Después de cenar, Cara se quedó pacíficamente dormida mientras ella estaba preguntándose qué demonios estaba haciendo ella en la casa de la doctora Heath.«De Tobin», se corrigió a sí misma.
«Se supone que ahora tienes que llamarle Tobin»
—Esto no está bien —murmuró—No está nada bien.
—¿Qué es lo que no está bien? —preguntó Tobin mientras entraba en el salón.
Alex se volvió de mala gana y la miró.
Se había cambiado de ropa antes de cenar y ahora vestía un jersey grande y unos vaqueros muy gastados. Llevaba las mangas subidas por encima de los codos y revelaba unos de los antebrazos más atractivos que ella había visto en su vida.
Iba descalza.
Y eso la tenía verdaderamente maravillada.
Realmente esa era una faceta de Tobin que nunca antes se habría imaginado. La mezcla que había en ella la intrigaba y odiaba sentirse intrigada por una mujer.
Eso significaba problemas.
—Nada —contestó rápidamente— Cara y yo acabamos de tener una pequeña discusión. Cosas de dos.
Tobin asintió y suspiró cansada.
—Ya veo. Así que se ha vuelto a despertar, ¿no?
Alex agitó la cabeza.
—No. No se ha despertado. Más bien era una especie de monólogo.
Tobin se acercó a la cuna y miró a la niña.
—Me gustaría que esta noche durmiera así de bien.
—¿No duerme todavía por las noches?
—No, a no ser que pienses que despertarte cada dos horas llorando a gritos para que le dé de comer sea un buen sueño.
Alex la miró.
—Ya no debería de estar haciendo eso. Ahora ya necesita dormir mucho más tiempo por la noche. Muchos niños de su edad duermen siete u ocho horas seguidas por la noche. Algunos incluso más. Y, aunque tenga confundidos los días y las noches, no debería ser alimentada tan a menudo.
Tobin la miró.
Evidentemente estaba preocupada.
—¿No debería?
Alex agitó la cabeza.
—¿Cuánto come cada vez?
Tobin se encogió de hombros.
—Un poco, antes de perder interés. Luego dormita un poco. Lleva haciendo eso desde que llegó. ¿Cuánto ha comido hoy contigo?
—Ha comido seis veces y dejó el biberón seco cada vez. Y no ha sido cada dos horas, sino cada cinco. Debería comer más de ese poco que dices y mucho menos a menudo que cada dos horas. ¿Has hablado de esto con el pediatra?
—Sí, cuando tenía dos meses. No pareció muy preocupado.
—Entonces tienes que encontrar otro pediatra. Debería de haber hablado más contigo de tus preocupaciones. ¿De verdad que has tenido que estar despertándote cada dos horas para darle el biberón por las noches?
Ella asintió y no dijo nada.
—Vaya, no me extraña que tengas ese aspecto.
—Muchas gracias.
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Sanando viejas heridas
FanfictionHabía una nueva mujer en la vida de Tobin Heath y estaba loca por ella, ¡eso cuando no estaba llorando o gritando, por supuesto! Gracias a su sobrina recién nacida, la soltera más sexy de la ciudad y sobretodo del hospital se había transformad...