Satomi x Riinu

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La vista del pelirrojo estaba fija en el agua. Estaba sentado al borde del puente, con ambas manos sobre las rodillas. No decía nada y tenía una expresión seria en su rostro. Satomi lo observaba desde el agua, nunca había visto a Riinu tan serio.

—¡Vamos Riinu!—Colon se acercó desde atrás al mencionado y comenzó a empujarlo para hacerlo caer al agua.—¡Mojate la cola!—rió burlón.

—¡Waaa!—gritó aterrado el pelirrojo a la par que se sujetaba de la baranda de madera que rodeaba el puente.—¡Detente Colon-chan!—pidió de manera desesperada.

—¡Bien Colon-chan!—lo animó Jel desde su sitio.—¡Hazlo caer!—agregó alzando su puño cerrado.

—¡Esperen, esperen!—pidió nuevamente el de ojos heterocromáticos al borde de llanto.

—¡Vamos Riinu!—está vez fue Nanamori quien alentó al pelirrojo.—Un poco de agua no le hace mal a nadie.—nadó hasta quedar cerca del puente. Satomi también se acercó, había algo demasiado raro en toda aquella situación.

—¡Cae!—el peliazul nuevamente lo empujó, esta vez lo hizo caer al agua finalmente. Pero a diferencia de lo que esperaba el resto, una vez se sumergió, se quedó así por demasiado tiempo.

—No está subiendo chicos...—agregó Root algo preocupado mientras miraba el agua.

—Quizás esté bromeando.—respondió Jel con una sonrisa nerviosa y pasaron los minutos.—No me digan que...—empezó a hablar.

—¡No sabe nadar!—el pelirosa tomó una gran bocanada de aire y se sumergió. El resto de la banda quedó aterrada y Colon que observaba todo desde el puente se lanzó al agua.

—¿Qué deberíamos hacer?—preguntó Root con una expresión de preocupación mientras miraba al líder de la banda.

—¡Iré a por ellos!—el pelimorado estaba a punto de seguir a Satomi, cuando esté subió a la superficie cargando a Riinu.

—Vamos Riinu.—Satomi frotó la espalda del más pequeño el cual tosió varias veces y al verse en el agua se aferró al adulto, hundiendo su rostro en el espacio entre el cuello y el hombro.—Tranquilo, tranquilo.

—¿Estás bien Riinu?—le preguntó Colon preocupado.—Lo siento. No sabía que no podías nadar.—apartó la vista apenado.

—Está bien...—al pequeño pelirrojo aún le costaba regular la respiración.—Debí decirles antes...—tosió nuevamente, Satomi continuaba sobando su espalda. El pelirrojo era tan pequeño en comparación con él. Cuando lo sostenía de esa forma, era que lograba caer en lo delicado y endeble que era su cuerpo.

—Creo que deberías secarte.—Nanamori se acercó y palmeó la cabeza del menor, el cual temblaba parcialmente. Parecía un pequeño cachorrito bajo la lluvia.—Yo puedo encargarme Satomi.—el pelimorado se acercó para tomar al pelirrojo de sus brazos.

—¿Pu-puede Satomi ll-llevarme?—preguntó el más pequeño volteando a ver al pelimorado. A Satomi las palabras del chico más pequeño lo confundieron, generalmente iba gustoso con Na-kun, pero por alguna razón, está vez, sus manos nos dejaban de aferrarse a sus hombros.

—Claro. Si Satomi está de acuerdo.—habló el de orbes violáceos sacando al mencionado de sus pensamientos.

—¿Eh? ¡Ah! Claro, claro.—asintió el pelirosa de orbes malba cargando a Riinu como si fuera un niño pequeño.

—Us-ustedes quédense chicos.—habló el pelirrojo con una voz temblorosa.—N-no quiero arruinarles el día.—sonrió débilmente.

—Está bien Riinu.—Jel se acercó para sacudirle el cabello de forma paternal.—No te preocupes, descansa por hoy.—le pidió.

Strawberry Prince One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora