Nanatsu no taizai "Mi Amigable Traición" (Reescribiendo)

I

En uno de los portentosos jardines del castillode Camelot, se encontraban tres diablillos rogándole a un hombre de aproximadamente treinta y seis años de edad que les triplicaba la estatura.

- Capitán, cuéntenos una historia. - Pedía un niño rubio de ojos esmeraldas.

- Sí, papá. Una de aventuras. - Pidió el niño de ojos escarlata y cabello platino.

- Por favor, capitán. Tan sólo una. - Siguió el último niño levantando su dedico y suplicando con ojos violetas.

- Está bien, está bien, pero después a entrenar. - Respondió el hombre pelinaranja.

Hace mucho tiempo hubo una guerra entre reinos, todos eran infieles a su bando y los reyes no tenían en quién confiar, así que todo se envolvía en el caos. Para acabar con tanto horror, los reyes pidieron la ayuda de las diosas, para que les otorgaran aliados fieles en quién confiar. Así que las diosas lo que pudieron hacer fue regalarles unos tesoros sagrados, los cuales poseían gran poder, éstas armas solo las podrían usar personas confiables y leales. Si alguien de corazón oscuro los llegaba a poseer se soltaría un caos terrible, por eso los tesoros fueron repartidos entre los líderes más poderosos de los reinos. En Camelot se quedaron la hacha divina "Rhitta" y la espada sagrada "Excalibur"...

- ¡Las armas de mi reino!

- Así es, Arthur. La lanza espiritual "Chastiefol" se quedó en el reino Hada, el martillo de guerra "Gideon" se quedó en Megadozia, el arco gemelo "Herrit" se perdió junto con su dueño en la guerra, la estrella de la mañana "Aldan" se les otorgó a los antiguos magos, la espada demonio "Lostvayne" se quedó en el reino Demon.

- ¡Y está muy bien cuidada! - exclamó el niño rubio con gran orgullo.

- Y aquí su servidor les presenta el bastón divino Courechouse. Que a su debido tiempo te lo pasaré a tí, Ban; para que hagas buen uso de él.

El hombre se agachó a la altura de su hijo, mostrándole con gran orgullo el arma que portaba. Llenando de admiración a los tres niños.

- ¡Voy a pelear contra Meliodas para demostrarle que también soy fuerte! - gritó Ban.

- En tus sueños, te patearé el trasero.

- Ustedes son el futuro de la humanidad, la siguiente generación que impartirá la justicia y traerá completa armonía al continente. Crezcan como guerreros y príncipes, pero no olviden que al igual que el más débil ustedes también son humanos, todos no equivocamos.

- ¡Prometo ser más fuerte que mi padre y hacer de mi reino un lugar confiable!

- ¡Yo seré mejor que Meliodas y acabaré con la pobreza en todo el mundo!

- ¡Haré de Camelot un reino mejor!

- Eso espero y si es así ustedes serán mi orgullo. Pero por lo pronto me doy con que dejen de asaltar la cocina jaja.

Quién pensaría que tales palabras de unos niños se volverían los ideales de unos adultos.

*✧*7 Años Después✧*。

Habitantes de varios reinos se encontraban celebrando el cumpleaños número dieciocho de el príncipe Arthur en el castillo de Camelot. Todos estaban reunidos en el gran salón cuando el rey Escanor se levantó de su trono a dar un anuncio.

- ¡Amigos y súbditos míos! ¡Hoy mi hijo pasa de ser un muchacho a un hombre! ¡El futuro rey de Camelot que portará la espada sagrada Escalibur! ¡Extendiendo su grandeza y orgullo por todo el reino!