden ver las grabaciones — Aseguró el castaño.

— Es algo un poco imposible, recorrimos toda la casa en el momento que llegamos, y que yo recuerde, ninguno encontró una habitación que muestren las grabaciones — Mencionó la menor.

— Es cierto, pero nosotros miramos lo de adentro, jamás fuimos a la cochera — Acotó Kim.

— ¿Qué cochera?.

— Dónde guardamos el auto, ¿dónde más? Nosotros solamente lo dejamos ahí en la entrada, nunca abrimos la puerta, asique cuando terminemos de desayunar, nos iremos a fijar — Afirmó el mayor.

— No, después de desayunar, limpiaremos la casa, ¡está un desastre! — Reclamó la de cabellos marrones — Y no quiero escuchar quejas, ahora terminen de comer, que nos espera un largo día limpiando — Sentenció.

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Nimin_36