6- Error

2K 102 6
                                    

Me quedo estática por algunos segundos pensando en qué momento todo se volvió negro, en que maldito segundo nuestros momentos en la cama, nuestras confesiones se desintegraron dejándome sola con este vacío.
Voy en camino a mi habitación mirando para todas partes como una loca esperando que salga de cualquier esquina y pida que no me marche, pero al contrario de mis deseos no hay nadie a mi paso.
Llego a mi cuarto y me cambio con la misma ropa que llegue el primer día, al final es lo único que me pertenece dentro de tanta riqueza, recojo mi bolso y con la misma salgo para irme y no regresar jamás, si quisiera detenerme ya lo habría hecho.
Paso por su despacho para despedirme y ver de qué manera llego a mi casa, pues no pude ver bien el camino cuando venía con su compañía.
Al llegar escucho voces por lo que pego mi oído lo más que puedo a la puerta para no hacer ruido.
— Debemos deshacernos de ellos— escucho una voz que no reconozco
— Están en la cabaña?— pregunta Christopher por lo que puedo definir
— si señor, ya todo está listo para cuando usted lo visite.
— Esperemos a que Verónica se vaya para arreglar cuentas, ve calentándolos que no se aburran.

Antes de seguir escuchando salgo silenciosamente en busca de la cabaña, se puede percibir algunos guardias pero me coloqué por detrás de las paredes, escabulléndome como una experta hasta que llegó a mi objetivo. Observo por un agujero como hay tres hombres amarrados de manos y pies tirados en el piso el cual está cubierto de sangre, miro alrededor y no veo a nadie por lo que trato de entrar para ayudarlos. Al llegar a la puerta el olor nauseabundo me revuelve el estómago,los hombres estaban muy golpeado e inconscientes, excepto uno el cual me suplica que lo ayude, me decido a entrar cuando siento unos pasos en mi dirección.
— lo siento— le respondo al moribundo y salgo corriendo de ahí.
Me siento sobre una roca cerca del garaje y me acomodo para que parezca que llevo esperando un tiempo.
A los minutos llega Christopher con el hombre con el que seguro estaba conversando minutos atrás. Trato de mantenerme estoica pero según se acerca mi cuerpo comienza a temblar como reflejo después de lo que vi. Me digo mentalmente que nunca me haría eso, no me imagino sus manos haciéndome sentir otra cosa que no sea placer.
— Entonces te vas, es lo que quieres — su mano sostiene la mía y acaricia con su pulgar confundiendo mi mente con cada gesto
— si, lo necesito— me retiro de su agarre
—pensé que nunca me abandonarías — se aleja un paso cerrándose como siempre lo hace cuando las cosas no le salen como quieren.
— yo también, pero como vez todo se acaba y al final esto — señalo entre su pecho y el mío — solo fue un bonito sueño.
Sus ojos negros me hipnotizan por segundos hasta que se voltea dándome la espalda.
— Ron! Déjala frente a su casa.
Da pasos alejándose de mi creando un muro entre nosotros
—Ya? Solo me vas a dejar ir así, no me vas a decir nada — esto es lo que quiero, mi mente grita que salga corriendo de aquí , que me aleje de este asesino pero mi corazón, este tonto órgano duele con cada paso que me alejo
— es hora de despertar nena— responde sin voltear y sigue su camino
— te odio...
Las lágrimas se derraman por mis mejillas no entiendo lo que estoy haciendo, no sé porque siento que me estoy rompiendo por cada milla que me alejo de su protección.
Llego a mi casa y solo puedo tirarme en la cama a llorar como una niña cuando le rompen su juguete favorito. Así llega la noche, el estómago me gruñe por no alimentarlo en todo el día pero no tengo ánimos para levantarme por lo que me quedo dormida poco tiempo después sobre la humedad de mis lágrimas.

Al salir el sol me levanto a bañarme, me arreglo, al mirarme al espejo me veo deprimente, trato de arreglar este aspecto de muerto con un poco de maquillaje y llamo a mis padres.
— papá — saludo a mi padre que me contesta la llamada — como están por allá? Y mamá
— aquí estoy hija— sale un poco en la cámara quitándole espacio a mi padre— no te preocupes por nosotros que estamos bien, como estás tú mi niña.
— extrañándolos mucho — trato de no llorar pero es imposible, las lagrimas traicioneras comienzan a salir
— te paso algo?, cuéntame que si te hicieron daño tendrán que vérselas conmigo — mi papá siempre tan protector
— tranquilos no me pasa nada, solo los extraño demasiado, pero pronto estarán aquí conmigo — seco las lágrimas y continúo con la conversación.
El contacto con mis padres me llena de fuerza y me obliga a seguir adelante, tengo que ser fuerte por ellos.

Atrapada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora