Nerea
No se cuanto tiempo llevo encerrada en el cuarto de baño pero no paro de llorar, tengo miedo de salir y verle ahí, tengo miedo que me haga daño, que me golpe, no será la primera vez que lo hace, no comprendo porque todo eso me pasa, que yo sepa no he hecho nada malo a nadie y uno tengo nada llamativo en mi, solo quería seguir con mi insignificante vida, ¿ y él?, ¿ por qué me hace tanto daño?, ya no somos unos críos, le prometí que no contaría a nadie que estaba dando una paliza a un hombre que creo que ahora estaría muerto, no se que le he hecho de malo, quiero volver a casa, estar con mi tía y con Nelson, el me hará daño.
Miro por la ventana y veo que ya es de día, he pasado toda la noche llorando, no puedo soportar más tengo que salir de esta casa, si paso más tiempo aquí el me dañará.
Unos toques suaves suenan y me tenso, tengo miedo, ¿ Quién será?, ¿ es él?, seguro que esta furioso.
-Nerea... Por favor habré - se escucha la dulce voz de Támara, pero no quiero abrir- Nerea no tengas miedo, él no está aquí - me levanto con torpeza cubriendo mi pecho desnudo y abro la puerta lentamente.
- ven no tengas miedo - ella me mira con lastima, seguro que tengo un aspecto horrible,ella me mira durante un tiempo y me pasa una toalla para que me cubra mi pecho.
- tienes que ducharte, yo voy a preparar el desayuno - dice con toda tranquilidad.
- quiero irme por favor - las lágrimas no tardan en acumularse en mis ojos.
- lo siento mucho pero no puedo hacer nada - veo la tristeza en su mirada - voy a prepararte el desayuno - ella sale de la habitación y me deja sola, sola con un dolor que se acumula en mi pecho, hago lo que ella me a dicho, entro en la ducha donde mis lágrimas se confunden con el agua, ¿ que me pasara cuando él volverá?, ¿ terminará con lo que comenzó?, el último pensamiento me aterra no se que hacer.
Salgo del baño y encuentro habitación a reglada, segura que alguien vino a limpiar, encima de la cama hay un vestido azul marino con cuello mao pero con vuelo, es lindo seguro que es Támara que lo dejo aquí, me lo pongo y suelto mis largas trenzas, me pongo unas sandalias de color marrón y salgo de la habitación, ando con torpeza, no se donde ir, no se donde se encuentra Támara, escucho una voz que vienen de la planta baja de la casa, es una voz femenina, seguro que es una moza o alguien que trabaja aquí, decido buscar a la persona que está hablando para que me muestre el camino porque esta casa es muy grande, al llegar me encuentro con una espalda completamente tatuada, una chica con una chica con el cabello recogido en una cola alta azul , estaba en traje de baño, doy unos pasos retrocediendo pero me choco con una mesa que hace ruido y ella se da la vuelta lentamente.
No sólo su espalda estaba llena de tatuajes sino que todo su cuerpo asta la cara tenia pequeños tatuajes, pero algo me llamo más la atención en ella eran sus ojos, su globo ocular era azul, pensaba que era un demonio o una criatura inimaginable pero no, era una persona, ella me miraba sin ninguna expresión en su rostro mientras que yo estaba petrificada de miedo, había algo en ella que me hará familiar, segura que la conozco pero no sé dónde.
- Ho.. Hola-digo tartamudean, no se quien es esa chica, pero ahora que me a visto voy a saludarla.
-wow, Eres la primera puta que Madox deja dormir en su casa - dice mirándome de arriba a bajo, una mirada de desprecio, pero ¿ acaba de llamarme puta?, Madox se acuesta con putas, pero yo no soy una, ¿ qué pasa en esta casa?
- yo... No soy... - No termino la frase cuando ella me interrumpe.
- es lo que dicen todas, o prefieres que lo diga de una forma educada, dama de compañía - dice con una sonrisa en su rostro, me siento mal no se que hacer, sus palabras me duelen.
- Adriana no la digas eso - aparece un hombre que su cara se me hace muy familiar, pero espera, la acaba de llamar Adriana, ella no puede ser Adriana James, la hermanita de Madox, esta diferente, cada centímetro de su piel tiene un tatuaje, y ¿ que la paso en los ojos?,la Adriana que yo conocí era dulce y hermosa, me a dejado sin palabras.
- pero mira, mira que nos trae el viento - dice con un tono sarcástico - pensaba que estaba entre barrotes con Duncan - Adriana le mira con una sonrisa,y es cuando me acuerdo de él, estaba en el callejón con Madox, es el hombre que le tenía el bate en la mano, si es él.
- pues no, tu hermano le acaba de sacar - dice poniendo sus manos en sus hombros- hola Nerea - su mirada se fija en mi y yo retrocedo, ¿ pero como me conoce?,me quedo muda, no quiero hablar con esa gente.
- no tengas miedo, me llamo Jonathan - dice acercándose a mi- ¿ Cómo has dicho que se llama? - le pregunta Adriana con asombro.
- Adriana te presento a Nerea - dice Jonathan con una sonrisa.
-¿ eres tu? - dice con una sonrisa maliciosa - me acuerdo que mi hermano estaba obsesionado por ti cuando estaba en el instituto - ella me mira fijamente.
- ¿ Enserio?, Madox nunca me dijo eso- dice él sorprendido- eso explica muchas cosas.
-Ya sabes como es mi hermano, no habla mucho de su vida - le responde ella con la mirada puesta en mi- pero, ¿ qué hace ella aquí?, y ¿que quieres decir con " eso explica muchas cosas"? - dice asiendo unas comillas imaginarias, Adriana me da miedo con esos ojos, mejor dicho todo el mundo de esta casa me da miedo.
-no se que le a hecho esta chica pero Madox no la quiere lejos - dice Jonathan... Pero ¿ estos dos se dan cuenta que estoy aquí?... Ehhh oooohhh de invisible no tengo nada - ya veo -dice Adriana caminado hacia mi - creo que te escuche gritar de placer ayer de noche, así que la próxima vez haz menos ruido - me guiña un ojo y sigue su camino, yo me quedo parada viendo como se aleja, tengo que salir de esta casa.
- Hey, ¿ estás bien? - me pregunta Jonathan y no me di cuenta que una lagrima baja por mi mejilla, - creo que Támara te está buscando- me dice pasando sus dedos por mi lagrima Rebelde para limpiarla.
- calma te - me mira con pena, odio que la gente me mire así, me alejo de él y voy buscando la cocina antes que Támara piense que he escapado.
Llego a la cocina y veo que la mesa está llena de comida, Támara esta sentada en con su tableta en las manos, estaba bastante ocupada que ni siquiera se dio cuenta de mi presencia.
- hola Támara - levanto la vista y me hizo una señal para que me sentará.
Comenzamos a comer en silencio asta que escuche unos pasos pesados atrás de mi, mi cuerpo se congelo al escuchar su voz, esa voz que me da tanto miedo, esa voz que me hace llorar, la voz de esa persona que mi odio hacia él aumenta cada día por el daño que me hace.
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Eres mi droga
RomanceElla estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado, y es cuando me acordé de esa chica de piel oscura, sus ojos negros me miraban con miedo y sus manos no paraban de temblar, ella había cambiado mucho ya era una mujer, comenzó a correr deja...