CAPITULO 1
El sonido de una hermosa melodía, se escuchaba en el gran parque central de la ciudad donde un grupo de personas admiraban con emoción hacia la persona que ocasionaba aquel sonido. Un joven de piel morena se encargaba de tocar aquel fascinante instrumentó que, en la actualidad, nadie suele tocar ya por ser un artefacto ya algo viejo. Tan solo basto 10 minutos para que la gente se detuviera a presenciar el canto de este, muchos desconocían el idioma que estaba hablando, pero a otros se les hacía algo conocido, esas fueron unas de las razones por las que la gente lo rodeaba en esos momentos.
Tarde o temprano seré tuyo y mío tú serás.
Cuando finalizo la canción todo el mundo empezó aplaudir hacia el muchacho, quien hacia una ligera reverencia hacia la multitud y también les agradecía a las personas que le dejaban dinero en el estuche de su guitarra que se encontraba enfrente de él. Tuvieron que pasar solo unos minutos para que la multitud de recién siguiera con su camino dejando al moreno solo nuevamente, quien con emoción se acercó a su estuche y veía con un brillo en los ojos todo el dinero que había logrado juntar.
-Creo que esta vez sí podre comprarme un nuevo estuche-dijo-O ir hacia la tienda de don juan.
-¡Melody! ¡Melody!-
La sonrisa de Miguel se borró al instante al divisar a la señora Ariel, dueña de la joyería, abriendo su paso entre toda la multitud de gente con su habitual collar que, usualmente, solo contenía una perla.
-¡Aquí estas! No sabes que es muy peligroso estar sola por la ciud...-
Tan rápido como diviso a Miguel cercas de la fuente, su sonrisa se borró, apretó los labios y tomando a su hija del brazo decidió alejarse cuanto antes. La joven pelinegra se quejaba, ignorando por completo las palabras de su madre de que debía quedarse cercas de su tienda y no andar sola por las calles. Miguel solo pudo soltar un suspiro empezando aguardar sus cosas.
-Como si tener un ojo de color fuese contagioso-Murmuro para sí mismo-
Al finalizar su labor de guardar todo, dio un estiramiento hacia atrás ocasionando que su espalda soltara un crujido haciendo que se le escapará un suspiro de satisfacción al liberar algo de tensión de sus músculos y emprendió su camino. Con una ligera sonrisa en el rostro veía como toda la gente de la ciudad convivía felizmente, aunque para el fuese algo raro al principio, en la actualidad lo ve con mucho orgullo al ver como la sociedad ha cambiado tanto y evolucionado. Cuando por fin pudo divisar su casa a lo lejos vio con melancolía el letrero que tenía encima con la palabra zapatería, varios recuerdos vagos se hicieron presenten en su mente haciendo que el moreno soltara un una risa ante aquellos recuerdos viejos. Entonces decidió acercarse y adentrarse en ella.
-¡Ya llegue!-grito colocando su estuche aun lado de la puerta-
Una mujer apareció detrás del mostrador sacudiendo su delantal y acomodando su cabello desordenado.
-Al fin llegas-dijo- Espero que tengas una buena excusa para Ernesto, ya sabes que detesta cuando desapareces de la nada y sin avisar-
-Solo fui a tocar un poco al parque de aquí enfrente María, no tiene nada de malo que quiera despejarme un poco de todo.
La joven castaña de cabello largo solo le dedico una ceja alzada, ocasionando que Miguel soltara un bufido al ver aquella acción por parte de su compañera y amiga.
-¡Bien! –Soltó – No quería que me mandara a chingar a mi madre, por no acompañarlo a estafar a la gente, sabes de paso que odio hacer eso-
-Pues gracias a tu querida pendejes te tocara lavar los platos del todo el día y cerrar hoy la tienda-Dijo para después pasarle el delantal a Miguel-
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Love Petals - Higuel
Adventure"Al momento que veas brillar esta flor...sabrás que estoy contigo" Después de la trágica tercera guerra mundial, el pueblo de San Fransokyo ha vivido en paz durante generaciones ocasionando que gente de varias nacionalidades se juntaran y conviviera...