La estocada sorpresa

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N. Elizabeth:

Hoy, es el día en el que dejare claro lo que soy y lo que puedo hacer por mi misma, sin importar que suene egoísta será la primera vez que tomaré mis propias decisiones y reescribir un nuevo destino que no este marcado por alguien mas, si queremos encontrar la paz necesitamos primero empezar a escuchar a los de nuestro al rededor. Ayer Arthur me salvo de un destino pintado de rosa no deseado, cuando me pregunto sobre si me quería casar con el, al decirle mi mas sincera respuesta el me dio la opción que nos volverá libres... Escapar.

Al principio me daba miedo la propuesta pero es cierto que si no es ahora, no será nunca mas. Ahora mismo las criadas me están preparando mi supuesto vestido de novia, lo que no saben es que yo ni siquiera lo usaré porque en ese momento una carreta me estará llevando muy lejos de aquí junto a Arthur.

– Señoritas necesito que el vestido sea lo mas tapado posible, por favor alistenlo bien de mientras que salgo a dar un paseo para relajarme. – le dije a las criadas antes de salir de la alcoba, obteniendo un "Sí princesa" por su parte.

Caminé hasta poder llegar a la sala del trono. Arthur me dijo de un pasadizo entre las dos pilas derechas que sostienen la bandera, al parecer se abren jalando un candelabro en la pared.

– Espero que ya tengas todo listo Arthur. – dije para mí misma.

Acababa de encontrar dicho candelabro cuando sentí que alguien me tocó el hombro, giré mi vista para encontrarme con alguien que podía ser un gran contratiempo.

– ¡Liz! ¡Vaya que grata sorpresa verte por acá! Gracias por estar pre... – mi boca fue obstruida por su mano.

– Menos charla y más acción. – habló.

– ¿Eh? ¿A qué te... – quería hacerme la tonta pero no me dejó.

– Si van a hablar de un escape deberían buscar un lugar más apartado que un balcón cerca del salón. – me dijo casi como regaño.

– Entonces ¿Estás molesta? – pregunté con los nervios de punta, si ella le decía a alguien nuestros planes se vendrían abajo.

Ella agachó la cabeza y después la meneó de un lado a otro indicando que no.

– Si ambos se van al mismo tiempo la guardia los atrapará más rápido, es mejor que tú te vayas primero, cuando la gente entre en confusión Arthur debe aprovechar para escapar, hay una carreta que se dirige a tierras druidas, ése será su punto de reunión. – habló ella al tiempo que me miraba fijamente.

– ¿Pe-pero por qué nos ayudarías a nosotros? – pregunté, su cabeza volvió a ir hacia abajo y entrecerró más sus ojos.

– No eres a la primera que obligan a casarse en tu familia, y si puedo evitarte el mismo destino que a ellas... Lo haré. – expresó con los ojos algo cristalizados pero con una facción dura.

– ¿Ellas? – apenas iba a hablar cuando Liz me empujó atrás de una columna y me tapó la boca, al parecer había entrado alguien a la sala del trono pero no podía ver quién era.

– Prometí que volvería... Y lo hice. Ahora todos recordarán este día. – Habló aquella persona.

Liz empezó a jalarme de la muñeca para salir con la mayor discreción y que esa persona no nos viera, no sabía quién era y no entendí lo que dijo, pero entre más pronto salga de allí más tiempo de mi vida disfrutaré.
Corrimos hasta llegar a los establos dónde nos esperaba Elaine vestida con una capa de pueblerina y otra en las manos junto con una canasta de ratán.

– Si nos damos prisa no nos verán, Arthur va a ganar tiempo en el altar mientras te escondes en la carreta. – habló la más pequeña extendiéndome la otra capa.

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2021 ⏰

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Nanatsu no taizai "Mi Amigable Traición" (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora