Siento su mirada sobre mi, tengo miedo, mucho miedo, no hago nada me quedo inmovilizada.
- Hermano - dice Ariana entrando en la cocina y abraza a su hermano mayor - ¿ dónde está Duncan? - le pregunta ella.
- a subido a una de las habitaciones para descansar - se acerca a mi y yo bajo la cabeza, no quiero mirarle no quiero que se acerque a mi.
- Hoy volverás a tu casa - al decir esas palabras levanto la mirada, pensaba que estaría aquí dos días más,- lo mismo contigo Adriana - dice mirando A su hermana.
- ¿ Por qué?, si acabo de llegar - se acerca a Madox - ¿ Por qué eres así?, sabes que yo quiero estas contigo, quiero estar con mi hermano, pero no puedo porque eres un egoísta, solo piensas en ti - su tono de voz está elevando - Es por eso estas solo.
- he dicho que te vas hoy - dice mirándola con calma, aunque tranquilo este hombre me da miedo.
- Mamá tiene razón eres un... - sus palabras se quedan en el aire porque Madox estampó su mano contra su mejilla, todos los presentes en la cocinas nos sobresaltado por esa escena.
-MIRTA - grita Madox y aparece una chica vestida con uniforme de sirvienta - prepara la maleta de Adriana se va dentro de una hora.
La chica asiente y se va de la cocina - Ferme ta putain de goule sino tu vais avoir des très gros problèmes- después de decir esas palabras Madox desaparecer de la cocina, creo que eso es francés pero no he entendido gran cosa, creo que a dicho algo de grandes problemas pero no idea sobre el resto, por una parte no he sido yo la persona que a recibido un golpe pero siento pena por Adriana que sigue con la cabeza de lado por el golpe de su hermano.
Pero... Mirándolo bien Adriana hace caso todo cono Madox, sea tatuado todo su cuerpo como él, me acuerdo que cuando estaba en el instituto siempre quería estar con Madox pero este la ignoraba por completo, parece que la dulce e inocente Adriana que conocí ya no existe esta chica no es Adriana, es otra persona.
El suave tacto de Támara de mi hombro me libera de mis pensamientos para juntar me con esos ojos hermosos, joder pero¿ de dónde sale esta chica?
- yo te voy a ayudar a hacer tu maleta -me dice con una sonrisa dulce.
- no hace falta yo misma lo puedo hacer - me levanto y me dirijo a la habitación donde por poco Madox me... NO, me cuesta admitir que Madox me toco, no quiero ser débil por admitir algo que quiso pasar pero me da vergüenza asta pensarlo.
Salgo de la cocina y me dirijo a mi habitación, encuentro la puerta abierta y me asomo por si hay alguien, pero decido dar la vuelta cuando le veo sentado en mi cama.
- Yo que tu no me movería - dice él sin ni siquiera mirarme, me quedo parada porque soy consciente de los golpes que puedo recibir de él- entra y cierra la puerta - me dice y me que parada no quiero entrar.
-¿ eres tonta o qué?, he dicho que entres - su tono de voz ya está cambiando y eso no me gusta, se levanta de la cama y yo al ver eso me pongo a correr pero no llego lejos cuando siento que alguien tira de mis trenzas.
- ahhh... Me dañas - me caigo al suelo por el dolor, algo que el ignora porque me está arrastrando, me duele mucho.
- eso te pasa por desobedecer - seguía tirando de mi cabello asta entrar en la habitación, me empuja con fuerza y mi cabeza se choca con una mesita, el cierra la puerta con seguro, y es hay cuando mis miedos regresan a mi cuerpo, se nota que está enfadado.
Pasa sus manos por su cabello frustrado dando vueltas de un lado a otro de la habitación murmurando cosas que no logro entender hasta que se acerca a mi, yo me arrastro asta que mi espalda de topa con la pared entierro mi cara en mis piernas para no ver esos ojos endemoniados.
- Mira me - hago caso o miso a sus palabras - MIRA ME - me grita y siento un escalofrío, le miro mientras que unas lágrimas de temor decoran mi rostro.
- por favor... No... Me hagas daño- le suplico, no quiero que él me toque, no quiero que me golpe otra vez.
- ¿ Por qué siempre me haces enfadar?, ¿ por qué?, no ves que todo este tiempo he sido dulce contigo, pero tu buscas cualquier tontería para hacerme enfadar - su voz es pasiva, pasa suavemente su pulgar por mi mejilla librando la de mis lágrimas.
Yo no puedo decir nada, tengo miedo que una palabra mía equivale a una bofetada suya.
- te enseñaré a amarme sea por las malas o por las buenas - intenta besarme pero yo corro la cabeza al otro lado, su mano estampa con mi mejilla creando un dolor ardiente en esta, agarra mis mejillas apretando las con fuerza generando más dolor en ellas, más lágrimas salen de mis ojos por todo el daño que el me hace.
- MALDITA ESTÚPIDA , ME VAS A ESCUCHAR MUY BIEN - dice haciendo que yo le mire fijamente a los ojos - CUANDO YO TE BESO TU ME CORRESPONDES, ERES MÍA, ENTIENDES, MÍA - suelta me suelta con brusquedad, se levanta y me mirar durante unos segundos.
- tienes diez minutos para preparar tu maleta te llevare yo - me sigue mirando como uno que espera una respuesta - ¿ me escuchaste? - se vuelve a agachar a mi altura.
- ss...si - tartamudeo mientras limpio mis lágrimas.
- buena chica - acaricia mis trenzas mientras que una sonrisa se dibuja en sus labios - te espero abajo... Solo diez minutos, sino me veras enfadar - se levanta y sale de la habitación, al verlo desaparecer rompí mi llanto, mi infierno comenzaba, conozco a Madox muy bien y sé de que él es capaz.
Me levanto del suelo y comienzo a poner las cosas en mi maletas sin ni siquiera ordenarlas bien, me apresuró y me dirijo al salón, antes de bajar las escaleras limpio mis lágrimas, no quiero dejar rastro de ellas, bajo las escaleras y le encuentro sentando en un sillón con un vaso de un whisky en la mano, mirando a un punto fijo en la pared, se ve pensativo, su mandíbula está apretada y no quiero estar cerca de este monstruo.
Él nota mi presencia y me mira de una forma aterradora, se levanta y me hace una seña con la cabeza para que lo siga, yo le sigo sin pensarlo dos veces hasta fuera, bajamos las escaleras pero mi maldito miedo me hizo tropezar con un escalón, por poco me rompo los dientes.
- MALDITA SEA - se acerca a mi y me levanta con brusquedad - ¿ NO TIENES OJOS?, TE PODÍAS DAÑAR - a pesar que su tono de voz es fuerte se nota... ¿ preocupado? ¿ Por mi?, pero eso me hace tener miedo más que antes.
-¡ Raúl! - llama a un chico que estaba parado cerca de la entrada de las cara - pon su maleta en el maletero de mi auto - le dice mientras me carga, no comprendo a ese hombre, es bipolar, estoy segura.
Me deja sentada en el asiento del copiloto y el gira el coche para montar al otro lado, yo no hablo y ese silencio es el mismo que duro durante todo el viaje.
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Eres mi droga
RomanceElla estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado, y es cuando me acordé de esa chica de piel oscura, sus ojos negros me miraban con miedo y sus manos no paraban de temblar, ella había cambiado mucho ya era una mujer, comenzó a correr deja...