Cuando el amor llega

XIII ¿Lo prometes?

Después de orar, y ya un poco más tranquila, regreso a la habitación con Juliana, se detuvo en la puerta al notar que estaba en compañía de su prima. Juliana noto su presencia inmediatamente, y de alguna manera descansó, ella le daba seguridad y confianza.

Juliana: ¿Dónde has estado Val?

Valentina: En la cafetería

Juliana: ¿Hablaste con el doctor?

Valentina: Sí, lo más probable es que te tengan que hacer cesárea, si no dilatas en las próximas horas y no se detiene el sangrado. - Dijo lo más tranquila que pudo -.

Juliana: ¿Y la bebé, va a estar bien?

Valentina: Sí, tranquila, todo está bajo control - mintió, ya que lo que menos quería era preocuparla -.

Eva: Valentina, ya que estás aquí, me voy. Llamé a mi tío, le dije que por ahora era innecesario que viniera, que tú lo llamarías en cuanto tu bebé nazca, lo mismo a tu mamá Juliana - dijo dirigiéndose a esta - cualquier cosa que necesiten me avisas, por favor. - Dijo dirigiéndose a su prima, pero de inmediato se dio cuenta que algo le pasaba - ¿Me acompañas afuera?

Valentina: Sí, claro. Ahora regreso Juls.

Eva: ¿Qué te pasa? Aunque intentas parecer tranquila, te conozco y algo te preocupa.

Valentina: El doctor me dijo que si las cosas se complicaban más y Juliana no dilataba tendría que hacerle cesárea, pero que cabía la posibilidad de que se produzca una hemorragia considerable durante el procedimiento que podría poner en peligro la vida de alguna o de ambas, - Se deshizo en llanto, no pudo contenerse más. - me ha pedido que en caso de que algo así ocurra debo decidir entre Juliana y Lorena, dime, ¿cómo voy a hacer eso? Por un lado, no me puedo imaginar criando a la nena sola, no quiero perder a Juliana, por el otro, amo a mi hija más que a mi vida y sé que Juliana estaría destrozada si algo le pasa. No quiero tener que tomar una decisión así, son mi familia y las amo a las dos, no sé qué hacer.

Eva: ¿Y que has decidido?, - pregunto sin siquiera intentar entender por lo que estaba pasando su prima, no se imaginaba lo que debía estar sufriendo - Tal vez deberías consultarlo con ella.

Valentina: No, no quiero preocuparla. No voy a perder a las dos personas que más amo en esta vida. Le dejaré todo a la vida y el destino, sé que no me las van a quitar, después de todo lo que ambas hemos sufrido no sería justo que ahora nos nieguen la felicidad de convertirnos en una hermosa familia las tres. Ahora solo quiero estar a su lado, vete tranquila, yo te llamo si pasa cualquier cosa.

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Las horas pasaban y Juliana no dilataba, el dolor se hacía cada vez más insoportable. Valentina estuvo con ella todo el tiempo, dándole una mano que Juliana apretaba con fuerza cada vez que tenía una contracción. Le dolía verla con tanto dolor y no poder hacer nada para evitarlo, estaba desencajada y con ojeras por no dormir. Se estaba acercando el tiempo límite que había estipulado el médico para realizar la cesárea, se notaba en su rostro lo mal que lo estaba pasando.

Juliana: Oye val... - dijo llamando la atención de su esposa - recuérdame no tener más hijos, aún no nace y ya me veo horrenda.

Valentina: Entonces, ¿vas a dejar a Lore sin hermanos?, no seas así, de seguro a ella le encantara tener hermanos, además - dijo burlándose un poco - no estás tan fea, solo un poquito.

Juliana: No me hagas reír que me duele - dijo conteniendo la risa -.

Valentina: Bueno ya, perdón. Pero en serio, ¿no vas a tener más hijos?