CAPITULO 13 EL DILEMA DE HELGA I

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CAPITULO 13 LORENZO EL CASANOVA

Y EN MEDIO DEL FRENESI LLEGA LA TEMPESTAD

Cuando somos niños nunca estamos solos, siempre están nuestros guías y protectores para darnos una mano amigable para levantarnos, ¿Quién decide cómo ser un buen o mal padre? En realidad nadie, nadie enseña a nuestros padres a ser bueno o malo y no hay nadie con el derecho de juzgar las razones que tuvieron para hacer lo que hicieron o lo que no hicieron.

Aunque a veces los padres sean demasiado imperfectos aun con ello, cuando crecemos y somos soltados suele ser un golpe a la realidad en nuestra vida.

Entonces podemos darnos cuenta de los propios zapatos de ellos, aquellos que siempre están expuestos a ser juzgados y que a su vez juzgan, ahora nos tocaría ser verdugo de los siguientes y así por todos los tiempos...

Pero en realidad ¿Ganamos el maldito derecho de juzgar?

La madurez vendrá cuando no veamos los errores de los demás...sino los propios.

H.G.P

Había pasado ya una semana desde mi pequeña pelea con Arnold, no puedo decir rompimiento ¿Por qué en realidad alguna vez siquiera empezamos? Claro que no...ni siquiera sé cómo llamarle a lo que hubo, solo sé que fue lo mejor de mi vida.

Las cosas han cambiado por aquí, mi mama siempre está de compras y Olga se la pasa casi todo el día en el emporio, hoy más que nunca extraño a mi papa y las noches donde hablamos parecen más cortas de lo normal, lo que si es que mi padre ni un solo día ha dejado de marcarme.

Pero eso no quita que cuando me levante....tienda a estar deprimida, mi casa...era como el no hogar que tuve hace años.

La cocina está llena de trastes sucios...

Una botella de alcohol...mi madre arraso casi con todo para sus licuados.

Ya no había almuerzo para mí en las mañanas...no era novedad que nadie lo hiciera, ni siquiera Olga que tanto decía quererme.

Por suerte papa me dejo dinero suficiente y aún tenía la cuenta de ahorros.

Así que con eso solo salí hacia la parada de autobús.

Otro día...otro día negro...otro momento que no lo tengo, que no le hablo, que...no me mira

Al subir al autobús vi a Lila peligrosamente cerca de mi amado rubio, el cual no le hacia el menor caso pero aun así, no podía evitar que la sangre me hirviera.

Pero no pude ni siquiera enojarme más de la cuenta, Lorenzo llamo mi atención.

-Hola preciosa

Bufe

-Hola

-¿Estas de malhumor?

-Un poco –Murmure mientras me sentaba con él, Gerald estaba con Phoebe y Rhonda no acostumbra usar el autobús...

-Creo que esto te lo quitara –Me mostro un vaso de café –Capuchino vainilla con un poco de chocolate ¿Qué te parece?

Sonreí a mi pesar

¿Por qué Arnold no puede ver que era lo que realmente deseaba de él?

-Gracias –Suspire

-De nada hermosa

Sentí un vacío en el estómago al momento que el pelinegro me deposito un tierno beso en mi mejilla

Para el resto del camino permanecí callada e ida.

LAZOS FORZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora