Pensamiento 1

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Ah, otra vez no e dormido nada por leer manga hasta muy tarde ¡Pero es que es muy bueno maldita sea!, Ósea ¿Por qué no a todo el mundo le gusta?, ¡Es genial!. Mientras pensaba no notaba que un auto paso casi al ras de mi espalda...

Es la tercera vez esta semana... Mierda, un día de estos moriré aplastada, bueno, al menos ya le dije a papá que quiero fuegos artificiales durante mi funeral y el opening de Dragón Ball. Camino en dirección a la escuela con rapidez, iba un poco tarde.

La verdad no lo entiendo, mamá tiene un auto pero, a pesar de ello, prefiere cumplir las malcriadencias del hombre con el que vive y llevarlo a él tan tarde como a él se le plazca aun si eso le va a complicar la vida a ella. Su vida es triste.

En mi rostro se presentó una mueca de amargura y seriedad.

Calmada, vamos, que te apuesto que si coloco una sonrisa cambia mi humor.

En efecto así fue.

Ja, lo sabía, ¡El buen humor manda cariño!. Seguí caminando en dirección a la escuela, milagrosamente entre en el portón 5 minutos antes. Sonreía con mi típica sonrisa mientras apretaba la faja del bolso que cargaba en el hombro izquierdo con la mano de ese lado.

Como siempre, observo un poco desconsolada a todos los estudiantes, unos son bajos, otros altos, gordos y flacos, escucho diferentes apodos al pasar y sólo puedo decir qué, siendo sincera, me siento un poco sila pero, si sonrio mi tristeza se va.

Fuí en dirección a mi salón de clases, era divertido saludar a todos al pasar, bueno, a mis conocidos, no es como que fuera a saludar a cualquier extraño al pasar frente a mí.

—¡BUEN DÍA GENTE!—Grité en son de saludo al apenas entrar en el salón. La mayoría sólo me veía una milésima de segundo ó simplemente lo escuchaban pero no volteaba ni daban respuesta o señal de interés.

Corrí hasta mi lugar habitual y coloque mi bolso en el pupitre, sonreí un poco pues se me había venido un opening de anime a la cabeza.

—Maldición, ¿Por qué siempre suenan en mi cabeza?, Es igualito que un radio—. Reí sola.

Mi mejor amiga, Anna no había siquiera volteado a saludarme. Caminé un poco hasta ella y le coloqué la mano en el hombro, ella me sonrió y dijo:—Haz venido un poco tarde.

—Hubiera tomado el metro pero justo hubo un accidente ayer—Le respondí con una sonrisa. Le toqué el cabello—. ¡Me gusta tu cabello!.

Momento, no piensen mal, no soy una aduladora, es más como ¿Tratar de agradarle a la gente?..., Sí, sí soy una aduladora ahora que lo pienso. Supongo que tengo ganas de llorar pero me resigno a no hacerlo, después de todo, no quiero dar lastima o que crean que quiero atención de x o y persona.

—Mmh sí, debe de ser el nuevo acondicionador—Me respondió volteando para con la persona con la que anteriormente hablaba.

Prontome resigne a que no recibiria más de su atención, me volví a sentar en mi pupitre, entonces, Guillian se me acercó con una sonrisa. Ella y yo somos las típicas nekitas del salón que siempre están cantando opening's de animes o hablando del mismo tema.

—¡Hi Emmo-Chan!—Guillian suele cambiar de manera cariñosa la última letra de mi nombre.

—Hola Guillian—Le respondía como siempre todas las mañanas.

—¿Viste lo que ocurrió...

Y así básicamente hasta que llegaba el profesor, normalmente suelo ir y abrazar a mi amigo Norman pero en este caso he venido un poco tarde y sería molesto ir y sacarlo de su salón a expensas de que no logre llegar a tiempo o que yo no logre entrar a tiempo al salón nuevamente antes de que se aparezca el maestro de turno.

La Guía De La SimpatíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora