Capítulo 18

10.4K 1.1K 143
                                    

John llevaba días sin dormir, en el pequeño apartamento que rentaba en Edimburgo, Ethan se había quedado en el pequeño sofá completamente alicaído.

Pasaba las horas estudiando, pero conocía a su hermano.

Sentía profundamente que hubieran llegado a ese punto, Ethan no tendría que haber cargado con los errores de su padre. Él podía solucionarlos, de hecho, ya se había puesto en contacto con Vólkov, esa misma noche se verían y pondrían las condiciones del pago.

Sentía haberle hablado así, y sentía todo lo que le había dicho a David. Se había pasado y lo sabía, pero no encontraba la forma de arreglarlo. Eran demasiadas cagadas seguidas y ahora tenía que arreglar el problema de Ethan, aunque era incapaz de no recordar constantemente la mirada desolada de David.

Ojalá se hubiera podido contener pero también sabía que la idea había sido de David, y eso era algo que difícilmente iba a poder perdonarle.

Ethan le había relatado cómo había sucedido todo, maldito Samuel Hereford, maldito él y los que eran como él que creían que podían jugar así con un chico como Ethan, aprovecharse de él de ese modo.

—Yo lo firmé, soy responsable—se defendió Ethan—. Nadie me obligó a nada.

—¿Si no tuviéramos la deuda a nuestras espaldas lo hubieras hecho?—le preguntó intentando controlarse porque los ataques de ira iban y venían barriéndole por completo.

Ethan le esquivó la mirada, ambos sabían que no, y era por eso que aquello estaba mal, parecía que Ethan lo empezaba a entender.

—Sé que puedes sentirte confundido, que tus sentimientos hacia Hereford pueden estar distorsionados.—Se sentó a su lado John—Un tipo adulto, consintiéndote, ocupándose de ti, resolviendo tus problemas.

Ethan se miraba las manos, le conocía perfectamente, pero aún así los sentimientos que albergaba por Hereford le eran desconocidos.

—Es normal que te sientas confundido, pero él solo te estaba usando.

—Ya lo sé, hace tiempo que me quedó claro—le contestó, pero había tristeza en sus ojos negros, maldito desgraciado, juraba que iba a hundirle por hacerle eso a su hermanito.

—Perdóname por tratarte así, Ethan.—Le abrazó, y este se agarró a él con fuerza—Ojalá no me hubiera ido, nada de esto hubiera pasado, lo siento mucho.

—Tú no tienes la culpa, John—se separó el chico—La culpa es de nuestro padre, él es el único culpable de todo esto, tenías derecho a vivir tu vida y él de nuevo te la ha fastidiado. Pero... yo.. solo son cuatro meses más, John, y tendremos pagada la deuda, déjame acabar con el contrato.

—No puedo permitirlo.—Le acarició el rostro—No puedo dejarte hacer eso, no eres un trozo de carne con el que comercializar.

—Pero...

—Ethan, sé que puedes ser una persona tremendamente racional, y que ves la solución en seguir acostándote con ese tipo, pero—le agarró del rostro—no puedo arreglar el daño que ya te haya causado, pero sí puedo frenarlo y alejarte de él, ese tipo no solo va querer eso, te ha comprado y cree que eres suyo, no va a quedarse ahí.

—Creo que acabará aburrido, Samuel es así—le contestó, estaba claro que quería seguir con él.

—Hay tipos que solo por el simple hecho de no poder tener lo que quieren son capaces de destruirlo hasta conseguirlo.—Era duro decirle eso, pero era la sensación que le había dado Hereford al teléfono.

Le había quitado los dos teléfonos móviles que Ethan llevaba, estaba convencido que Hereford, aquel que había puesto por escrito que quería que Ethan estuviera completamente a su disposición, no lo iba a dejar tranquilo.

Sugardaddy: Londres (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora