2. Días felices - parte 2

423 30 8
                                    



El llamado insistente de Lemy a la puerta de la habitación de Lily resonó con fuerza por un par de minutos, antes que el muchacho finalmente se rindiera y marchara, seguidamente la voz de "ella" se alejó siguiendo al muchacho, pidiéndole regresar juntos a la cama; donde Lily los encontró desnudos y bastante agitados. La razón de su angustia y corazón roto.

A pesar que Lily sintió el enorme deseo de salir de su escondite, abrir la puerta para encarar a ese par y obtener respuestas; el tremendo dolor en su corazón le impedía recuperarse y ser la misma de siempre. Confirmar sus sospechas y escuchar de los labios de Lemy que aquello realmente ocurrió, congelaba de temor a la mujer rubia.

Ocultarse temerosa era algo que Lily nunca antes hizo; resultaba un comportamiento bastante peculiar en ella.

Aunque quizás Lily siempre fue una Loud diferente, como Lisa le hizo notar en su onceavo cumpleaños.

— Ciertamente tu comportamiento me resulta extraño, unidad fraterna menor. La conclusión es un tanto alarmante— una Lisa adolescente de trece años de edad observaba meticulosamente a la menor de la familia en la mesa durante el desayuno.

— ¿De que hablas Lisa?— Lily pichó otro trozo de tarta con el tenedor y se la llevó a la boca luego de hacer esa pregunta. No resultaba raro que su hermana castaña con gafas iniciara una conversación de ese tipo de la nada, pero era cierto que llevaba observándola y anotando cosas en una libreta, en todo momento, desde su fiesta de cumpleaños número once hace un par de meses; y la curiosidad de esa "conclusión" atraía su interés. Porque pocas veces Lisa no intentaba obtener sus resultados sin diseccionar a un miembro de la familia.

El resto de mujeres y niñas que también desayunaba en la mesa, enfocaron su atención en la conversación mientras el hombre peliblanco estaba ocupado en la cocina.

— Me refiero a tu apetito sexual latente por Lincoln— explicó Lisa sin la más mínima muestra de pudor.

Como era de esperarse, Lily, Loan, Liena y Lyra escupieron lo que traían en la boca debido a la sorpresa de aquellas palabras; Liby y Lacy, apenas unas bebes, empezaron a reír por aquella cómica escena, pero Lupa fijó la mirada en Lily con un pequeño brillo macabro en los ojos. El resto de madres y hermanas mayores Loud, sin embargo, pusieron mucha más atención al asunto porque se trataba de un tema delicado en la casa Loud.

— Al igual que la mayoría de nosotras, empezaste tu ciclo menstrual en tu onceavo cumpleaños— Lisa continuó con su explicación, un tanto molesta por la exagerada reacción de Lily— El análisis de hormonas en tus muestras de sangre, fluido vaginal y mucosa uterina así lo confirman. Pero continúas sin mostrar el más mínimo interés en seducir a Lincoln, o meterte a su cama durante las noches. El seguimiento de las cámaras de seguridad en la casa durante estas ocho semanas no miente— la adolescente genio arrugó levemente el entrecejo mientras recordaba su minucioso análisis y vigilancia nocturna.

— ¡¿...QHUÉ...?! ¡...NOH...! ¡¿ANÁLISIS?! ¡¿MUESTRAS?! ¡¿QUÉ?!— Lily hubiese preferido gritar e interrumpir a su hermana mayor desde mucho antes, pero sus pulmones parecían haberse aplastado igual que una lata de soda y el aire se negaba a entrar de vuelta. Además la increíble vergüenza que le producía aquel tema no ayudaba al pánico que se apoderó de ella.

— ¡¿Tú... t-tam-bién d-d-d-dormirás... desnuda... con Papí... Tía Lily?!— la falta de aliento en las palabras Loan, así como la expresión en su rostro y que la llamara "tía", denotaban el estado de shock que aquella noticia le produjo.

Al lado de Loan, Liena temblaba por la sorpresa, pero era obvio que también deseaba preguntar lo mismo que su hermana rubia mayor. Lyra por su parte, simplemente tapó sus orejas con las manos y empezó a tararear con fuerza.

Guerra de San ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora