AMOR

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¡Y llegamos al último capítulo! Es la historia más corta que he escrito (ni siquiera llega a los dos dígitos jaja), y les agradezco mucho A TODOS por su atención y mensajes y lecturas silenciosas.

Si hay algo que quieran comentar, todo es terriblemente bienvenido, todo ayuda, todo sirve.

¡Gracias por todo! Y nos vemos pronto en otra historia :)

GRACIAS GRACIAS GRACIAS a mí hermosísima amiga alma_maxwell por este dibujo que le da vida a mí pobre corazón de ñoña 💓💓💓💓😭😭😭

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CAPÍTULO 9: AMOR.

And in that moment, I swear

we were infinite.

Stephen Chbosky - The Perks of Being a Wallflower

Abrir los ojos era lo último que Yoru Asekawa hacía cuando sus sentidos la llevaban a despertar. Adivinar que el sol estaría en el cenit de su trayectoria por el calor que ingresaba directamente por la ventana. Que su padre había cortado el césped hacia pocas horas por el aroma a tierra húmeda. Cada pequeño misterio de resolución sensorial era como un camino de ladrillos hasta la toma de conciencia final. Como si disfrutara cada segundo de esos instantes donde no recuerdas tu nombre, ni dónde estás, ni de quién es la cálida respiración que mueve los mechones sobre tu rostro.

En el aliento mentolado de Osamu aún podía sentirse el dejo perdido de los dulces de fruta que habían comido mientras estudiaban esa mañana de domingo. Junio supo llegar extremadamente rápido en su tercer año de preparatoria, y los exámenes trimestrales no se aprobarían solos. Por eso decidieron utilizar un día de descanso para ponerse a término con las materias que les costaran. Y en algún momento de la mañana, las sábanas y cojines y pequeños peluches en forma de zorros habían clamado su descanso. Por eso ahora Yoru abría finalmente sus gemas azules, sintiendo en plena conciencia los brazos de Osamu a su alrededor.

No hay forma de que aprobemos nada si seguimos descansando, ¿sabes?

Su voz sonó como dentro de una burbuja, hasta que sus oídos se acostumbraron a ella. Solo atinó a sonreír, aún con la mitad del rostro enterrado en su almohada. De algún modo, refregó la nariz contra la tela y se hizo pequeña contra su pecho. Como un gatito ovillado en su cojín favorito. Osamu ahogó una risa sincera antes de volver a hablar.

—Ya entendí. No te importa mejorar tus notas. Enterado.

Sintió los labios cálidos contra el costado de su cabeza. Los largos brazos presionando su cuerpo aún más contra él, aun cuando algunos peluches impidieron que se fundieran en un abrazo absoluto. Se sujetó a la tela de su camiseta blanca, pegando la frente contra el algodón extrañamente frío. Aún veía algo borroso, pero distinguió su escritorio a lo lejos, copado por los libros de ambos y el bolso de Osamu sobre el respaldo. Las zapatillas de vóley asomaban por entre la abertura del cierre.

¿Tsumu y tu se van a entrenar por la tarde?

SÍ. Suna quiere que entrenemos lo más posible hasta el intercolegial de verano.

Lo que pasó donde solíamos vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora