Capitulo 5

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Se despertó por la luz que entraba a través de la ventana. Anoche estaba demasiado cansado, y lo único que hizo al llegar fue tumbarse en la cama. Aún llevaba la ropa de la noche anterior, apestaba a agua de mar, necesitaba una ducha enseguida. Pensaba en quitarse de inmediato esa ropa cuando recordó que aquel era el día. ¡Mierda!, pensó Henry, quería llegar temprano al campus y allí estaba aún, sin duchar ni estar preparado. Se quitó rápidamente la ropa y corrió al baño, encendió el grifo de la ducha y se metió dentro. La espuma se le metía en los ojos, aclaró rápidamente su pelo y salió por la toalla. Se frotó el cabello para deshacerse de la excesiva humedad y después se envolvió en la toalla. Cruzó la puerta del baño y descubrió que al menos si había pensado en la ropa que ponerse para el día siguiente. Abrió su armario, cogió los únicos vaqueros que había dejado sin guardar en la maleta, una camiseta de manga corta sencilla y su chaqueta favorita. Un par de calcetines y sus zapatillas. Bajó veloz las escaleras para desayunar. Allí estaba Claire leyendo una revista.

— ¿Por qué cojones no me has despertado? — le gruñó Henry al bajar.

— ¿Tengo cara de despertador? — preguntó sin ni siquiera levantar la vista de la revista.

— No sé, pero ayer bien que me viniste a despertar, pesada.

Claire puso los ojos en blanco. Ya le daba igual lo que dijera el tonto de su hermano, no tendría que aguantarle en mucho tiempo, por lo que soportaría los pocos minutos que le quedaban de convivencia con él. Henry abrió la nevera, bebió un largo trago de zumo y mordió una de las tostadas que estaban sobre la repisa.

— Ahora baja mis cosas, tengo que hablar con papá — dijo encaminándose hacía el estudio de su padre.

— Ni de coña...

Henry no pudo escuchar como terminaba la frase de su hermana. Entró en el despacho, donde estaba su padre hablando por teléfono. Le hizo una señal de que esperara un momento. A Henry le ponía de los nervios, no tenía tiempo para él ni siquiera el mismo día que se iba a la universidad. Se metió las manos en los bolsillos y esperó con la mirada impaciente. Miró un par de veces al reloj de su muñeca, quería llegar temprano, necesitaba hacer muchas cosas.

— Muy bien, te llamaré después para concretarlo — dijo su padre antes de colgar y dirigirse a Henry —. Bueno, ¿ya te marchas?

— Si, le he dicho a Claire que me ayude a bajar mis cosas, pero no parece muy por la labor — dijo con fingida inocencia.

— Esta Claire... — dijo aproximándose hacía la puerta, abrió y empezó a gritar — ¡Claire ayuda a tu hermano y baja sus cosas!

— ¡Que lo haga él! — se escuchó a Claire gritar.

— ¡Claire no discutas y hazlo! — dijo tajante y volvió a cerrar la puerta. Se giró de nuevo hacía Henry — ¿Estás seguro que no quieres que te acompañe?

— No quiero llegar de la mano de papá, sinceramente — dijo Henry, pero a su padre no le hizo gracia aquel comentario, Henry carraspeó e intentó arreglarlo—. Quiero decir, que me las arreglaré yo solo, como hago siempre.

Pareció haber funcionado.

— Seguro que todo de irá perfectamente, iré a ver los partidos siempre que pueda. Y ya sabes, no me defraudes, sé que lo harás lo mejor que puedas — dijo poniendo una mano sobre su hombro—. Ya es un orgullo para mí que hayas llegado hasta aquí, pero sé que puedes llegar a mucho más.

— Eso haré — respondió con una forzada sonrisa.

Su padre algo incómodo lo abrazó.

— Buena suerte — dijo antes de apartarse de él y volver a sentarse en su escritorio y ojear unos papeles.

Only Two Things - Desirée Arjona PeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora