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Jimin nunca había sentido tanta adrenalina en su cuerpo, eso de robar ya le comenzaba a gustar, pero ese gusto tenía sus consecuencias. Pero todos esos riesgos los hacía para sobrevivir.

—Quiero coger —suspiró Taehyung. Jimin cerró sus piernas y miró por la ventana del auto—. Te encantará este lugar. Podemos coger cuando lleguemos, la gente no sube por acá a esta hora.

—No me gustaría hacerlo en el auto —dijo serio.

Taehyung lo miró con ceño y detuvo el auto.

—En cuanto veas la vista querrás coger toda la noche, te lo aseguro —dijo y siguió avanzando. Subió hasta lo más alto del cerro y allí detuvo el auto.

No iba a mentir, la vista era hermosa.

—Tienes razón —dijo Jimin con un brillo en sus ojos—. Es muy hermosa.

Jimin se inclinó hacia adelante con la esperanza de poder ver con más claridad.

—En el día sí se ven casi todo en la ciudad —dijo estirando un brazo rodeando a Jimin.

—No quiero tener sexo, ¿podemos conversar?

Taehyung lo vio extrañado, pero claro que no estaba en sus planes abusar de su novio, así que tendría que esperar.

—Te escucho.

—¿Tienes un sueño? —preguntó jugueteando con sus manos.

Taehyung sonrió y asintió.

—Quiero una granja —dijo imaginándola—. Con vacas, gallinas, caballos, cultivos —soltó una carcajada—, es muy estúpido.

—Mis padres me hicieron creer que mis sueños son estúpidos, yo creo que tu sueño es hermoso.

Taehyung sonrió.

—¿Y tu sueño? —preguntó.

—Quiero bailar —dijo mirando por la ventana. Taehyung apretó su mandíbula.

—¿Si sabes que lo que estabas haciendo no era bailar?

—Sí, pensé que sería distinto, pero era el único lugar que me contrató.

—Podemos hacer realidad ese sueño —dijo con una enorme sonrisa.

—También el tuyo —dijo Jimin sonriendo. Taehyung le dio un beso.

—Tengo un nuevo plan.

—Ayer fui con mi novio a ver la ciudad desde lo más alto —mencionó Taehyung—, hicimos una promesa —dijo—. Planeamos estar juntos.

Jungkook le dio una calada a su chigarro y negó con la cabeza.

—Apenas y se conocen.

—Lo sé, es muy tonto, pero tenemos esa conexión, por eso lo invité a vivir conmigo. Cuando cogemos es distinto —se llevó una mano a la barbilla—. No es como si cogiera con cualquiera.

Jungkook se echó a reír, y tiró la mitad de su cigarro y lo pisó.

—¿Y por eso planean irse? —preguntó Jungkook.

—Sí, nos iremos hasta la capital. Planeo que en el camino vayamos asaltando y robando tiendas. Sólo me falta conseguir armas.

Jungkook lo miró sorprendido.

—¿Por qué?

—Siempre he robado para sobrevivir.

—Te he ofrecido un montón de cosas, ¿por qué no me dices lo que necesitas?

—No quiero ser una molestia, pero ya lo decidí, sólo necesito dos armas y cartuchos.

Jungkook se mantuvo serio y después chasqueó con la boca.

—Es una mierda, yo no quiero ver a mis amigos así —sacó su billetera y le entregó todo el dinero—. No necesitas hacer esto.

—A mí tampoco me gusta ver a mis amigos con absolutamente todo —dijo embolsándose todo el dinero—, y que hagan de sus vidas una mierda.

Jungkook frunció el entrecejo y se levantó del sillón, fue a un cajón y lo abrió colocando una clave. Tomó dos estuches y se los lanzó a Taehyung.

—Jodete.

Jimin sintió algo frío en su pecho, abrió poquito sus ojos y se encontró con Taehyung. Él sólo se había ido sin decir más, dejándolo solo, así que prefirió dormir porque ni televisión tenían.

—Te odio —dijo Jimin sonriendo. Miró el arma que Taehyung tenía apuntándole en el pecho—. ¿Y eso?

—Nos vamos.

—¿Ahora? —preguntó Jimin cobijándose de vuelta—. Ven y duerme conmigo.

—¿Limpiaste? La casa se ve distinta.

—Eres un idiota por dejarme aquí solo, tuve que acomodar todo para desaburrirme.

—También te quiero.

Taehyung dejó las cosas debajo de la cama y durmió abrazando a Jimin.

Al día siguiente ya estaban guardando sus cosas para irse temprano. Taehyung le explicó cómo usar el arma. Ambos estaban nerviosos porque no sabían qué sucedería, en el caso de los dos, sentían que no tenían nada que perder a excepción del otro.

—Tengo hambre —se quejó Jimin, sintiendo su estómago crujir.

Llevaban cerca de dos horas de camino.

—Tranquilo, por aquí puede haber un restaurante —supuso Taehyung y en pocos minutos se encontraron con un restaurante en medio de la nada—. Te lo dije —se bajaron del auto y antes de entrar Taehyung le advirtió—. Nos iremos sin pagar así que come rápido y nos salimos de inmediato, ¿te parece?

Jimin asintió. Entraron y se sentaron, se acercó una chica a pedirles la orden, ambos ordenaron unos pancakes con huevo y tocino. Después de unos minutos, su orden llegó.

—Llevaba tanto sin comer algo como esto —dijo Jimin aún con comida en la boca—. ¿Crees que pueda pedir algo más?

—Lo que tú quieras, mi amor —dijo haciendo reír a Jimin—, yo pediré un café.

Y así fue, pidieron más, Jimin quedó a más no poder. Taehyung sólo se levantó, le hizo una señal a Jimin con la mirada y él asintió. Jimin se levantó de la mesa y salió por la puerta.

—¿Ya va a querer la cuenta?

—Sí, por favor —respondió y se fue directo al baño, cerró la puerta con seguro. Miró la ventana que estaba en una esquina del baño. Se subió por el retrete y salió por la ventana. 

Al caer al piso terroso, se levantó casi de inmediato limpiándose la ropa. Jimin llevó el carro hasta él. Su novio se subió dando un fuerte suspiro.

—Continuemos.

idk [VMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora