7- Venganza

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El teléfono solo da timbre pero nadie contesta, parezco una loca caminando de un lado a otro solo en círculos tratando de alertar al hombre al que acabo de traicionar y que me odia. Al asomarme por la ventana me percato cómo se estacionan varios autos en la calle del frente y bajan sus hombres con rostro impenetrable y acomodando el arma que llevan entre sus pantalones dispuestos a cumplir cualquier que haya sido la orden.
Trato de mantener la calma, tal vez vengan por otra cuestión pero al sentir los fuertes golpes en la puerta de mi casa se siente el humor con el que llegan, sinceramente me asustan y más cuando echan la puerta abajo desbaratando en varios trozos de madera lo que me protegía del exterior. Salgo corriendo despavorida y alcanzo a esconderme en el baño antes de que esos trolls me alcancen.
— Abra la puerta, el señor mandó por usted! — gritan desde su lugar, observo buscando una forma de huir pero no hay manera, la única ventana que comunica con el exterior está enrejada por barrotes de hierro es imposible salir por ahí.
Los golpes continuos me tenían nerviosa sin poder pensar en que era lo mejor para mi futuro.
Alguien entra a la fuerza rompiendo una vez más otra de mis puertas pero esta vez uno de los trozos golpea mi frente donde causa una pequeña herida que baña mi mejilla en sangre. Me abrazo las rodillas en la esquina donde estoy escondida, el miedo me paraliza y no se de que sean capaces de hacer.
Me toman por los brazos levantándome de mi lugar y me arrastran sacándome de mi casa, mi lugar seguro.
— Qué está pasando? Donde está Christopher? Quiero verlo—
Me entran al auto por la fuerza sujetando mis manos con unas esposas las cuales muerden mi piel causándome daño y ninguno contesta a mis preguntas
— Ron, por favor dónde está Christopher? Porque él no vino personalmente a hablar conmigo que...
No puedo terminar mis palabras cuando la mano derecha de Chris se voltea con una mirada que me congela
— Traidora, con que cara exiges algo? Pensé que serías diferente, todos lo creímos pero no eres más que una vil rata, a lo mejor el jefe vuelve a verte después que te cortemos la lengua.
— Yo no soy ninguna traidora!— siseo con fuerza, eso es lo único que puedo hacer, aunque la culpa me carcoma por dentro solo puedo mantener la mentira lo más creíble posible y contar con la confianza suficiente para que Chris se lo crea.
— eso dicen todos
El camino me la paso en silencio no queriendo incomodar, las lágrimas no dejan de caer por mi rostro el miedo me paraliza, él sería capaz de dañarme?
El hombre por el que tengo sentimientos seria capaz de matarme?
Los autos se detienen frente a su mansión, nunca me había parecido tan terrorífica como ahora, llegamos demasiado rápido. Los hombres se bajaron cada uno esperando la orden. El que manejaba se baja del auto mientras Ron se mantiene en su sitio, abre la puerta y agarra fuertemente mi cabello bajándome por la fuerza haciendo que caiga sobre mis rodillas al no poder sostenerme por la privación de mis manos. Siento la gravilla lastimar mis rodillas y el sol azotar con fuerte calor mi piel.
— De pie, zorra — me incorpora con fuerza haciéndome aguantar el grito que amenaza con salir de mi garganta por su bruteza, podría jurar que me arrancó un mechón de cabello por el ardor que me aqueja en el lugar lesionado.
Miro ansiosa a todas partes tratando de verlo , observo como Ron entra a la propiedad seguro a avisar a su jefe de mi llegada, había dejado de llorar pues mis lágrimas solo eran para él, no para sus gorilas, algún día se arrodillarán frente a mi y me desquitaré toda la humillación que me han hecho pasar.
Me mantengo estoica en todo el recorrido tratando de hacerme la fuerte pero las piernas comienzan a flaquear al ver la temida cabaña, si ese era mi destino no me esperaba nada bueno. Me entró a la fuerza hacia el interior de la choza me retuerzo entre sus brazos tratando de escapar pero me es imposible , golpea mi rostro tirándome al piso por el golpe, siento la sangre correr por mi barbilla y un dolor punzante en el lugar golpeado. Me levanta y esta vez me coloca sobre una silla que se encuentra en el centro del lugar, fijándome a esta sin posibilidad de huir, no me queda más que esperar a encontrarme con el que podría ser mi salvador o mi verdugo.

Christopher:
Aún no puedo creer que haya sido ella, el pensamiento de su traición no hace más que dar vueltas en mi cabeza sin saber cómo reaccionar, sin saber cómo proseguir. Observé su llegada con rabia, sería el primero en recibirla y ahi tomaría la decisión , sería una muerte rápida, pensé que sería capaz ,pero al verla caer de rodillas ante mi fortaleza con su rostro angelical bañado en lágrimas solo pude odiarme por ser el causante de su estado, pero no puedo hacer nada, no podría perdonar su traición y ser el hazmerreír frente a mis hombres.
En la mafia se vive del respeto que impongas, eso lo aprendí desde muy joven cuando después de la traición que le costó la vida a mis padres tuve que hacerme cargo de la organización, lo cual no fue nada fácil con las ratas que enseguida salieron de su escondite para obtener el puesto, a más de uno tuve que cortarles el cuello creando mi fama.
— jefe, lo buscan! — me avisa Rosita que al parecer salió de la cocina, algo muy extraño en ella. Sus ojos llorosos me orientan sobre el motivo, en el poco tiempo que estuvo Verónica viviendo con nosotros se hicieron muy cercanas.
Salgo de la oficina, no pienso recibir a ningún extraño en mi lugar de trabajo, al llegar al recibidor veo a un hombre vestido de traje con su cabello engominado sin dejar salir un solo cabello de su lugar. A la legua se ve que es un imbécil.

Atrapada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora