Devolver el Tiempo.*Jimin y Tn 2

Juego de Helados...

Cap 13

Al día siguiente...

Tae: Que malo es verte ir.

T/n: Lo sé, te voy a extrañar, pero prometo llamarte en cuanto llegue.

Tae: Esperaré tu llamado.

Me abrazó y besó mis labios intensamente, este sería el último beso que nos daríamos pues hasta que no regresara del viaje no lo vería.

Lo amaba, no quería irme, pero era necesario, pues era mi trabajo.

Me llevó al aeropuerto y me dejó en la puerta, él tenía que ir a trabajar.

No demoró Jimin en llegar, más bien se podría decir que nos siguió hasta aquí. Ni lo miré, solo caminé en dirección al salón principal, no iba a estar todo el tiempo esperando el vuelo en la entrada.

Me senté en un banquillo y me puse los audífonos, relajarme era lo mejor que podía hacer ahora.

Un olor a café llegó hasta mi nariz, lo que me despertó inmediatamente. Abro los ojos y veo a Jimin extendiéndome un vaso con una de mis bebidas preferidas, el café y él lo sabe.

T/n: Es para mí?

Jimin: Ves a alguien más? -la verdad lo noté frío conmigo, como no, si con lo que pasó ayer, no creo que le hubiera hecho mucho bien que le mintiera de esa forma. Si me hubiera pasado mí, no estaría en pie.

T/n: Gracias.-acepté el café, pero como soy muy despistada, ni me imaginé que estaría caliente.-Aish.-me quejé al tomar un sorbo del café, estaba calientísimo.

Jimin: Tonta, ten más cuidado. Descuidada.-se mordió el labio, sabía que estaba aguantando una sonrisa.

T/n: Sonríe, te sale bien.-dije sin mirarlo.

Jimin: Eh?-dijo apenado.- Oh.

T/n: Ah, Ih, Uh, ya son todas las letras?

Esta vez sí sonrió, era reconfortante ver esa sonrisa, tenía tristeza, pero igual era una sonrisa, eso nadie lo quita.

Minutos después hicieron el primer llamado para el vuelo, por lo que ambos nos dirigimos a abordar el avión.

Mostramos nuestra identificación y el pasaporte antes de entrar al avión, que era muy grande la verdad. No era mi primera vez viajando, pero los aviones me ponen nerviosa.

Los asientos dentro del avión eran dobles, por lo que Jimin y yo nos sentamos juntos. Él sabía que estaba nerviosa.

Jimin: Cálmate, respira hondo, todo estará bien.

T/n: Lo sé, pero no soporto estar tanto tiempo sentada, mucho menos en movimiento. Eso me espanta.

Jimin: Si quieres duerme, no hay problema.

T/n: No, prefiero ver el paisaje por la ventana.-dije señalando la pequeña y redonda ventana que estaba a mi lado.

Él asintió y yo me giré hacia la ventanilla. La azafata pasó varias veces, primero con una planilla en la que teníamos que escribir datos personales. Luego nos preguntó si queríamos comer algo, Jimin por su parte pidió helado, por lo que a mí se me antojó un poco, así que pedimos ocho raciones, pero la azafata pensó que todo era para Jimin, por lo que trajo una copa con el helado de ambos. Ella por la equivocación se disculpó, y quiso llevárselo para traerlo por separado, pero Jimin se adelantó y le dijo que no importaba, que compartiríamos.

Yo primero, cogí la cuchara y tomé un poco, ya al llegar a la mitad, se la di a Jimin para que comiera también.

Eso me recordó uno de los hermosos momentos que pasé con Jimin cuando fui su novia, por lo que sonreí y él lo notó.

Jimin: Lo recordaste?

T/n: Que?

Jimin: Nuestra primera cita, en la heladería.-su rostro reflejaba emoción, una pequeña sonrisa salió de sus labios.

T/n: Sí, cómo olvidarlo?

Él cogió con la cuchara un poco de helado y la extendió hacia mí.

T/n: Qué haces?-para qué pregunto? Él hizo lo mismo en nuestra cita, para mí en aquel entonces eso era súper romántico, pero ahora, era algo normal, pues lo hacía con Tae todo el tiempo.

No dudé y abrí la boca, él introdujo la cuchara y sentí el sabor nuevamente del helado.

T/n: Gracias.

Jimin: Querrás más?

T/n: Ese es el tuyo.

Jimin: Ya entendí, porque es el mío sabe bien.-no paraba de sonreír.

T/n: Ese es el mismo que el mío, no te hagas, que no te queda.

Jimin: Sé que quieres más, toma.-es verdad, sí que me gustó ese helado.

Él cogió otra cucharada y me acerqué a él para que no se fuera a caer al suelo. Mientras más me acercaba, él alejaba la cuchara más de mí, que malo. Qué tramaba? Qué raro.