Capítulo 6
Liam.
Mis dedos recorren nerviosos las letras gravadas en el trozo que papel que sostienen. Leo por novena vez, negándome a creer lo que se encuentra plasmado ahí. Sintiendo como un agujero negro en mi corazón succiona la última chispa de esperanza que recorría mi cuerpo.
"Llegaste tarde. El juego terminó.
Que en paz descanse Adam Miller"
Tomo una bocanada de aire, sintiendo que me ahogo en el torbellino de pensamientos que planea azotarme por las siguientes horas, días... semanas... creo que meses. El resto de mi vida. La presión en mi pecho crece y el nudo en mi garganta da dos vueltas más, apretándose más fuerte. Me niego rotundamente a llorar, pero mi cuerpo tiene en sus planes sacar toda la mierda que llevo dentro. Así que no me sorprendo cuando una lagrima rueda por mi mejilla hasta perderse en mi cuello, y menos cuando dos, luego tres, y cada vez más siguen el mismo recorrido. Me encuentro mordiendo mi labio en un vano intento de retener los sollozos que desean salir.
Mi mano empuña aquel trozo de papel y, aún con el dentro de mi puño, con mis dedos acaricio la hierba húmeda debajo de mí. No sé qué tiene este lago, pero me tranquiliza de una manera inexplicable. Vengo aquí cada vez que me siento mal, cada vez que no puedo dormir o cada vez que lo recuerdo. He decidido que esta será la tumba perfecta para todo lo que una vez he amado y ahora ya no está.
Mis padres se fueron. Y, por más que me duela aceptarlo, Adam Miller se ha ido.
Sin poder controlarlo, mis pensamientos viajan a aquella noche hace dos años, cuando me enteré que mis padres habían desaparecido —para luego declararlos muertos— por mi culpa. Sí, por mi culpa. Mis padres habían terminado su viaje de negocios, pero yo quería una consola de videojuegos que aún no había salido en el país. Ellos hicieron escala, tomaron otro avión para poder conseguirla.
Si no hubiese sido por mí... si tan sólo no hubiese sido tan egoísta, definitivamente ellos estarían aquí. Una carga más que agregar a mis hombros, algo de lo cual me arrepiento cada día de mi vida. Y ahora —dos años después— mi hermano desaparece, dejándome más sólo de lo que ya me sentía. No supe valorar lo que tenía, pensaba sólo en lo que se había ido y no en lo que me quedaba.
Justifiqué mi actitud con el TEI muchas veces, otras tan solo no me importaban lo suficiente para ser justificadas. Pero no puedo controlarlo, una ira se apodera de mí y me ciega totalmente.
No sé lo que hago, no sé lo que siento. Solo sé que quiero golpear, destruir y dañar todo a mí alrededor. No puedo controlar los impulsos que se desatan en mi cuerpo... ellos me controlan a mí, y cuando eso sucede, todo el que se encuentra a mi alrededor lleva un poco de la descarga de mi caos.
Suspiro. —Yo soy el que debió morir, sólo sirvo para hacer daño.
Y ahora esta chica, Collins. Maldita sea. Sus palabras se clavaron en lo más profundo de mí, hubo algo de todo lo que dijo que me desnudó el alma e hizo latir mi corazón con fuerza.
"No voy a lastimarte"
La manera en la que sus hermosos ojos me miraron al decir esas palabras, me hizo sentir bien, me hizo sentir tranquilo. No, no vas a lastimarme. Yo te lastimaré a ti, y eso es justo lo que deseo evitar.
Podrías empezar dejando de acosarla.
Suspiro resignado, dándole la razón a mi subconsciente.
Pero me es imposible despegar los ojos de ella, y es tan distraída que no lo nota. Adoro como se muerde el labio cada vez que está concentrada en alguna cosa que quiere entender, como arruga la nariz cuando algo le molesta, como entrecierra los ojos al no creer algo. Es hermosa. Y soy un peligro para ella.
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DANGEROUS
Teen FictionLos ángeles lo llaman "placer divino", los demonios "sufrimiento infernal" y los humanos "amor". Para él, el amor antes de ella era puro sufrimiento infernal; para ella, era un placer divino mezclado con un poco de sufrimiento infernal luego de cono...