8

35K 1.6K 149
                                    

Capítulo 8

Violette.

Una palabra, una asignatura y una horrible persona. Biología. La profesora Wilson se empeña en su creencia de que soy la oveja negra del rebaño, pensando que cada cosa que digo es para burlarme de ella o boicotear la clase. Suspiro por cuarta vez, harta de la situación. Wilson no es capaz de dejarme tranquila para poder dirigir mi concentración al, hasta ahora desaparecido, bad boy. Sí, Liam Miller ronda por mi cabeza desde hace un par de días.

Luego de que me trajo a casa no lo he vuelto a ver, no se ha presentado a ninguna de las clases que compartimos y mucho menos lo he visto merodear por los pasillos. Un montón de conclusiones y teorías raras navegan por los mares de pensamientos en mi cabeza.

—¡Violette Collins! —exclama, casi roja de la rabia.

Sí, Wilson ya se dio cuenta por quinta vez de que la ignoro.

—Dígame, profesora Wilson. —respondo, intentando mantener la calma y no alterarme.

—¿Acaso le interesa un poco lo que estoy diciendo? —pregunta. Evito decirle que no y empeorar las cosas— Con esa actitud suya solo se está burlando de mí delante de toda la clase.

Nunca pensé que podría detestar tanto a un ser humano.

—Eso no es cierto, profesora Wilson. No me estoy burlando de usted. —le aclaro.

—¿Entonces me está diciendo mentirosa? —pregunta, haciéndose la ofendida.

¿Ven lo que digo? ¡Es insoportable!

—Eso lo está diciendo usted, no yo. —respondo.

La campana suena y suspiro de alivio. He sido salvada esta vez.

Recojo mis cosas lo más pronto posible, evitando hacer contacto con los ojos furiosos de Wilson y salgo del aula. Camino por los pasillos, sujetando con fuerza mis libros y procurando no olvidar la tarea de la próxima clase, que con tanto esfuerzo hice. Me toca Literatura, esa clase también la comparto con él. Uno de mis talentos ocultos es escribir y por eso adoro esa materia. Estoy emocionada por lo bien que me ha quedado el escrito que pidió el profesor... aún más porque se trata de él.

Me encojo de hombros levemente. No se va a enterar, porque de seguro no irá.

La idea de guardar los libros de biología en mi casillero se vuelve una misión suicida cuando lo encuentro de pie, rebuscando en su casillero, que por mala suerte queda al lado del mío. De tantos casilleros que hay en esta condenada preparatoria le tuvo que tocar uno justo al lado del mío.

Haz que no existe.

Sugiere mi brillante yo interno. Asiento en respuesta, de acuerdo a su sugerencia. Y decido darle un nombre... Frutancio, quizás. Me gustan las frutas.

Su mirada gélida se posa en mí y se enciende de a poco. Ignoro totalmente su presencia y abro mi casillero. Otra nota aparece doblada dentro de el. Frunzo el ceño, sea quien sea que lo esté haciendo ya no es divertido.

"Cuidado, Violette.

El monstruo está cerca"

Guardo rápidamente el trozo de papel al sentir la mirada intensa de Liam sobre mí. El monstruo está cerca. Lo miro y vuelve a sucederme lo de antes, relaciono aquel término con él. Quizás sea uno de los idiotas de aquí, intentando asustarme porque ven que hablo con él y no le tengo miedo.

—¿Con qué la ley de hielo?—pregunta, al ver que me esfuerzo por ignorar su presencia—¿Es en serio, Violette? ¿No vas a hablarme? —silencio de mi parte nuevamente —Que inmaduro de tu parte, te pedí perdón y reconocí mi error. Ahora resulta que te haces la difícil, ¿no crees que sea suficiente?

DANGEROUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora