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Capítulo IV: "¿Eres tú?"

   Se despertó en el mismo asiento donde se había quedado anoche, todos en el lugar estaban tirados en todas partes, dormidos donde cayeron. Su cabeza daba vueltas, esta vez la resaca le daba mil y una patadas en el trasero…

−Dios… ¿Qué pasó anoche?− Al parecer Grace había olvidado la mayoría de lo que había pasado en la fiesta…

   Camino hasta el vestíbulo y no vio ni a Steve, ni a Kelly, así que solo  se fue al departamento, se tiró a su cama y se quedó dormida, no despertó hasta el domingo…

   Ese día pasó más que rápido y el lunes en la mañana ya todos hablaban de la fiesta, en todos los pisos se escuchaba ¿Y cómo llegaste a casa?, ¿Cuántos tragos te tomaste?, ¿A quién te follaste?... y las respuestas era muy largas y explicativas, Grace solo se fue a la oficina de correspondencia, y al llegar el grito de Steve la despabiló…

−ZORRA, ¡DONDE TE METISTE EN LA FIESTA! 

−Lamento decepcionarte Steve pero no recuerdo nada− Grace se sentó en su lugar y recibió un café de Steve.

−Pero como no vas a recordar nada, cariño…− Steve le toco la cabeza como si estuviera enferma. – ¿O acaso no me quieres decir con quien estuviste?

−Nooo… es que, si acaso estuve con alguien no lo recuerdo.

−Uy, el Cosmopolitan te voló los sesos al parecer.

−Yo creo… pero de lo que si me acuerdo, es que tú estabas besándote con Kelly…− Steve abrió sus ojos  pero ella si recordaba eso.

−¡Eso no es cierto!− Se puso la mano en el pecho tratando de parecer ofendido.

−Eso sí lo recuerdo Steve, fue antes de que perdiera la cabeza. 

−Bien, si… pero no pasó nada más, a mí me gusta el…

−¡Está bien ya entendí!

   Se rio junto con Steve y tomaron su café, Kelly estaba en su escritorio, el señor Hoffman había llegado y estaba en su oficina, y decidió hacer un pequeño discurso con sus trabajadores, algo corto, solo para felicitar que la fiesta había resultado muy bien…

−Hola Steve… ¿Dónde está Grace?− Kelly bajo hasta la sala, pues Hoffman había bajado ya.

−Fue al baño, tiene un estómago muy malo.

−Si… siempre ha tenido ese problema.

   Hoffman empezó su discurso…

−Buenas días a todos, espero que estén bien. Quiero agradecer a todos los presentes por hacer una magnifica fiesta y ayudar a los preparativos, y también quiero decir que nuestras acciones han subido un 30  por ciento…

   Se escucharon muchos aplausos y silbidos, Jonathan sonrió y continúo…

–Gracias por su esfuerzo a todos y nos vemos para las fiestas de navidad… continúen así, hasta luego− Hoffman se llenó de abrazos y felicitaciones mientras trataba de caminar…