Capítulo 12

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No supe por que me sorprendí cuando lo encontré esperándome a la mitad del camino a la mañana siguiente.

– ¡Al fin! – exclamó poniéndose de pie para estirarse – creí que te habías quedado dormida

– Y yo no sabía que me estabas esperando – me defendí

– Eso es cierto, necesitaré tu celular – sugirió con una pequeña sonrisa

Alex acababa de pedirme mi número telefónico.

Los primeros sucesos del día fueron similares a los del día anterior, excepto que ahora los rumores eran respecto Alex en lugar de Joe... y que esa mañana nuestra materia fue Historia.

Lo que cambió fue que ese día no huímos de nadie, si no que en el receso nos sentamos en la mesa donde se encontraban Joe, Diane, Grace y Casey. Al principio nos recibieron sorprendidos, pero una vez sentados comenzamos a platicar animadamente, al menos hasta que llegó el segundo cambio... ese no me agrado nada.

Una chica apareció hacía la mitad de nuestra conversación, interrumpiéndonos. No era alta, pero aún así parecía rebasarme. El cabello lo tenía negro como la noche y los ojos eran grandes, coquetos y ambarinos. Joe se puso de pie enseguida y la abrazó por la cintura. Yo los mire incrédula, sentí que me atragantaba cuando comenzaron a besarse sin inhibición alguna. Aún peor, parecía que yo era la única preocupada por que Joe estuviera intercambiando saliva con una perfecta desconocida.

– Es de su salón – explicó Casey una vez que le hice saber mis dudas – Joe es así

Yo no recordaba a Joe así.

Cuando se separaron él volvió la vista hacia nosotros, mientras con su brazo abrazaba toda la delgada cintura de aquella chica.

– Chicos, ella es Cindy

Todos la saludaron excepto yo. Después de presentarla, los dos se marcharon hacía un rincón de la cafetería y continuaron intercambiando su saliva de una forma por completo descarada. No pude quitarles la mirada de encima a pesar de que me provocaba nauseas verlo.

– ¡No es posible! – me desahogué una vez terminada la escuela, Alex y yo volvíamos a casa juntos de nuevo – ¡Un día! ¿Cómo pudo enamorarse en un día? ¡¡Por favor!!

– ¿Quién dijo que estaba enamorado? – preguntó Alex sin perder la calma

– ¡Se estaban comiendo la cara! – expresé indignada

– Él solo se está buscando una distracción, Summer

– ¿Distracción? – repetí escéptica – ¿a que te refieres con distracción?

– A que solo está buscando una manera de pasar el tiempo, ¿entiendes? Alguien con quien distraerse de sus... cosas

– Voy a hablar con él – afirmé cruzando mis brazos fuertemente

– Mejor déjalo tranquilo – aconsejó – a Joe no le gusta que se metan con él

– Pero... – dudé

– Ya se le pasará, confía en mí – dijo seguro – además, ¿qué no me habías dicho que Joe no te gustaba?

– Y no me gusta – reafirmé

– ¿Entonces por qué los celos?

– ¡No son celos! – elevé la voz – no tiene que gustarme para que me preocupe por él ¡soy su amiga! Y como tal, tengo derecho de intervenir

– No, no lo tienes – negó él – por más cercana que seas a una persona nunca tendrás el poder de gobernar su vida. Y si lo haces... está mal

Eso me sorprendió. Alex bien podía ser una persona de pocas palabras, pero también sabía usarlas correctamente de forma inusual

– Tienes razón – acepté vencida

SummerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora