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Vegeta se levantó, se acercó hasta él y le dio un puñetazo en el estómago, haciéndolo doblarse sobre sus rodillas y sujetarse.

-¡Insectooo! ¡¿Te desapareces por días y ahora me dices que quieres hablar?! ¡¿Con quién crees que estás tratando?!

-Ve-geta... Lo siento... Estaba sorprendido, ¿qué esperabas que hiciera?

-¡Agh, no preguntes estupideces! ¡Huir no es precisamente algo que esperaba que hicieras!- Vegeta soltó un gruñido y le dio la espalda, cruzándose de brazos con su pose típica. -Si tienes algo que decir, dilo de una buena vez- ordenó.

-Necesitaba pensar y ya lo hice.

-¿Conectaste tus neuronas? Bien por tí. Si es todo, puedes irte.

-¡No, espera! Sé que estuve mal, Vegeta... Pero es que no podía entender muchas cosas... Se suponía que por ser hombre no podías embarazarte, y sin embargo es lo que pasó... Cuando ese doctor lo dijo, solo lo creí porque el señor Whiss lo confirmó. Si me lo hubieras dicho tú...

Vegeta apretó los dientes y se giró para mirarlo.

-¿Y cómo esperabas que te lo dijera? Tal y como dijiste, sabía que no ibas a creerlo, y si lo hacías no ibas a dejar todo por quedarte conmigo y con la niña. -Vegeta se calló abruptamente al oírse.- S-solo hablo del embarazo... N-no estoy diciendo que debas dejar a tu familia... S-solo hablo de la compañía...

-Pero me quedé contigo.

-Solo hasta que supiste la verdad- dijo Vegeta sintiéndose herido al decirlo.

-Necesitaba pensar, y lo hice... Vegeta... ¿No pensabas decírme nunca lo del embarazo?

El príncipe desvió un poco la mirada.

-No.

-Lo supuse... -mencionó con una sonrisa triste- Si no me lo habías dicho hasta ahora es porque no pensabas hacerlo- su sonrisa desapareció- ¿Es porque soy yo? ¿Te molestó que fuera conmigo que quedaras embarazado?

Vegeta enrojeció frunciendo el ceño, ya que Kakaroto era el único con quien habría pasado esto, debido a lo que sentía por él.

-Eres un tonto, Kakaroto... -el otro levantó la mirada y una de sus cejas, confundido y algo ofendido.

-Creí que tendrías otras razones para no decirme la verdad, no esa.

Vegeta quiso reír por lo que dijo el saiyajin de la Tierra. Tenía muchas razones para no decirle la verdad, pero justo esa no era una de ellas.

-Kakaroto, no fue por eso.- lo miró empezando a relajar sus expresiones. De verdad no quería decir lo que iba a decir-Tenía miedo de tu reacción... De lo que harías cuando lo supieras- admitió.

Goku quedó pensativo.

-Aún así, si me lo hubieras dicho no hubiera querido matar a la criatura- miró su panza crecida- por estar haciéndote daño, sin saber que en realidad era mi hija. ¿Entiendes? ¡Mi hija, Vegeta! ¡Me dejaste odiarla por no saber que ella estaba en tu vientre...!

-¡Cierra la boca, insecto! Ni aunque me hubieras amenazado a mí te hubiera dicho lo del embarazo. Pero...- Vegeta empezó a temblar, le daba mucha vergüenza decir esto- en cuanto ella naciera la llevaría a la Tierra. Iba a inventar alguna excusa, algo para explicar por qué estaba conmigo. Y luego, cuando fuera creciendo, iba a hacer que la conocieras y pasara t-tiempo contigo. - La cara de Vegeta enrojeció- U-na vez que la hubieras conocido, sabía que ibas a encariñarte con ella, y que ella... Te querría de la misma manera...

-Vegeta...

-P-orque sé... que aunque eres el tipo más bobo, simplón y cabeza hueca... ha-ces que tipos como yo t-te admiren y te amen. -evitó mirar a Kakaroto a la cara- ella iba a amarte igual, y solo ahí te diría la verdad.

Hubo silencio entre los dos, entre el enojo de Vegeta y el desconcierto de Goku.

-¿Entonces tú sí...?

-N-no te atrevas a decir ninguna bobería.

-Pero si no dije nada- se quejó infantilmente.

-Pensabas hacerlo.

-¿Sí me quieres, Vegeta?

Vegeta mordió su labio y miró hacia un costado. Si le decía que no iba a contradecirse, y si le decía que sí... admitiría en voz alta todo el amor que sentía por él, al punto de perdonarle su falta apenas apareció.

Goku se acercó, agarrándole ambos brazos para tener su atención, y empezó a susurrar en su oído.

Vegeta empezó a temblar, y una lágrima traicionera cayó debido a los sentimientos mezclados que surgían por las palabras de Goku.

Cuando éste acabó, le sonrió al príncipe y sujetó con una mano su rostro. Se agachó un poquito para quedar más a su altura y lo besó.

Vegeta llevó sus brazos al cuello del más alto, correspondiendo.

Desde lejos Whiss y el pez oráculo los observaban.

-Vaya, esa sí que fue una declaración- sonrió Whiss.

-Lindos.

-Ciertamente. Es un bonito final feliz.

El pez oráculo dejó de sonreír.

-El señor Bills.

-¿Cómo...?- llegó a los oídos de Whiss el grito del Dios despertando.

-¡¡Whiiiiiiss!!

El ángel viajó rápidamente hasta donde estaban Goku y Vegeta.

-Señor Vegeta, señor Goku,- ellos se separaron- el señor Bills despertó, deben irse.

-¡¿Qué?! ¡Pronto, Kakaroto, haz la teletransportación!

-¿Eh? ¿Pero a dónde? ¿Volvemos a la tierra?

-¡No podemos! ¡Vayamos con Kaiosama!

-De acuerdo- Goku puso sus dedos sobre su frente mientras sujetaba a Vegeta por su cintura.

-Iré a verlos- dijo Whiss antes de que desaparecieran. Se giró sobre sus pies y vio llegar al Dios. Puso su expresión más feliz- Señor Bills, veo que ya acabó su siesta.

El gato morado lo miró enojado.

-¿Dónde está?

-¿Qué cosa?

-La criatura con ese extraordinario poder.

Embaracé a Vegeta (GokuxVegeta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora