Capítulo 7

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—Chicas, ¿cómo supieron que estaban enamoradas de sus esposos?

Amy y Lauren se miraron entre sí y luego a Alex.

Luego le preguntaron a la vez:

—¿Qué?

—¿Perdón?

—Bueno, es que me estaba preguntando cómo supieron con seguridad que estaban enamoradas de sus esposos.

—¿Por qué? —volvieron a preguntarle a la vez.

Alex se encogió de hombros.

—Curiosidad.

Amy y Lauren volvieron a mirarse suspicazmente.

—¿Hay algo que nos quieras contar, Alex? —le preguntó por fin Lauren.

—Sí, no nos hemos visto mucho desde que te ocupaste del turno de noche de Mana —intervino Amy— ¿Qué has estado haciendo durante las últimas dos semanas? Además de ser la niñera de la sobrina de Tobin Heath.

—Lo que ya es bastante. Llevas desde hace tiempo diciendo que la buena doctora es como un grano en el trasero y, de repente, vas y le ayudas con la niña.

—Ya les he dicho la razón —les recordó Alex—No he querido que Cara sufra y se sienta no deseada. Quise que estuvieran cómodas juntas, eso es todo.

—Ya sabes que, al principio, esa nos pareció una buena explicación —dijo Amy —pero ahora no puedo dejar de preguntarme si tus intenciones no habrán cambiado un poco.

—¿Mis intenciones? ¿Qué demonios se supone que significa eso?

—Nada. Salvo que, tal vez empezaste con esto por Cara, pero que en algún momento tus intenciones e intereses tomaron una dirección distinta.

Alex entornó los párpados.

—¿De verdad? Y, ¿qué significa eso?

Amy miró a su hermana.

—Finalmente conociste a la doctora Heath, ¿no es así, Lauren?

—Si, me lo presentaste en el hospital.

Amy asintió.

—Eso es. Y, ¿qué piensas de ella?

Lauren sonrió.

—Creo que está muy bien.

—Eso es lo que yo creo también —dijo Amy—¿Y tú, Alex? Se dice por el hospital que ya no suelen pelear tanto como antes. Kyle Krieger, por ejemplo, incluso ha dicho que son amigas.

—Kyle no tiene ni idea de lo que dice. Como siempre.

—¿De verdad? —le preguntó Amy—Entonces, esa historia de que has pasado dos noches en casa de Tobin es completamente falsa, ¿no?

Alex se sintió ruborizar y bajó la mirada.

Maldita sea, ¿por qué le habría hablado a Kyle de que estaba siendo de niñera de Cara?

No importaba que esas dos noches hubieran sido completamente inocentes; bueno, hasta cierto punto. Debía de haber sabido que Kyle no se iba a quedar callado.

—¿De verdad? —exclamó Lauren— Alex, ¿Cómo has podido hacer algo así? ¿Cómo has podido pasar dos noches con esa mujer, casi una completa desconocida y no contarnos a nosotras, tus mejores amigas, todos los detalles?

—Porque no ha habido detalles interesantes.

Los detalles no habían sido interesantes, eso era cierto; habían sido turbios, que era otra cosa.

Sanando viejas heridas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora