Tú mirada

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"Hoy si la hice en grande", se preguntaba frente al espejo la eriza rosada, termino de abotonar su camisa y colocarse un moño en esta, acomodo sus púas trato de masajear un poco su cabeza en el proceso, ella juraba que en cualquier momento le iba a estallar la cabeza, suspiro fuerte, trato de darse palabras de aliento frente al espejo, aunque nada de eso le iba quitar las fuertes punzadas que tenía, salió de su cuarto con bolso en mano pero no escucho nada en el cuarto de su amiga y compañera decidió ignorarlo, era claro que iba a pasar la noche con su rojito, al bajar se dio cuenta que no había nadie en el sofá, decido no darle importancia ya que la forma de vida perfecta suele ser así, no es que, Amy tratara de ignorar lo sucedido hace unas horas, solo que conociendo a Shadow, bueno se dice por ahí que cuando el erizo necesita de placer para él es fácil conseguir diversión, decidió ignorar ya que solo era un rumor, sabe que fue muy descabellado lo que hizo, pero se estaba burlando de ella, realmente solo iba quitarse el vestido, mordía su labio inferior mientras su rubor crecía hasta las orejas, se preguntaba que de donde salió todo aquello, gritarle, decir todas aquellas hirientes palabras y lo peor darse placer enfrente de él, le llamo la atención que el macho no le dijera nada o no se marchara y la juzgara de loca, no es que le llamara la atención, era guapo, atractivo, por un momento dejo volar su imaginación, la cafetera encendida la saco de sus pensamientos, tomo sus termo con café, suspiro fuerte, "Dios será un día muy duro" salió con el ánimo que tenía, no podía faltar a su negocio, era suyo, no podía descuidarlo, hace un año Amy decidió abrir un pequeño negocio de flores, arreglos, en ocasiones le pedían decoraciones para festejos importantes, no era muy grande pero, le apoyaba mucho que tuviera su propio invernadero , tenía desde las más comunes, lilys, cáveles, tulipanes, girasoles, buganvilias, entre otras, sus favoritas que son las rosas tenía de todos los colores, su pasión lo convirtió en su crecimiento económico, dentro del reino fue reconocida, al comienzo tenía que no fuera por su talento, digamos que la vista de la futura reina le ayudo con su publicidad, el recuerdo la invadió, cuando Sally llego a la tienda de sorpresa pidiendo consejos, ella soñaba en casarse en primavera así que quería flores coloridas y llenas de vida, frunció el ceño preguntándose por el pretexto estúpido que se le ocurrió, era claro que quería verla, pensó de lo más negativo si se trataba de la princesa caprichosa, Sally siempre la trataba de humillar, sacudió la cabeza en señal de borrar esos pensamientos, siguió con su día, que parecía de los más normal, pasaron alguna semanas, Amy no sabía nada del macho oscuro, supo de todos menos de Shadow después de la fiesta era claro que sabía dónde estaba después de la fiesta, pero nunca le dijo a nadie, ni a la propia Rouge, durante estas semanas se dio cuenta de que Sonic estaba más apegado a Sally, eso la llevo a una depresión, sus actividades se volvieron monótonas, a veces había juntas del grupo pero siempre ponía pretextos, era más fácil que verlo hay con esa sonrisa que provocaba cosquilleo en ella, Rouge que era su mejor amiga ya lo había notado antes una noche la joven murciélago decido enfrentarlas Amy derramo lagrimas amargas ese día, "ya olvídalo cariño, es lo mejor", ese fue uno de los consejos que le dio su fiel amiga, era tarde y la joven atendía a un chico lobo alto de pelaje blanco, muy guapo, llevaba tiempo en platicar con Amy hasta que el joven lobo decido pedirle una cita a la eriza, se ruborizo y no dijo nada, "Vamos Amy, acepta mi invitación" tomo su mano, la miro con sus ojos suplicantes, de repente sintió una mano más cuando Amy volteo a verla, se dio cuenta de que una tercera persona estaba a su lado para su sorpresa era el erizo que menos quería ver, Shadow vio al joven lobo tomo su mano, lo miro a los ojos, "Lo lamento pero yo se lo pedí primero ", el joven no dijo nada ya que el erizo apretaba fuerte su mano, se zafo de su agarre fuerte, no dijo nada solo asintió, en ese momento se marchó del local, ahora estaba solos y ninguno se atrevía a mirarse a los ojos. 

Juegos y VodkaWhere stories live. Discover now