Embaracé a Vegeta (GokuxVegeta)

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-¿Qué es este lugar?- preguntó Goku, mirando la plataforma donde se encontraban, en la que al final se hallaba un edificio alto, y alrededor, tanto abajo como arriba no había más que vacío.

-Vaya... Este es un Espacio Común. Que de hecho es menos común de lo que crees.

-¿Espacio Común?

Whiss frunció el ceño.

-Cada universo está distanciado del siguiente sin que estos se toquen. Así, cada universo se rige en sus leyes, y con sus dioses, y sólo dioses o ángeles pueden moverse entre ellos. Pero los Espacios Comunes son lugares fuera del espacio-tiempo de los universos... Similar al salto del tiempo de Hit, o a la habitación del tiempo en la Tierra.

-Ooh...

-Desde este lugar se puede llegar e ir a cualquiera de los universos, y están absolutamente prohibidos por los dioses. Estar aquí, o incluso movernos regularmente por ellos podría causar alguna paradoja, o alguna alteración en el tiempo y eso podría resultar en algo peligroso.
-Entiendo. Mientras más rápido salgamos de aquí, mucho mejor.

-Exacto.

-¡Oigan, ustedes!

Cuando Goku vio al sujeto de piel azulada llamarles, voló en segundos hasta él, empujándolo contra una pared.

-¡¿Dónde está la niña saiyajin?!

-¿La niñ...? Oh...- sonrió con malicia, muy a pesar de la expresión enojada de Goku- Ya la vendimos hace días.

-¡¿Qué?!

-Es la magia de este lugar... Está fuera del espacio y del tiempo, llegaste tard... ¡Ah!

Goku lo golpeó en el estómago.

-¡Dime dónde está!

-N-no pienso decirte...

De pronto el sujeto se soltó y todo su cuerpo fue tomando un color grisaceo, incluso producía un sonido metálico como si fuera de acero.

Goku se separó.

-¡No tengo tiempo para esto!

-Goku, siento la energía de la niña por aquella puerta. ¡Vaya enseguida!

Goku fue hasta ahí, esquivando a aquel oponente mientras Whiss se encargaba de detenerlo.

En cuanto él cruzó la puerta, la energía de la niña fue más fuerte. No estaba ahí, pero al menos podía sentirla, aunque estuviera muy lejos, y eso lo tranquilizó.

Escuchó que alguien venía hacia él, por lo que hizo pronto la teletransportación y apareció en el planeta donde estaba la niña.

Cuando pudo observarlo bien se dio cuenta de que era un planeta muy similar al de Bills.

-¿Acaso...?

-Vaya... Ya te habías tardado, Son Goku.

Aquella voz socarrona hizo girar a Goku, y vio que se trataba del Dios de la destrucción del universo 11, Vermut, quien reía con una pequeña niña en sus brazos.

Goku se concentró en ella, viendo que tenía toda su cabecita cubierta de cabello rojo, aún cortito, y unos ojos de igual tono que se abrían enormes y curiosos. Balbuceaba, y Goku hubiera pensado que era demasiado grande para ser su hija, de no ser porque conocía muy bien su ki.

-Ella es...

-¿La conoces? Es fascinante la manera en la que crece. Hace una semana aparentaba ser una recién nacida, y hoy parece de unos 3 meses o más.- su boca rojiza se hizo amplia.

-Sí, la conozco. Vine por ella.

-¿Sí? La adquirí legalmente. Bueno... Lo más legalmente que se pueda decir de esto- volvió a reír-. Pero podría decirse que es mía.

-¡No es verdad! ¡Ella es mi hija!

Los ojos del dios payaso se hicieron grandes y maliciosos.

-Entonces era verdad... No quise creerlo en cuanto lo supe, pero me lo acabas de confirmar.

-Kjs... ¡Solo devuélvemela!

La sonrisa del payaso se borró.

-¿Crees que te la voy a dar tan fácil? Me costó mucho conseguirla. Todos querían tenerla.

-¿Qué dices?

-Imagina esto... Nace un rumor, cada vez más fuerte, de que una diosa iba a nacer, de una raza de guerreros que se creía extinta... ¡Imagina más! Cuando se supo que era hija de saiyanis...- su sonrisa se hizo más grande- Imagina todavía más... Cuando se supo que era hija de un combatiente del universo ganador del torneo. Tuya y de tu compañero.

Goku apretó la mandíbula.

-¿Qué quieres con ella, maldito?

-Mmm... Más respeto, Son Goku. Soy un Dios. Y de hecho, esta pequeña lo es también. ¿Quién mejor que un Dios para cuidar de otro Dios?

-¡¿Para qué la quieres?!

-¡Para ser mi guerrera! ¡No permitiré nunca más que un sujeto cualquiera, de un universo tan insignificante como el tuyo vuelva a vencer a uno de los míos!

-N-no... ¡Nooo! ¡No me interesa lo que hayas hecho para obtenerla, o lo molesto que estés porque hayamos vencido a tu universo, pero no pienso irme de aquí sin ella! ¡Se lo prometí a Vegeta, y no pienso fallarle!

-Mjajaja, ¿y qué harás?

-Haré lo que mejor hago- un brillo gris llegó a sus ojos- ¡Pelearé por ella, así sea contigo o con cualquiera!

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Ya está cerca el final de esta parte de la historia.

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