Capitulo 2. Momento de conocerlo.

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Mi cuerpo y todo mi sistema se encontraban un tanto agotados y con sueño, no quería levantarme, pero ya estaba a punto de amanecer, por lo que me levanté sin importar que.

Abrí la puerta lentamente sin hacer mucho ruido y salí a tomar un poco de aire mañanero. Me fui directo al lavadero a lavarme los dientes y echarme un poco de agua en la cara y así quitarme la cara de zombi que suelo tener por las mañanas.

Después de haber realizado mi rutina de siempre, camine un poco y opte por sentarme en un tronco para así, poder observar la belleza que nos regala la naturaleza tanto en las mañanas como en los atardeceres.

Y más si se vive en un rancho.

Sonrió para mis adentros.

Acto que me hizo cerrar los ojos y absorber ese exquisito aire fresco y al mismo tiempo poner atención a los sonidos que hacen los animales, los árboles, etc.

En el momento en el que abrí los ojos, mi vista fue hipnotizada por ese hermoso sol que surgía desde el horizonte acompañado de sus rayos, esos que se descendían por todo el cielo haciendo que este resplandeciera más su color natural, creando así un precioso amanecer maravillada por presenciar ese fenómeno no había notado que, en la casa de mis vecinos había actividad tan temprano.

Entonces en mi interior la curiosidad carcomió, quería saber más de ese ser de mirada intensa que se encontraba en esa casa, por lo que me dirigí sigilosamente hacia la pared del baño pegándome a ella como chicle, con tal de que no se dieran cuenta de que los estaba observando como una acosadora, cuando en realidad no era así.

Ja.

«Eso ni tú te lo crees niñata idiota» me recrimina mi conciencia.

Absorta en mis pensamientos no me había dado cuenta de que él ahora portaba una vestimenta diferente la cual consistía en una playera, polo y unos Jeanes cortos los cuales solo lo hacían ver más juvenil y jodidamente atractivo.

Acción que solo provocaba que su piel blanca resaltara más, con ese estilo tan casual.

«Dioses, pero que pensamientos los míos, en qué momento comencé a pensar de esa manera» dije en un tono bajo, reprochándome así misma.

Mientras lo seguía observando por un rato más, él decidió entrar a su casa de nuevo, pero demoró mucho en salir, después de unos segundos por fin salió, pero ahora venía acompañado de su mamá y su hermano, lo cuales iban bien arreglados por lo que deduje enseguida que irían a Leedla.

Cuando se fueron, fue momento de regresar a la realidad y al mismo tiempo de realizar mis actividades del día, las cuales consistían en lavar el baño y hacer la lumbre para calentar la comida. Si señores, así como lo leen, mi familia cocina en un brasero afuera en el patio de la casa. Mientras peleaba con la lumbre y le decía de cuanta cosa para que prendiera. Fui a ver, si ya tenía una que otra ciruela madura el árbol para poderle cortar más al rato, cuando regrese a ver la lumbre, esta ya estaba lista para poner la comida o el agua para el café.

En ese preciso momento mi abuelita ya se encontraba despierta junto con mi hermano y justo en ese instante mis tíos llegaron a la casa. Así que, sin más, me dedique a poner los platos en la mesa, para que desayunaran y mi abuelita se encargaba de preparar el café para servirles a cada uno de los presentes.

Así transcurrió mi día mañanero, entre labores y más labores, al caer el medio día, tanto mi abuelita como yo nos desocupamos de las tareas por hacer, en mi caso, decidí ir me a mi cuarto y me puse a revisar varias cosas de la escuela, checar varios libros que ya no ocuparé más y otros tantos que tengo que regresar le a mi primo en su momento.

Verano InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora