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Capítulo I: "Despedida"

 Solo digo algo antes… Si no te gusta lo que haces, no serás feliz el resto de tu vida.

   Si pudieras decidir desde tus primeros meses de vida lo que quieres ser cuando seas mayor no habrían tantas personas infelices en la tierra, solo piénsalo un poco, muchas personas que yo conozco no pudieron elegir algo que realmente querían estudiar, algunas están satisfechas pues al final lograron acostumbrarse, otras se alegran porque son exitosas y con mucho dinero pero en cambio otras, como yo. Son solo perdedoras.

   Se ríe mientras camina por los pasillos de lo que fue su trabajo de cajera del banco central de Londres, ciudad en donde vive junto a su hermana Emma y su esposo Matt, Grace sabe muy bien que cuando su hermanita querida llegue a casa y se entere que la despidieron del banco le va a recitar un discurso sublime ganador de un premio nobel sobre lo que es vivir sin trabajo, pero claramente Grace ya está acostumbrada.

   Sale del edificio, sonriente y satisfecha por su labor de los 2 meses que duró trabajando, ¿Por qué? Podrá ir por un café al  Starbucks, lugar en donde muchos “Hipsters” hacían y hacen sus reuniones para hablar sobre lo que estaba de moda y lo que no. 

   Se acerca a la caja para pedir un cappuccino, el delicioso café para su primer día como desempleada oficialmente, pagado se va a una esquina donde hay un letrero con los precios del Starbucks que se lo sabe al revés y  al derecho −El café expreso subió− se dice mientras revuelve su café.

   Grace es una persona que se fija mucho en los detalles, por esta razón le  causa gracias fijarse en lo que vestían los tipos con gafas extra gruesas pues  solo es un accesorio inservible y te hace parecer un nerd, en sus bufandas de tonos mayormente grises al cuello (a veces con 40 grados de calor las usan; pero ese día es pasable ya que es casi mitad de marzo), y el infaltable iPhone como había dicho antes los llamados Hipster; viendo las tendencias de la semana, sacándose selfies o simplemente pretendiendo ser geniales diciendo “Hey, yo puedo pagarme un iPhone y me visto con estilo”. Bueno, fuera de su superficial odio hacia los hipster no se dio ni cuenta cuando terminó su café, se levanta y sale del Starbucks para dirigirse a comprar comida china para llevar.

   Son las 5 de la tarde así que Emma y Matt llegarán pronto al departamento, es una especie de tradición para Grace comprar comida para llevar cuando la despiden, así es más fácil decirle a su hermana que ya no esta trabajando; En fin, termina de pagar la comida china y se va al departamento de Emma para arreglar un poco la casa antes de que lleguen y no la regañen tanto. Es extraño que Grace actué como quinceañera a sus 25 años, pero la verdad no quiere que su hermana la odie por ser una perdedora que no puede mantener un trabajo.

    Al llegar, luego de saludar al conserje, bastante ausente por cierto, se va a su dormitorio para tirarse a su cama de sábanas púrpuras y sin hacer, se saca las botas, y se queda ahí por 5 minutos. Ni muy despierta y ni muy atenta, simplemente alerta, mientras ve los dibujos que tiene pegados en toda la pared y parte del techo que ella ha hecho; algunos datan de cuando tenía 14 años y hasta ahora aún los conserva a la perfección, de lo único que es buena es en el arte visual, como los cuadros con pintura o solo con lápiz grafito. En eso Grace Fisher es excelente.

    Se levanta después de meditar un poco sobre las idioteces del mundo y se dispongo a rehacer la cama y ordenar el departamento, mientras escucha a Aerosmith; termina de ordenar por completo después de 3 o 4 canciones y va a ordenar la mesa para comer.

− Bien, creo que deberías decirle−dice Emma mientras abre la puerta con teléfono en mano.

Grace se apresura a la cocina sin que la vea.

− Si… haz lo que puedas, amor… si, te amo y nos vemos más tarde− cuelga el teléfono para dirigirse al comedor y ve todo servido y en orden. Emma se queda callada y un poco decepcionada pues ya sabe porque todo está así...