La penúltima semana de clase, Jake llevó a Rowland muchas de las letras que ya había terminado. Estaba bastante impresionada, no veía en aquel chico un compositor de tal talento. Sus letras no eran tontas rimas que hablaban sobre un tema trivial, eran mucho más que eso. Ahora que leía las canciones, se moría de interés por escucharlas con música.
— ¿Podrías traerme una de tus cintas? Me gustaría escucharlas — le pidió ella cuando terminaron de ver todas.
Jake sonrió y se le escapó una risa.
— Le puedo traer CDs. Creo que las cintas son algo anticuadas para mí — respondió intentando no reír más.
— ¿Me estás llamando vieja, Rivers? — respondió con una ceja levantada, pero con una sonrisa en los labios.
— Solo poco renovada — contestó con una sonrisa encantadora.
— Muy bien, pues dame lo que tengas — dijo levantándose y devolviéndole a Jake sus letras. Las comenzó a guardar en su mochila —. Y si están tan bien como las letras me gustaría proponerte algo.
— ¿Proponerme algo? — preguntó levantando la vista — ¿El qué?
— Aun no he escuchado tu música, Rivers. No te impacientes — dijo con una sonrisa llena de ternura.
— Muy bien. Pues... No la veré hasta después de vacaciones, ¿verdad?
— Bueno yo siempre ando por aquí. Así que si me ves, no dudes en dármelo.
— Vale. Pero por si no la veo, que tenga unas buenas Navidades, señora Rowland — se despidió antes de salir de la clase.
Aquello conversación le había animado bastante, sobre todo porque estaba acostumbrado a que en todo lo referente a su vida académica fuera un auténtico chasco. Puede que la universidad no fuera tan mala después de todo, pensó Jake. Pero aquel pequeño rayo de luz no eclipsaba la oscuridad que sentía en general. Otra vez volvía a atormentarle sus sentimientos por Henry, y después de haberse dejado llevar con él sentía que lo que sentía por Henry, que había conseguido ocultar en un rincón de su pecho, comenzaba a aflorar del todo sin ningún control. Verle era una auténtica tortura, por lo que solo le consolaba que durante las vacaciones de Navidad tendría un descanso del horrible hecho que era ver todos los días a Henry Woods y no poder decirle lo que le necesitaba.
Caminó feliz hasta su habitación porque casi estaba de vacaciones. El día que publicaron las notas, Henry estaba de los nervios, pero en cuanto las vio, se relajó totalmente. Tenía todo aprobado, incluso historia, que a pesar de la jugada de Jake, consiguió una buena nota. La temporada no podía ir mejor, habían bajado a segunda posición, pero remontarían al final de las vacaciones. Además seguía siendo la estrella de aquel año, por lo que quitando unas cosas y otras, todo le iba a la perfección. Iba caminando con Chris hacia los estudios de fotografía de la facultad de Arte, tenían que hacerse una sesión fotográfica para el equipo, y ayudar a recaudar fondos para no sé qué hospital, una verdadera lata para Henry, si no fuera porque le encantaba la atención tanto del público como de las cámaras. Entraron en una sala llena de focos y material fotográfico.
— Por fin están aquí, solo faltáis vosotros — les gritó la señora Rowland al verles —. Señor Woods, usted vaya a esa habitación, mi fotógrafa ya está esperando.
— Muy bien — Henry entró en una sala que había a su derecha, del mismo tamaño que la anterior y con los mismos utensilios.
— Ya era hora de que apareciera mi modelo — dijo una vocecilla saliendo de un cuarto.
Era Allie, llevaba una cámara en la mano y sus extravagantes vestimentas de siempre.
— ¿Allie? ¿Tú eres mi fotógrafa? — preguntó Henry confuso.
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Only Two Things - Desirée Arjona Peña
RomanceNadie podría imaginar que Jake y Henry, antiguos rivales del instituto, ahora sean pareja, y mucho menos ellos mismos. Tras un verano perfecto, alejado de la presión del instituto, sus compañeros y el fútbol, Henry debe prepararse para una prueba ma...