Capítulo 12

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*Narra Stiles*

Cuando Lydia huyó del edificio, supe que algo andaba terriblemente mal. No seré un ser sobrenatural, pero tengo mis presentimientos. Me excusé con Derek y Mike y salí detrás de ella, pero cuando llegué a la calle no había ni rastros de Lydia.

Pensé un minuto: ¿adónde iría una chica visiblemente alterada que no quiere que la encuentren? Por desgracia, la respuesta parecía ser a cualquier parte. Un trueno me sacó de mis pensamientos. Que raro. Hace un momento el sol brillaba en el cielo, pero ahora lo único que se veía eran nubes grises. Sin darle más vueltas al asunto me puse a deambular por la ciudad.

Un buen rato después llegué a un pequeño parque que se veía bastante bonito. Prestando más atención divisé la rojiza cabellera de Lydia, que estaba sentada en un banco de madera con la cabeza entre las manos. Salí corriendo hacia ella. Cuando llegué a su lado levantó la vista, pero sus ojos esmeralda eran fríos como el hielo. El sudor me corrió por el cuello, mezclándose con las primeras gotas de lluvia que empezaron a caer. Algo iba mal.

—¿Estás bien? ¿Pasó algo?

Me miró con dureza.

—No importa. Escucha, tenemos que discutir lo de ayer.

—¿Aquí? —pregunté pasándome las manos por los brazos. La lluvia estaba helada.

—Sí. No tardará mucho.

—Bien.

Ella suspiró con fuerza, casi quejándose.

—Lo de ayer fue un error. Debes saberlo. Yo solo quiero que seamos amigos. Lamento  haberte dado falsas esperanzas o... lo que sea —a medida que iba hablando yo me iba encogiendo más—. La cosa es que quiero que quedemos como estábamos, ¿está bien?

Por supuesto que no estaba bien.

—Además, estamos en la búsqueda de tu novia... ¿no te parece cruel hacerle esto mientras ella no está?

En ese momento me di cuenta. No sé si fue por el suave tirón que dio su comisura derecha, o porque la conocía demasiado, pero lo supe. Era imposible que pudiera sentir compasión por Malia, esa parte era una total mentira. Lo demás quizás no tanto, pero ya sea por una corazonada o porque no quería creer lo que estaba diciendo, decidí que estaba mintiendo y fingí yo también.

—Tienes razón. Esto no está bien. No volverá a pasar.

La confirmación llegó con su expresión. Parecía sorprendida y dolida. Estuve tentado de decirle que era mentira, pero ella había empezado esto, y estoy seguro de que con una buena razón. Lydia no era una persona que mentía por profesión.

—Ehh... me voy —y se fue entre la lluvia. La vi alejarse con el cabello empapado.

Por un momento me quedé allí yo también, a la intemperie. La culpa me estaba matando, así que decidí encargarme de ella más tarde y llamé a Scott para informarle de nuestros avances y preguntarle por los suyos.

—Nosotros llegamos hace unas horas y fuimos a visitar  la manada de la que nos habló Derek. Siguen vivos por ahora.

—Entonces... si no vino por aquí... ni tampoco por allá...

—¿Dónde está? —terminó Scott en un susurro.

—Oye, ¿sabes cuánto falta para luna llena?

—Ya perdí la cuenta de los días, no lo recuerdo. Pero podrías preguntarle a...

—A Lydia —lo interrumpí.

—Sí. De todos modos ¿cuál es el siguiente paso a seguir?

—Reunámonos.

—¿Dónde?

—Allí. Encontraremos la forma de llegar antes de mañana. Solo espero que luna llena no sea esta noche —dije luego de pensar un momento.

—Nos vemos —y colgó.

Me dirigí al motel, aunque me costó un poco hallarlo. Había caminado bastante para llegar al parque, y en cualquier dirección. Ojalá Lydia no se hubiera perdido en el regreso.

Minutos después encontré a Derek en la entrada del motel.

—Si buscas a Lydia, entró como una tromba hace un rato. Supongo que mojarse no le hizo ninguna gracia. ¿Llamaste a Scott?

—¿Eh? Sí. Debemos reunirnos con ellos en San Diego antes de luna llena.

—¿Desde cuándo tomas las decisiones aquí?

—¡Soy el rey del mundo! —grité divertido mientras subía a la habitación.

Al abrir la puerta me encontré con una bastante furiosa Lydia que armaba sus maletas con violencia. Al concentrarme un poco, pude notar rastros de maquillaje a los lados de su cara.

—Veo que ya te adelantaste —aunque ella no podía saber que ya nos íbamos, no le di importancia—. ¿De casualidad sabes cuándo es luna llena?

—Hasta que a alguien se le ocurre preguntármelo —suspiró mientras hacía fuerza por cerrar su equipaje, subida a una enorme maleta—. Dentro de tres noches. Ese es el tiempo que tenemos antes del fin del mundo —exageró y salió del cuarto como una exhalación.

Como yo no había quitado casi nada de mi mochila (y sospechaba que Lydia tampoco) me la colgué de un hombro y la seguí. Ella y Derek estaban en la puerta del lugar, apoyados contra la pared.

—¿Ya se te ocurrió como vamos a irnos de aquí? —pregunté a nadie en particular— Ya saben, ya que Scott y Kira se fugaron con mi Ferrari —Lydia puso los ojos en blanco.

—Bueno, no es como si pudiésemos pedir un pasaje de avión de primera clase para hoy, sabes. Y no está tan lejos —la última vez que me dijeron eso terminé caminándome medio Los Angeles—, pediremos un autobús exprés.

Eran como las dos de la tarde y teníamos tres noches para encontrar a Peter. Debíamos pensar en positivo.

Nos pusimos en movimiento de inmediato hacia la estación. El próximo autobús a San Diego salía a las cuatro y no teníamos muchas ganas de  pasear, así que las pasamos en la sala de espera. Más tarde, ya a bordo del autobús, no me quedó más remedio que sentarme al lado de Derek, ya que Lydia había dejado sus cosas en el asiento de su acompañante, en una clara indirecta.

 "Solo serán unas horas" Poco después nos avisaron que llegaríamos a medianoche. Suspiré. Iba a ser un largo día.

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Bueno, primer capítulo subido en este lugar recóndito e aislado del mundo... okno. Bueno, espero que les haya gustado (demuéstrenmelo con un voto o un comentario, please) y hasta la próxima!

-Blue



Soulmates || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora