Cuando el amor llega

II. Contrato

Las cosas no se veían nada bien para ninguna de las dos, ambas, Juliana y Valentina, habían encontrado consuelos y desahogo en Lucho, él realmente apreciaba y quería a ambas; cuando le compartieron sus problemas les aseguró por separado, que él pensaría en una manera de ayudarlas, pero les sugirió tranquilizarse para poder tomar las decisiones necesarias con la cabeza fría.

Juliana lejos de tranquilizarse estaba cada día más preocupada, los días y las semanas pasaban sin que pudiera encontrar un empleo, en todas y cada una de las oportunidades que le habían surgido, Sergio, su antiguo jefe y padre de su hijo, se encargaba de dar pésimas referencias de ella quitándole la oportunidad de ser contratada. Los ahorros que tenía se estaban agotando y el estrés y la desesperación hicieron mella en ella provocándole una amenaza de aborto. El médico le advirtió que debía tranquilizarse y guardar reposo o de lo contrario pondría en peligro la llegada satisfactoria a término de su bebé. La angustia se apoderó de ella, no quería perder a su bebé, así que, se hizo a la idea de que debía descansar y esperar que las cosas en su panorama cambiaran para bien.

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Después de mucho pensar y darle vueltas a los problemas de sus amigas, Lucho las cito a ambas pues tenía una propuesta que hacerles, una que, de ser aceptada, podía matar dos pájaros de un solo tiro. Ambas, Juliana y Valentina, se dirigieron a casa de Lucho, cada una sumida en sus propios problemas e intrigadas por la dichosa solución que su amigo decía haber encontrado; no pudieron ocultar su sorpresa al encontrarse en la entrada de la casa de Lucho, ninguna de las dos entendía la necesidad de la presencia de la otra, aun así, entraron y se sentaron dispuestas a escuchar a su amigo. Una vez que Juliana y Valentina estuvieron sentadas en el sofá de su sala, Lucho les soltó la idea que había tenido así, sin más, sin darle tiempo a esa parte de su razón que le gritaba que era una locura a detenerlo

Lucho: Sé que ambas tienen problemas serios y creo - dijo, desviando su mirada nerviosa de manera intermitente entre Juliana y Valentina - que lo que les voy a plantear es la mejor solución posible y que, si la aceptan, las beneficiaría a ambas. Así que, ¡ahí les va! Valentina, tú necesitas casarte y tú Juliana necesitas estabilidad para ti y para tú hijo, así que... ¿Por qué no se casan?, así tú Valentina, asumirías la presidencia de Grupo Carvajal, y tú Juliana, tendrías la estabilidad que la posición económica de Valentina y su familia puede brindarte. Piénsenlo, sería una especie de contrato de trabajo entre ambas, crearían una sociedad que beneficiaría a ambas, una sociedad que bonificaría los intereses de las dos.

Cuando Lucho termino de hablar y explicar la propuesta que se le había ocurrido, ambas quedaron en shock y fue Juliana la primera en recuperarse y hablar.

Juliana: ¿Cómo se te ocurre?, ¡no soy gay!, ¿cómo se te ocurre proponerme semejante cosa? Sé que no estoy pasando por mi mejor momento, pero esta propuesta me parece exagerada y completamente fuera de lugar.

Después Valentina fue la que intervino.

Valentina: ¡Estás demente Lucho! ¿Cómo puedes pensar eso?, y además, con ella - dijo señalando a Juliana - apenas si la conozco.

Andrés intentando calmar los ánimos que se habían encendido empezó a pedir tranquilidad y a dar sus argumentos defendiendo su propuesta.

Lucho: Cálmense la dos y escúchenme. - dijo alzando la voz para llamar la atención de ambas mujeres - Está bien, entiendo y sé que es una propuesta un poco, sino es que bastante, fuera de lo normal, pero aun así, es la menor opción que tienen; Valentina, si no te casas, Grupo Carvajal pasará a ser dirigido por un extraño, alguien completamente ajeno a tu familia y tú Juliana, si sigues buscando trabajo sin seguir las instrucciones de descansar que te dio tu médico, terminarás perdiendo a tu bebé.