XI Amenaza

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El tiempo iba pasando y el embarazo de Juliana evolucionaba de acuerdo a lo esperado. Valentina y Juliana se habían vuelto muy buenas amigas, o al menos eso era lo que ambas pensaban, Juliana cocinaba cada vez que podía. Valentina no faltaba los días que su esposa cocinaba, de hecho, había cambiado por completo su estilo y modo de vida, casi no salía de fiesta y estaba en casa temprano; si salía, lo hacía con Juliana a casa de su padre o con su prima. Su círculo de amistades no la conocían aún, pero tenía planeado presentárselas después del parto, mientras tanto tenía muchísimos compromisos que cumplir como presidenta de Grupo Carvajal. En esa tarde en específico tenía que asistir a un cóctel preparado para honrar a su padre debido a su larga y exitosa trayectoria, estaba muy nerviosa y no del todo convencida de que Juliana la acompañara.

Valentina: ¿Juls, estás segura de ir?, yo puedo ir sola un rato y regreso pronto a casa, recuerda que ya estás en el séptimo mes, no me gustaría que te agites.

Juliana: No te preocupes, el ginecólogo me dijo que todo está bien, que puedo hacer vida social sin sobresaltos y sin excesos, además me da mucho gusto poder acompañarte a ti y a tu padre.

Valentina: Bueno.... Está bien, pero si te cansas o te sientes indispuesta de alguna forma me avisas y regresamos a casa, ¿de acuerdo?

Juliana: De acuerdo - respondió, sonriendo, acción que llenaba de alegría a Valentina.

Valentina: Bueno, vámonos, mi padre nos está esperando.

Cuando llegaron al lugar donde sería el evento, una vez más se convirtieron en el centro de atención. Valentina no apartaba la vista de Juliana, cuidándola toda la noche, aún a la distancia, no quería que pasara nada similar a lo que había ocurrido la última ocasión.

Juliana por su parte la estaba pasando de maravilla aunque se sentía un poco cansada, después de todo había estado tres meses en reposo absoluto y apenas comenzaba a retomar parte de sus actividades habituales, por lo que se dirigió al sanitario a refrescarse un poco, pero ésta vez Valentina se dio cuenta de cuándo entró y de quién más entro tras ella, por lo que espero atenta a verla salir.

Cuando Juliana salió, Valentina se dio cuenta de que un hombre lo tomaba por el brazo y la dirigía hacia una parte alejada, no sabía de quién se trataba, pero pudo darse cuenta de que Juliana no quería ir con él, así que de inmediato se dirigió hacia ellos. Mientras tanto Juliana intentaba lidiar con el tipo que la sujetaba fuertemente y que resultó ser Sergio, su ex.

Juliana: ¡Sergio, déjame! ¿Qué haces aquí?, me estás lastimado.

Sergio: No sé qué demonios haces aquí, pero veo que no abortaste como te dije.

Juliana: No, pero casi lo pierdo por tu culpa, así que déjame en paz o te acusaré de intento de homicidio.

Sergio: ¡Ja!, inténtalo, tú no ere nadie, solo eres una pobretona venida a más, aunque tengo que reconocer que eres la mejor amante que he tenido en mi cama, vamos recordemos viejos tiempos - le dijo acercándose de más y poniéndola contra la pared -.

Juliana: ¡Suéltame o grito!

Sergio: Todo el mundo está perdido en sus propios asuntos, nadie va a venir a ayudarte.

Estaba tan absorto intentando sobrepasarse con Juliana, que no se dio cuenta de que Valentina venía justo tras él hecha una verdadera furia, lo tomó del cuello de la camisa haciendo espacio para colocarse entre él y Juliana.

Valentina: Juls, ¿estás bien?

Juliana: Sí - contestó apenas audiblemente.

Sergio: ¿Por qué se mete?, esto no es asunto suyo.

Cuando el amor llegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora