Embaracé a Vegeta (GokuxVegeta)

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-¡Kakaroto!- lo volvió a llamar sin tener respuesta- Maldición...

Vegeta pensó en solo dejarlo ahí, o esperar hasta que se despertara, pero como no dejaba de sentirse preocupado por él prefirió pedir ayuda. No sabía a dónde debía ir, así que calculó qué le quedaba más cerca, y lo levantó para llevarlo al templo de Kamisama.

Voló con Goku sobre su hombro, y llegando ahí lo dejó en el suelo.

-¡Oye!- gritó llamando la atención de Dende y Mr. Popo que estaban en uno de los bordes observando la Tierra.

Enseguida ellos corrieron.

-¡Señor Goku! 

-¡¿Puedes curarlo?!

-¡Sí!

Dende puso sus manos en el pecho de Goku y empezó a emanar una energía. Los ojos del Dios de la Tierra se abrieron, como si hubiera notado algo.

-¿Qué sucede?- Dende dejó de curarlo.

-Ya está.

-¿Ya está? ¿Pero por qué no se despierta?

-Señor Vegeta, usted ya debería saberlo.

-¿Qué dices?

-Desde que llegaron a la Tierra después del torneo, había notado algo en Goku. No entendía qué era, hasta ahora.- Dende lo miró serio- El cuerpo del señor Goku ha estado sufriendo de mucho dolor.

-¡¿Eh?!- Vegeta lo pensó- Entonces por eso se desmayó, no fue por un golpe que le dí...

-Sí. No es que estuviera gravemente herido, sino que su cuerpo no resistió más el dolor.

Vegeta miró a Goku un tanto alterado. Debía ser una consecuencia del ultrainstinto y no había dicho nada.

-Ya está listos el cuartos para el Goku- habló al llegar con ellos el sirviente de Kamisama.

-Gracias, Mr. Popo. ¿Podrías levantar a Gok...?

-¡No! Yo llevaré a Kakaroto.

Dende asintió y guiaron a Vegeta hasta un cuarto.

Vegeta lo dejó despacio en la cama, y lo miró un momento.

-Seguro Gokus despertará con apetitos.

-Tienes razón Mr. Popo. Deberías prepararle algo de comer. ¿Viene, señor Vegeta?

-Yo me quedaré aquí. Tengo una pregunta que quiero que Kakaroto me responda.

-Como guste, esta es su casa.

Cuando terminó de hablar salieron de allí.

Vegeta caminó hasta una pequeña ventana al otro lado del cuarto, donde se sentó.

Miró al saiyajin dormido y apretó los dientes con enojo.

¿Hasta cuándo pensaba esa sabandija jugar así con su vida? ¿Por qué no le dijo que no se había recuperado del todo cuando se pusieron a pelear?

-Insecto...

Había pasado una hora cuando Goku empezó a despertar.

Vegeta caminó hasta él con los brazos cruzados, y esperó a que abriera los ojos.

Goku soltó una queja.

-Va-ya Vegeta... Esta vez sí me diste una paliza, jajaja.

-No finjas conmigo, insecto. Sé bien que no te habías recuperado de la pelea contra Giren.

Goku se puso serio, pero puso una sonrisa al final.

-Me descubriste.

-¡¿Cómo se te ocurre ocultarme algo así?!- Vegeta se acercó y tomó a Goku de donde aún le quedaba traje para atraerlo hacia él- ¡¿Te das cuenta del peligro por el que pasaste?!

-Aaahh... Vegeta...-dijo quejoso el menor de los dos- Pero sabes que sólo conseguí el ultrainstinto porque perdí toda mi energía... Si peleaba contigo hasta mi límite podría haberlo conseguido de nuevo.

-Kjs... Pero esto no es lo mismo.

-Bueno, no lo es. Pero querías verlo, y por eso lo hice.

Las mejillas de Vegeta se tiñeron de rojo y empezó a apartarse.

Al ver eso, Goku se sentó en la cama y bajó los pies de la misma.

-¿Te preocupé, Vegeta?

-¡! ¡Por supuesto que no...! -dijo tratando de no mirarlo- Cómo se te ocurren idioteces, Kakaroto...

Goku sonrió y se puso de pie con dificultad, poniéndose frente a él.

-¿Seguro?

Vegeta no lo miraba, y Goku tomó el rostro del príncipe en sus manos, haciendo que lo viera.

-Su-éltame...- dijo agarrándole las manos, pero sin tener la fuerza para apartárselas. 

-No entiendo por qué haces de cuenta que no pasó nada entre nosotros cuando entrenamos en el planeta del señor Bills...

-¡Cállate, insecto! Dijimos que eso quedaría ahí y fue todo.

-Mentira... Eso lo decidiste tú, no yo.

-¡Agh! ¿Y qué vas a hacer al respecto, eh?

Goku lo pegó a su cuerpo, acercándolo por la cintura y sujetándolo de la barbilla para que lo mirara; mostrándose serio y dominante, cosa que hizo que las piernas de Vegeta temblaran.

-Sabes lo que voy a hacer.

Y sin más, lo besó.