XIV Espera

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Comenzó la cirugía, el médico con mucha destreza pasó el bisturí por el vientre de Juliana, era cuidadoso, abriéndose paso por su vientre y útero hasta que logró llegar a la bebé; fue ahí cuando se dio cuenta de que sus pronósticos eran ciertos, además de estar en una posición que no había facilitado el que pudiera llevarse a acabo un parto natural, la bebé venía con el cordón umbilical enredado en su pequeño cuello por lo cual había que sacarla de inmediato o estaría comprometido el suministro de oxígeno a su cerebro, así que el médico comenzó a maniobrar para sacar a la niña e intentar causarle el mínimo daño posible a la madre y así evitar una posible hemorragia.

Valentina no sabía esperas, estaba total y absolutamente angustiada, termino saliéndose de donde se encontraba y empezó a dar vueltas en la sala de espera; ya había llamado a su familia y a la madre de su esposa, estaba como animal enjaulado, cuando ellos llegaron inmediatamente se preocuparon por Juliana.

León: ¿Cómo va todo hija, alguna novedad?

Valentina: Aún no sé nada, sigue en cirugía, hay que esperar... -le temblaban las manos y no podía dejar de caminar de un lado a otro, cada que pasaba una enfermera preguntaba por nueva información y lo único que escuchaba una y otra vez era "está en buenas manos, solo queda esperar".

León no quitaba la vista de su hija, sabía que estaba nerviosa, pero sobre todo la veía temerosa. Nunca antes la había visto así, parecía que se iba a volver loca. Pensó intentar calmarla, pero lo cierto era que no tenía idea de cómo hacerlo, Valentina siempre había sido una mujer fuerte, asertiva y tan inteligente que jamás había necesitado ayudarla a salir de ningún problema, ni cuando murió su madre o cuando la dejó Elena la había visto así, así que solamente se acercó a colocar su mano sobre uno de sus hombres, que supiera que ahí estaba para ella. Valentina agradeció con la mirada el gesto de su padre, después respiró un poco y se dirigió hacia donde se encontraba Guadalupe, se dio cuenta de que debería estar tan o más preocupada que ella. Tomo asiento a su lado y le tomo una de las manos de sus suegra entre las suyas, intentaba darle la fortaleza y certeza de que Juliana y su bebé estarían bien a través de este simple acto.

Mientras tanto en el quirófano, el médico lograba sacar a Lorena, para entonces Juliana se encontraba semiinconsciente, no sé dio cuenta del momento en que sacaron a la bebé; de inmediato una de las enfermeras comenzó a limpiar a la bebé y con mucha habilidad y rapidez a destaparle las vías respiratorias, espero un poco a escuchar el llanto y aunque tardó unos segundos en respirar, finalmente se escuchó su llanto. La terminaron de revisar, la pusieron en la incubadora y la llevaron inmediatamente a la sala de neonatos, no se la mostraron a Juliana, pues ésta se encontraba en un estado crítico, su situación se había complicado, a pesar de todos los esfuerzos del médico no fue posible evitar la hemorragia, así que luchaban por contenerla, le habían colocado ya tres unidades de sangre, pero parecía que nada de lo que intentaban funcionaba. El médico hacía lo que se encontraba en sus manos para solucionar la situación, hasta que, finalmente, localizó el origen del sangrado, cauterizó, drenó el vientre de Juliana y procedió a suturar para mandarla a observación durante las siguientes 48 horas.

Entretanto en la sala de espera la angustia de Valentina iba en aumento, nadie les daba razón alguna de lo que pasaba, hasta que finalmente vio salir al médico

Valentina: Doctor, ¿cómo están mi esposa y mi hija?¿por qué ha tardado tanto?¿Ellas están bien? ¡Por Dios, dígame algo!

Médico: Cálmese señora Carvajal, necesito que esté tranquila para poder informarle.

Valentina: De acuerdo, - dijo respirando profundamente - discúlpeme, es que la espera ha sido una tortura.

Médico: La niña nació, su condición es estable, aunque deberá permanecer en la incubadora durante los próximos días, a pesar de que es prematura, su condición física es muy buena, está preciosa y está evolucionando muy bien.

Valentina: ¿Y mi esposa? - preguntó en parte aliviada al saber que Lorena estaba bien -.

Médico: Cuando logramos sacar a la bebé se presentó una hemorragia que la hizo perder mucha sangre, nos resultó muy complicado localizar el origen de la misma, sin embargo, pudimos pararla y contrarrestarla, - hizo una pausa - sin embargo, su estado es crítico y la tenemos en observación en terapia intensiva, está inconsciente, habrá que esperar.

Valentina: ¿Esperar qué? - preguntó.

Médico: A que despierte.

Valentina: No entiendo.

Médico: Su esposa perdió mucha sangre, habrá que esperar a que evolucione. Es posible que permanezca inconsciente, deberá ser por máximo dos días.

Valentina: ¿Y si no despierta? - sintió un nudo en la garganta -.

Médico: Vamos a esperar a que pasen las 48 horas que indica el protocolo, señora Carvajal. Una vez que pase ese tiempo y si su esposa no evoluciona favorablemente, hablaremos de las opciones que tenemos.

Valentina: Gracias doctor, ¿cuándo puedo ver a mi esposa?

Médico: Podrá verla en dos horas, pero mientras tanto puede conocer a su hija, una enfermera vendrá para llevarla.

Valentina: Muchas gracias, de nuevo, pero yo le prometí a mi esposa que conoceríamos a nuestra hija juntas, sin embargo me gustaría saber su nuestros familiares pueden conocerla.

Médico: Entiendo. Claro que pueden conocerla, pero deberá ser una persona a la vez, la enfermera les indicará cómo proceder, ahora, si me lo permite me retiro, debo revisar a mis demás pacientes.

Valentina regresó al lugar en el que se encontraban los demás para informarles que podían pasar a ver a la bebé, era una sensación agridulce la que los embargaba, por un lado preocupados por Juliana, por el otro ilusionados en conocer a Elena. Así que, cuando la enfermera llegó el primero en entrar fue León, seguido de Guadalupe, Lucho y finalmente Eva; todos coincidían en que hermosa. Cuando Eva salió de ver a su sobrina, se acercó a su prima.

Eva: ¿No vas a ir a conocer a tu hija?

Valentina: No, la veré cuando Juliana despierte, se lo prometí - le dijo con la voz quebrada - ¿Cómo la viste?

Eva: Yo la veo muy bien, está chiquita, pero tiene mucha energía, se parece mucho a Juliana

Valentina: Eso quiere decir que es hermosa.

Eva: Si que estás muy enamorada de ella, ¿no? Y yo que llegué a pensar que la premura de tu matrimonio era rara.

Valentina: ¿Por qué?

Eva: Por muchas razones, pero no necesitamos hablar de eso, lo importante es que... ¡ya soy tía!, estoy muy feliz.

Valentina: Tía y madrina... y Lucho será el padrino, solo tenemos que esperar a que Juliana despierte y se recupere...

Cuando el amor llegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora