Cuando el amor llega

XIX Te amo (final)

Juliana: ¡Porque TE AMO! - por fin dijo, sintió alivio y vergüenza al mismo tiempo. Valentina abrió los ojos sorprendida y la soltó del agarre por inercia y tratando de recuperarse del shock que le habían causado las palabras que acababa de escuchar, no se lo esperaba, Juliana siguió hablando... - Me enamoré después de conocer el gran ser humano que eres, cuando me di cuenta que toda las imagen que tenía de ti era equivocada; me enamoré de tu manera de tratarme, me enamore de la forma en la que amas a mi hija, nuestra hija - corrigió -, me enamore de cómo nos defiendes y nos mimas, de cómo has estado a mi lado en todo - se detuvo para tomar aire - estás ahí siempre que abro mis ojos, en el hospital...en ti terminé encontrando todo lo que estuve buscando por años mientras cometía cientos de equivocaciones, pero sé que aunque yo me he enamorado de ti, tu no lo has hecho de mí, así que, decidí disfrutarte aunque fuera a medias, se me rompe el alma solo de pensar en que tendré que irme y dejarte. Amo cuando me besas, cuando me tocas, cuando me ves, amo todo lo que eres porque aunque tú no lo creas eres maravillosa y me duele amarte porque sé que amas a alguien más. Solo acepté acompañarte al bar para ver si conocía a esa que tanto deseas y no puedes tener, a esa que te hizo olvidar a Estela, lo que me movía eran los celos - se le quebró la voz, pero continuo - disfrute cada beso que me diste en el bar, disfruto cocinar para ti, me encanta despertar y que lo primero que vea sean tus ojos, me encanta esa manera que tienes de saludarme y despedirte de mí besándome debajo de la oreja - cerró los ojos sintiendo que el llanto se apoderaba de ellos - te amo y no puedo evitarlo - termino de hablar entre sollozos y dirigiéndose a la puerta de la habitación.

Valentina no terminaba de procesar todo lo que Juliana acababa de decirle, apenas pudo reaccionar para tomarla del brazo justo antes de que saliera de la habitación.

Valentina: ¿A dónde crees que vas? - le pregunto aún sin terminar de entender.

Juliana: Voy a recoger mis cosas y a Lorena, no pienso quedarme un minuto más en esta casa, es demasiado vergonzoso verte de frente después de todo lo que he dicho.

Valentina: Estás muy equivocada si piensas que voy a dejarte ir después de todo lo que acabas de decirme.

Juliana: Por favor, Val. No te sientas comprometida...

Valentina: ¿Comprometida? - se colocó frente a ella y tomo su rostro entre sus manos - ¡¿cómo se te ocurre?! Juliana, escúchame - dijo mirándola directamente a los ojos - he soñado por meses escucharte decirme algo así.

Juliana: No te burles de mí

Valentina: No lo hago

Juliana: Tú estás enamorada de otra

Valentina: ¡Pero sí que eres ciega mujer! ¿Cómo es que no te has dado cuentas que es de ti de quien hablaba todo este tiempo? -Juliana la veía incrédula - ¡Sí!, y no me mires así, tú eres esa a la que no podía tener aunque lo ansiara con todo mi corazón - dijo con seguridad, mientras aún sostenía el rostro de su esposa entre sus manos - ¿te imaginas?, yo enamorada de una mujer que ni siquiera es gay y que, aun siendo mi esposa, no podía ni siquiera soñar que fuera mía porque ella no sentía lo mismo.

Juliana: Mentirosa - contestó sin quitar la vista de sus hermosos ojos color cielo -.

Valentina: Te lo juro - dijo esperando que su esposa advirtiera la sinceridad en su mirada- te juro que ni siquiera a Estela la amé más de lo que te amo a ti, cuando sentí que te perdía mientras dabas a luz a Lorena, sentí que me arrancaban la vida, Juls - dijo con voz temblorosa - las amo más que a mi propia vida, es por eso que me muero de celos cuando cualquiera se te acerca e intenta besarte.

Juliana no podía creer lo que su esposa le estaba diciendo, no creía posible que fuera cierto, que finalmente la vida le otorgara todo eso que se había pasado buscando y deseado por tanto tiempo y que esta vez fuera correspondida.