EAST || Joshua Bassett [#1]✔️

Capítulo 28

P.O.V____

Caminaba con Joshua de la mano, a lo que me parece que era sin rumbo... ¡ÍBAMOS AGARRADOS DE LA MANO! MIERDA.

Miré nuestras manos y no evitar sonreír, otra vez, argh, maldito cliché, no pasaron dos segundos para que todo me regresara a la mente, tengo un novio, y no está bien que esté de esta forma con un desconocido.

Solté su mano inmediatamente, el volteó a verme confundido, yo solo le sonreí falsamente.

–Bueno, y ¿a dónde vamos?– pregunté tratando de cambiar el tema.

Joshua se encogió de hombros y siguió caminando como si nada.

–No lo sé– contestó –la verdad es que te quería sacar de ese parque–.

Increíble, este chico es serio que es increíble.

Arqueé mis cejas –sabía que no debía de caer en tus bromas "California"–.

Él soltó un bufido y sus labios mostraron una sonrisa muy... hermo, digo bonita... buena sonrisa.

–Estaba esperando a que tu me dijeras a donde ir, tú eres la que vive aquí–.

No contesté a lo que dijo, no había un plan, excelente.

Me quedé callada por unos segundos hasta que se me ocurrió, claro, era obvio.

–Bien Bassett, por algo llamamos a este lugar Salt Lake City–.

Joshua abrió los ojos, sonrió y lo tomé del brazo. Corrimos hasta la estación de autobuses, estuvimos esperando como 10 minutos, en un silencio nada incómodo, era algo que no había tenido en algún tiempo.

–¿Y bien?– preguntó –¿me dirás a donde vamos?–.

No contesté, lo miré de una manera graciosa y me crucé de brazos.

–Misterio Breslow, el misterio–.

El autobús llegó, Joshua y yo subimos a este y nos sentamos en la parte de hasta atrás, yo en la ventana y el en el pasillo.

Cuando nos subimos, me reí ante la expresión del conductor pues lo miraba extrañado, ya que traía sus lentes y su gorra, su gran "disfraz".

–Épico– fue lo único que dije.

–Ya me dirás a donde vamos, ¿verdad?–.

–Lo verás cuando lleguemos, ya te dije–.

Joshua soltó un bufido gracioso y se hundió en su asiento.

Después de eso nadie dijo nada, y como por... no se cuantas veces, el silencio fue cómodo.

Así fue durante todo el camino, ambos callados, admirando el paisaje que pasaba por la ventana, la combinación de los edificios de la ciudad y las montañas sin nieve, era algo tan, fascinante, cada vez me impresionaba más mi ciudad, ahora que la veo con otros ojos.

Miraba el paisaje con una mano en mi barbilla, cuando de repente, sentí una extraña mirada sobre mí.

–¿Por qué me ves?– pregunté.

Él se encogió de hombros –¿por qué no tienes novio?–.

Golpe bajo, auch.

Tragué en seco y comencé a ponerme nerviosa, y cuando me pongo nerviosa, suelo arruinarlo. No tuve otra opción más que...

–No tengo idea– mentir.

–Mmm, pues cualquier tipo querría ser tu novio–.

Me quedé congelada ante su comentario, y para ser sincera me sonrojé.

–Oh mira ya llegamos–.

Gracias a Dios que habíamos llegado. Me levanté de mi asiento y con trabajos pasé sobre Joshua para llegar al pasillo, el siguió mi acto y juntos bajamos del autobús.

Para ser verano era un lugar con mucho aire y bastante húmedo, me paré en frente del lugar. Me abracé a mí misma y me froté los brazos, había olvidado mi chamarra, genial.

Joshua se paró a un lado de mí y se quedó impactado viendo el paisaje.

–Joshua Bassett, bienvenido al lago salado (salt lake) de Salt Lake City–.

______________________________________

Oigan, los lugares son reales, todos, los pongo porque yo he ido ahí, y pues no quiero inventar y eso.

Las amo.