Capítulo 3

2.3K 126 13
                                    

*Narra Lydia*

Me encontraba nuevamente en la oficina de Parrish. Él estaba sentado en su escritorio y yo recostada en su sofá de cuero negro. Tenía el teléfono en la mano y bajaba en la pantalla mientras leía una versión del bestiario en formato digital. No podía evitar cada cuantas páginas emitir un bostezo, consecuencia de una noche tan... agitada. El recuerdo de Malia apareciendo en la puerta de la sala de Stiles me agobiaba y me llenaba de distintas emociones distintas: culpa, decepción; pero también euforia y felicidad.

 Basta. Tenía que sacarme eso de la cabeza. No había pasado nada malo.

"Ni nada bueno" pensó una parte de mi cabeza.

Decidida a terminar con ese rollo me levanté y me acerqué a Parrish. Se volteó al verme venir.

—Oye, ¿no te sientes medio encerrada aquí? Podríamos salir a tomar un café y nos despejamos... —me dijo él. Yo no estaba sorprendida. Para nada. Me estaba invitando a salir, algo que iba a pasar tarde o temprano. Lo pensé un poco. Sí, quizá le daría una oportunidad, pero diablos, yo era Lydia Martin, no iba a ser tan fácil.

—Oh, no me gusta mucho el café —dije con voz lastimosa mientras le rozaba el hombro con el dedo.

—Ya veo. Podemos tomar otra cosa si quieres. ¿Vamos?

Pero no estaba dispuesta para aceptar todavía. Quería tontear un poco más.

—No sé —lo tomé del cuello de la camisa obligándolo a levantarse. Pasé los dedos por su cuello— . Podríamos quedarnos aquí y revisar un poco más.

Quería que me rogara. Era divertido tenerlo así. Tan desesperado y a la vez tratando de parecer casual.

—Es que... hace calor aquí.

—Abre la ventana.

—Lydia...

—Jordan...

Me reí. Me aproximé a su cara y lo rocé con los labios. Pero algo me detuvo.

­— ¿Qué haces aquí?

Retrocedí un paso y me quedé helada. Esa voz provenía de mi cabeza. Era una voz femenina. Y conocida.

— ¿Qué no puede un padre visitar a su hija?

Esa voz también la conocía.

­—No si se supone que está encerrado en un manicomio.

Malia y Peter.

Parrish me llamó, pero yo lo callé, intentando escuchar mejor la conversación de mi cabeza. Él pareció entender y se me quedó mirando fascinado. Pero de la mala manera. De esas que te hacen sentir como un bicho raro. Probablemente así me veía Parrish siempre. Como algo para ver en un zoológico.

—Tienes dos opciones. O vienes conmigo por las buenas y nos ahorramos un horrendo drama familiar o vienes por las malas y en contra de tu voluntad.

Luego le sucedieron una serie de ruidos metálicos y algunos gritos.

Silencio.

Dios mío, si algo estaba claro, es que Peter se había llevado a Malia. Sin saber qué hacer, miré a Parrish. Esa mirada de horror mezclada con fascinación seguía ahí y de inmediato me sentí tremendamente avergonzada. No porque me acabara de ver en pleno banshee-moment, sino porque no me podía creer lo que había estado haciendo con él un minuto antes. ¿Pero en qué estaba pensando? Creí que ya había superado mi fase de... zorra.

Me alejé unos cuantos pasos, mareada. Tenía que usar la cabeza.

Saqué mi teléfono de mi bolso y marqué un número que ya sabía de memoria. Stiles.

— ¿Dónde está Malia? —le pregunté apenas contestó.

—Ehh... en realidad, no tengo ni idea.

—Es tu novia. ¡Y vive en tu casa, por amor de Dios!

—No sé, no estaba aquí cuando llegue. Espera, ¿por qué quieres saber? —me di cuenta por su voz que notaba algo extraño. Por fin sus neuronas se ponían a funcionar.

—Es solo que... tengo la sensación de que está en problemas, digamos... familiares.

—... ¿Te refieres a Peter?

—Así es. Se la llevó.

—Voy a buscarte. ¿Dónde estás?

Me detuve un segundo antes de contestar. Por algún motivo no quería decirle que estaba con Parrish, en su oficina, solos y sin nada que hacer. Era estúpido pensarlo como una traición, pero yo así lo sentía. De todas maneras me obligué a responder:

—En la oficina de Parrish.

Una pausa.

—Solo espero que mi padre no haga preguntas —y cortó la llamada.

—Lydia, ¿necesitas ir a alguna parte? —me preguntó el rubio con curiosidad.

Asentí con la cabeza.

—Pero no te preocupes. Stiles está de camino.

Nos encontramos en la salida de la comisaría, donde Stiles había aparcado su jeep. Me subí a toda prisa.

—Explícame todo de nuevo, por favor —me pidió algo confundido.

Después de detallarle la conversación que se había producido en mi mente (lo cual sonaba bastante raro) le pregunté qué debíamos hacer a continuación.

—Creo que los mejor sería ir a Eichen House. Asegurarnos de que Peter no está allí y averiguar cómo salió.

—Y para qué —agregué yo.

— ¿Crees que debamos avisar a Scott y a los demás?

— Pienso que deberíamos hacer algo por nuestra cuenta antes de preocuparlos.

Él no contestó y arrancó el auto.

----------------------------------------------

Y hasta acá el capítulo de hoy!! Sé que les dije que por ahora no tenía un horario fijo, pero creo que ya armé uno. Voy a tratar de subir todos los miércoles y domingos. Así puedo estar un poco más organizada  y ustedes saben mas o menos como es la cosa. 

Créditos a la autora de video :3 :3

Así que me despido sin nada más que decir

-Blue


Soulmates || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora