Capítulo 14

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El silencio reino en el auto asta que se estaciona en frente mi casa, me él se baja y me abre la puerta, me bajo del coche sin quitar la mirada de mis pies, quita mi maleta del maletero y se acerca a mi.

- vamos - me toma de la mano con fuerza pero yo me separo- ¿ qué haces?-me pregunta mirando me fijamente.

No, ¿ tu qué haces? - retroceso unos cuantos pasos más y le miro con odio - por favor deja me vivir en... - No termino la frase cuando soy interrumpida por sus labios, tengo mis ojos abiertos mientras que le dejo jugar con mi lengua, me acuerdo muy bien de lo que me dijo sobre los besos y no quiero volver a ser golpeada.

- eres mía, solo mía - vuelve a juntar sus labios con los míos y yo no hago nada por el miedo, la puerta de mi casa se abre y aparece mi tía con un conejo blanco en los brazos.

Se queda sorprendida por la escena, empujó suavemente a Madox y le hago una seña para indicarle que no estamos solos.

-Hola cariño, me puedes explicar lo que esta pasando - eso sonaba a una pregunta y a la que no tengo respuesta, Madox me mira esperando mis palabras y yo analizo el gran lío en que me he metido.

- pues, yo... - No digo nada más cuando Madox se acerca a mi tía y la extiende la mano con una sonrisa amable que yo misma se que es falsa.

- Buenas señora, soy Madox James, el novio de su hija - este idiota acaba de decir ¿ novio?, no, no, no, si es una pesadilla quiero despertarme ya, no puede ser como se le ocurre decir novio, que es mi novio.

- ¿ Madox James? - la cara de mi tía es de asombro - cuanto has cambiado- mi tía le sonríe ampliamente y me mira - ¿ cuanto tiempo llevan saliendo? - me doy cuenta que llevo todo el tiempo callada, no voy a dejar que Madox mienta, así que voy a seguir el juego.

- hace unos días, pero no te preocupes que no es algo serio - siento un fuerte apretón en mi mano y ahogo un gemido de dolor.

-pero vamos a hacer todo lo posible para que lo sea, ¿ no mi amor? - apreta más su agarre y el dolor es más fuerte yo asiento con la cabeza y el me suelta pone su mano en mi cintura y sonríe a mi tía.

- pues entra para tomar una taza de café y así me cuentas como te a ido - dice mi tía abriendo la puerta.

- no hace falta, él ya se iba tiene mucho trabajo - quito su mano no brusquedad de mi cintura y me coloco al lado de mi tía - ¿verdad... Amoooor? - le miro con asco y el fruñe el ceño.

-vale, otro día ya será- mi tía le regala una sonrisa - tengo que llevar al conejo de Nelson al veterinario y pensaba llamar a la hija de la vecina que se quede con él, pero ahora que ya estas no pasa nada - mi tía nos deja y sube en su coche.

Cuando su coche desaparece por completo Madox me empuja a la pared haciendo que mi espalda golpeara con fuerza y me a corola.

- todo te lo tengo que enseñar ¿ verdad?- su sonrisa cínica aparece en su rostro.

- sueltame imbécil, eres un animal, estas enfermo - me muevo como una poseída.

- si es verdad, estoy enfermo por ti, eres tu la culpable de mi enfermedad - se acerca a mi cuello y comienza a dejar besos en el, suelto un grito cuando siento que me muerde en el cuello - ya tengo ganas de hacerte mía, solo mía - susurra en mi oído y me tenso al escuchar sus malditas palabras.

-eso nunca, oíste, nunca - solo soltó una carcajada y me miraba divertido,¿porque ese cacho mierda se ríe? si no he dicho nada gracioso.

-¿seré el primero? - ¿Cómo lo sabe?, yo no respondo solo miro a otro lado
-amor cambia esa carita - dice haciendo un falso puchero - sé que eres virgen .

- yo nunca me acosta... - una bofetada interrumpe mis palabras.

-más te vale cerrar ese agujero que te sirve de boca sino quieres que le pase algo a tu madre o al pequeño Nelson - esta enfadado, muy enfadado, se le notan las venas del cuello, me suelta con rabia y se dirige a su costoso coche, me da una última mirada y se va, dejándome ahí acompañada del dolor de mi mejilla.

Entro en casa y me sorprendo al ver a Nelson parado en delante de mi apretando su juguete.

-hola campeón - me agacho a su altura para abrazarle pero no se mueve, me mirada como ojos llorosos y me asusto - campeón ¿ Estas bien? - el niega con la cabeza y sujeta fuerte su coche de juguete, - no te preocupes por su conejo, tu madre lo a llevado al veterinario - vuelve a negar y se acerca a mi, toca mi mejilla, la mejilla que tiene el golpe y me mira.

-¿ te golpeó?, ese hombre te a golpeado - sus lágrimas corren por sus mejillas, Nelson lo a visto todo.

- ¿ lo has visto? - las lágrimas se acumulan en mis ojos, me siento mal.

- no sólo he visto también he escuchado - mis ojos se abren ampliamente, a escuchado la amenaza, solo es un niño que todo le da miedo.

- estaba bromeando - le regalo un sonría para asegurarle.

- y ¿por qué te golpeó coco? - acaricia mi mejilla con calma.

- no lo hizo queriendo, fue un accidente - le alboroto el cabello,- drilo, promete me que no se lo dirás a nadie -.

- no, ese hombre es muy malo - se va corriendo en su cuarto.

Yo me quedo parada durante un tiempo, veo que Nelson tiene razón, que es verdad, el no es un hombre limpio pero no le puedo alejar así de el, osea, si pudiera lo haría, pero es muy peligroso.

Voy hacia la habitación de Nelson y le encuentro tumbado en la cama,entro y me siento cerca de él.

- Hey Nelson... Solo estaba bromeando, pero no te preocupes le diré que... - mis palabras se quedan en el aire cuando me doy cuenta que el pequeño Nelson ya está dormido .

Le arropó muy bien y voy a buscar mis maletas, ordenó todo y me voy a dar una ducha para acabar dormida semi-desnuda en mi cama, me siento más cómoda.

Eres mi droga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora