Capitulo 9

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Su primera clase era "Teoría de principios económicos", la clase era un inmenso anfiteatro. Se colocó junto a Chris, que había repetido numerosas asignaturas, por lo que coincidía con él en varias clases. Cuando fue a reunirse con Chris, vio que Jake ya se había marchado. Era todo un logro que se hubiera levantado a la hora para ir a clase. Chris conocía a mucha gente, por lo que para Henry fue fácil integrarse desde el primer momento. Los tíos se le acercaban con solo decir que jugaba en el equipo de fútbol y las chicas, bueno, solo con verle. A la hora de comer se reunió con lo mejor de su clase, y se convirtió rápidamente en el centro de atención. Dos horas y ya no necesitó de la compañía de Chris para apañárselas. Sus primeras clases consistieron en una explicación de Chris sobre cómo era cada profesor, él ya tenía todos los apuntes de las clases, por lo que pudo relajarse y concentrarse en aprender los trucos para conseguir buenas notas. La mayoría eran profesores bastantes simplones, que con que aprobaras sus exámenes les valía. Pero alguno que otro ponía bastantes obstáculos, o eso le contaba Chris. Pero no le preocupaba, solo tenía estar al día y no meterse en problemas. Aquella misma tarde, después de las clases tendría el primer entrenamiento, conocería a su equipo y a su entrenador, estaba ansioso. Cuando el profesor anunció el final de la clase, recogió rápidamente sus libros y se dispuso a salir.

— ¿Henry Woods? — preguntó el hombre en alto.

— Sí, soy yo — Henry levantó la mano con la mirada curiosa.

El profesor le hizo un gesto para que se acercara. Henry caminó hasta su mesa, el hombre cogió un papel que tenía sobre la mesa.

— La secretaria me ha dado esto para que vayas al pabellón de artes para cumplir tu penalización — le explicó sin tan siquiera dirigirle la mirada.

— Disculpe, ¿mi penalización? — preguntó sin comprender nada.

Agarró el papel, y vio bien claro su nombre y la palabra "Penalización".

— Es la palabra que usamos aquí para decir castigo — contestó sin levantar la vista de sus cuadernos.

— Debe de haber algún error, yo no... — comenzó a decir.

El profesor levantó la vista por primera vez.

— Oye chico, yo solo te informo lo que me han dicho, yo no sé nada — le espetó cortante y volvió a sus papeles.

Su cara de desconcierto se transformó en una mueca de disgusto. Se le hincharon las fosas nasales de la rabia. Salió de clase irritado. No entendía nada, aquello debía ser un enorme error. Caminó con paso decidido hacia la secretaría de su edificio.

— Eh Henry, ¿vienes a tomar algo? — le preguntaba un grupo desde el otro lado.

Tuvo que rechazar la invitación y seguir hacia su destino. Puso la hoja sobre el mostrador bruscamente. La mujer que había allí abrió los ojos sobresaltada.

— Oiga creo que ha habido un error. Aquí dice que tengo una penalización. Pero eso es totalmente imposible — explicó de malas maneras.

La mujer ojeó la hoja.

— Es una penalización de la señora Rowland, estará esperándole en su clase. Si tiene algún problema aclárelo con ella.

Henry resopló por todo el tiempo que perdería en toda aquella confusión.

— Eso haré.

Encontró enseguida la facultad de artes, no estaba lejos de la suya. La gente allí era totalmente diferente, mucho más pintoresca que por su facultad. Estaba lleno de gente con instrumentos, atriles, lienzos, cámaras... Entró y buscó la clase que le señalaba aquel impreso. Estaba en la segunda planta. Era espaciosa, y mucho más soleada que la suya. Había un enorme escenario donde se encontraba la mesa del profesor. Las sillas estaban descolocadas, estaba repleta de pinturas y esculturas. A opinión de Henry, en esa clase reinaba el caos. Los alumnos que había en ella giraron rápidamente la mirada hacia él. Le observaban como si acabara de entrar un extraterrestre en la habitación. Parecía que llevaban harapos en lugar de ropa, no pudo evitar fijarse en un chico que llevaba una boina francesa y otra chica que llevaba un peto lleno de pintura. Si Henry tuviese que definir a esa gente en una palabra sería "raros".

Only Two Things - Desirée Arjona PeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora